Capítulo sesenta: Cruel.


Elisabetta:


¿Sería demasiado cruel contárselo todo ahora que lo tengo delante? ¿Sería una mala idea que supiera con quién está hablando, a quién está abrazando, a quién consuela? ¿Debería de arriesgarme y pedirle perdón por aquello que le hice o callármelo y volver a España? ¿Debería de quedarme en España para siempre?


Me estrecha entre sus brazos con fuerza y yo lloro con más fuerza aún. He llegado tarde. He llegado muy tarde por culpa de mi vuelo y ni siquiera me ha dado tiempo a darle mi último adiós.


Sólo estamos él y yo. Mojados por la lluvia, congelándonos de frío, calentándonos en un abrazo en el que parece que vayamos a fundirnos. ¿Qué habría pasado si no me hubiera ido? ¿Habrían ocurrido las mismas cosas aunque yo me hubiera quedado? ¿Y si hubiera luchado? ¿Me merezco todo esto que estoy viviendo?


Él también tiembla. Está llorando y ahora soy yo quien lo aprieta con fuerza, quien lo estrecha entre sus brazos con fuerza. Pidiendo que no se escape. Pidiendo que no le duela. Imaginándome cuánto le dolió lo que le hice, cuánto le dolió no poder despedirse de mí.


-Yago, yo...- Murmuro, pero se me rompe la voz.


-No digas nada. Te llevo a casa.


-No, yo...


Yo no puedo dejar de llorar y él tampoco y por eso no nos separamos en un rato.

Comment