Día 700:

Narra Lucille.

-Deberías relajarte- Comento el castaño con su melodiosa voz mientras se acomodaba en su silla a mi lado y me observaba con preocupación, bufe como si aquello fuese imposible, en estos momentos momentos claramente me parecía algo imposible.

-¿Fue un chiste cierto?- Pregunte con ironía enarcando una de mis cejas, el me miro bastante sorprendido, sin duda odiaba usar ironías y por que me parecía sumamente estresante escucharlas no las utilizaba en mi dialéctica cotidiana. Eso me llevaba a creer que nadie estaba acostumbrado a oír salir una ironía de mi boca. -Ignora... eso- comente con un tono mas suave y volví a mirarlo de forma neutra. -Ha pasado un buen tiempo... Jesus te adoro, gracias por todas las que has echo por mi- dije rápidamente y sin pausas recordando las palabras de William, aquello me hizo sentir nostálgica, hizo que mis ojos se humedecieran sin que el castaño pudiese notarlo.

-¿Te estas despidiendo de mi?- Pregunto con sus palabras atropelladas mientras en su rostro se pintaba una mueca de espanto, solté una carcajada que lo hizo estremecer aun mas, pero al fin y al cabo para su tranquilidad negué con mi cabeza.

-Tal ves algún día ya no pueda decírtelo- Susurre con un nudo en mi garganta, sin duda iría a llorar en cualquier momento, a cuestas de ese echo, tome aire e intente recomponer mi postura.

-Tienes un buen punto- Reconoció entre dientes mientras sonreía, en ese momento oí que la puerta de mi habitacion se habría y volvía a cerrarse detrás nuestro, no había que ser demasiado inteligentes como para percatarnos de que aquellos pasos que se oían acercándose eran de Daryl.

-¿Como estas?- Pregunto con temor, asentí con media sonrisa mientras el se sentaba a mi lado en el borde de la cama, cuanto lo había echado de menos durante todo aquel tiempo. Pegue mi rostro a su gran brazo y lo restregué un momento por el como si estuviese demostrándole afecto. Ambos hombres me observaron extrañados para luego echarse a reír. Aunque fue mi mismísimo padre quien llamo al silencio. -El niño esta durmiendo, Toby- Dijo el fingiendo un tono indiferente, sabia que no era así, podía saber cuando las personas se agradarían o cuando no y sabia que Tob le agradaba ahora. Sonreí de forma picara ante sus ojos.

-Tal ves pasando tiempo con el... puedas resolver los trastornos que has adquirido de niño...- Comencé a decir intentando sonar, fallidamente, indiferente cuando me vi interrumpida por el.

-¿Como sabes que tenia trastornos de niño?- Cuestiono el como si estuviese indignado a lo que hable nuevamente. Mire en varias direcciones intentando verme interesante.

-No lo se, no lo se, lo supuse- Hable de manera apresurada mientras extendía las palmas de mis manos en alto a modo de demostrar inocencia, la verdad era la de que Alison me había contado de ellos y me había liado tanto con aquel tema de la rama de la psicología que le había pedido una cita en su casa una tarde para aprender mas sobre el tema y como tratarlo a modo profesional.

-Lo has supuesto... ¿O te lo ha dicho Alison?- Me delato el castaño mirándome de forma satisfecha, rodé mis ojos ante su negativa y me cruce de brazos exasperada y dispuesta a cambiar radicalmente el tema de nuestra animada charla.

-¿Y de que va todo con ella?¿Aun seguís viéndose?- Pregunte algo interesada, no era que me interesase del todo pero la idea de verlos juntos me animaba bastante, no quería que mi padre estuviese solo toda la vida, aunque me tuviese a mi. Aquel tema pareció incomodarlo ya que el se tenso mientras negaba con su cabeza. -¿Por que?- Pregunte aun mas curiosa cuando el carraspeo antes de responder.

-Veras...- Intento explicar con dificultad cuando el castaño apoyo una mano sobre el hombro de mi progenitor, mis ojos se ensancharon al menos dos milimetros ante aquella acción.

-Lucille, tu padre y yo... pues...- Comenzó a querer explicar Jesus cuando mis ojos iban de el uno al otro sin poderlo creer. Mi rostro calmado cambio radicalmente a uno de extrañeza y miedo, aquello no me disgustaba, es mas, me agradaba la idea pero sin duda me había tomado por sorpresa. Sin pensarlo dos veces me salí de mi lugar buscando quedar de pie y enfrentada a ambos para poder observarlos bien.

-¿Estas diciendo que son pareja?- Dije pintando una sonrisa en mi rostro, pude oír que ambos suspiraron aliviados, seguramente habían esperado mucho por saber mi reacción y opinión.

-Algo así- Respondió el castaño con una media sonrisa.

-Esto es increíble- Casi grite haciendo que el pequeño durmiendo en una cama paralela a la mía despertase de golpe y algo asustado, pero al vernos aquel sentimiento fue reprimido.

-Gracias papa, gracias Jesus, me han alegrado mi día- Me carcajee mientras me arrojaba sobre ambos abrazándolos con euforia y felicidad sintiendo como, al otro extremo de la cama, Tob lograba subirse y abrazarnos también por las espaldas.

Entonces Jesus le dio acceso a quedar en medio mientras nos uníamos en un cálido y reconfortante abrazo como si fuésemos una verdadera familia.

Y por un momento todo estuvo bien.

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Hey!!!!

Capitulo de sábado!

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