Día 610

Narra Lucille:

-Mira que bien te ves Eustace, lo haces bien- Anime casi gritando mientras el repiqueteo de las pesuñas del caballo resonaba a mi alrededor dando este vueltas en círculos, el rubio parecía mas que animado aquella mañana y sin duda feliz.

-Esto es genial- Suspiro el mientras hacia frenar a su animal y lo guiaba asta quedar paralelo a mi donde Eustace me miraba de forma superior como si estuviese jugando a ser el rey. El empuño por décima ves su espada y coloco la punta en mi mentón. -Y todo gracias a ti- dijo con una sonrisa simpática en el rostro, tome el filo de la espada entre mi palma y mis dedos, y lo hice a un lado. -Vamos sube- Dijo el tendiéndome una mano a lo que dude un momento, me tome varios segundos cuestionándome si Eustace estaría en condiciones de llevarme de regreso en su caballo, cabía mencionar que jamas había aprendido a andar en uno y el estado de Eutace me inquietaba bastante como para confiar plenamente en que no seria un esfuerzo para el. -Vamos chica ¿acaso tienes miedo de que el tullido...? Solo sube- Comenzó a preguntar el pero se redimió luego de ver mi rostro desaprobando aquella pregunta.

La fuerza de solo uno de sus brazos fue suficiente para subirme al caballo de un solo jalón, debía reconocer que el rubio se había vuelto muy fuerte en los últimos años, su escuálida imagen de de la ultima que ves lo había visto en el zoológico vino a mi mente en ese momento, sin duda estaba mas alto y maduro aunque su rostro de niño jamas lo abandonaría. El ruido de las riendas me hizo borrar cualquier pensamiento abstracto pues el caballo había comenzado a andar de forma muy rápida. Sin duda jamas había sido amante de la equitación, ir dando pequeños saltos sobre el lomo del caballo no era lo mio, odiaba aquella sensación que me obligaba a pensar que iba a caerme por lo que aferre mis manos aun mas a la crin del caballo que era de donde me sostenía.

-¿Podrías ir mas despacio? Esto no me gusta- Negué aun desconfiada como si fuese un gato que estuviesen a punto de meter al agua, el jinete en cambio soltó una carcajada sonora.

-Cuanto mas rápido vayamos, menos tiempo nos tomara en llegar de nuevo a Alexandria, confía en mi- Dijo el y volvió a hacer resonar las cuerdas contra la piel del cuello del caballo y este acelero su paso convirtiéndolo en un trote bastante mas perturbador que el anterior.

Al menos unos quince minutos fue lo que duro una cabalgata medianamente tranquila -quitando que me sentía un batido de frutas en proceso de preparación-. Y lo que irrumpió con aquella tranquilidad fue ni mas ni menos que un caminante cruzándose en el camino del caballo y haciendo que este se asuste de tal modo que se elevo en dos patas. Eustace no cayo gracias a que sus piernas estaban sujetas a la silla, pero, yo apenas si iba sentada en su cruz intentando de no caer, aquello no solo me tiro al suelo de una forma brusca sino que sus patas osaron aplastarme aunque no lo hizo. Aun así me había dado un fuerte golpe en mi espalda y cintura. Algún día terminaría por romperla aunque hoy no era ese día.

-Vuelve a Alexandria Eustace, llama a Carl- Dije mientras me sentaba en la tierra echándole una mirada amenazante sin siquiera dejarlo hablar, este, conmocionado por la sacudida y bajo mi mirada autoritaria solo hizo un movimiento con la cabeza y echo el caballo a correr alejándose por el sendero.

Puse mi mano presionando en la zona de mi espalda adolorida y luego me recosté en el suelo mientras observaba los arboles que con sus ramas tapaban el cielo azul que se extendía por todo el mundo. Me había dado un buen susto.

Suspire y luego mire de forma desgarbada a mi alrededor, decidiendo que no me quedaría allí tirada me puse de pie y comencé a caminar cuesta abajo en el lecho de un río que aun corría con rapidez. Casi medio segundo luego de mojarme el rostro me quede observando el reflejo del agua donde un hombre que no pude distinguir me golpeo con un bate en la cabeza.

Involuntariamente me desmaye.

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Al abrir mis ojos el resplandor del sol no tardo en iluminarme el rostro haciendo que vuelva a cerrarlos con fuerza, para mi mala suerte el darme cuenta de que no estaba en Alexandria me hizo levantarme de golpe observando con gran agitación a mi alrededor. El primer instinto al divisar la silueta de un hombre acerándose a mi fue tomar mi cuchillo pero ya no lo tenia conmigo por lo que recurrí a mi segunda opción y enderece mi gesto. En ese momento me percate de que me encontraba sobre un carro tirado por una mula aunque ahora se encontrase quieto, había pieles y mantas con las que anteriormente estaba arropada y no había indicios de que me tuviesen de prisionera.

El hombre cubierto por pieles se acerco a mi con un gesto bastante comprensivo pintado en su rostro.

-Tranquila, no te haremos daño- Dijo el a menos de un metro del carro con un tono simpático que al momento de oírlo sonó reconfortante, no me habría gustado tener que comenzar una pelea pero aun así no me fiaría de ellos tan rápido. -Me presento, soy Nicholas Dhen, el lider de este pequeño rebaño- Dijo el dejándome ver a un grupo reducido de unas cuarenta personas caminando por aquel lugar. Observe amenazante por un momento al joven, tenia cabellos castaños oscuros y risados que le caían por la frente, notables ojos azules y barba que adornaba su rostro, no era demasiado alto pero tampoco era bajo.

-Es honorable que recuerdes de donde vienes- Respondí con ingenio refiriéndome a su apellido, muy pocas veces las personas incluían sus apellido para presentarse, especialmente cuando tenían un pasado que deseaban borrar y este era el mejor momento para ello. -Mi nombre es Lucille, vengo de La zona segura Alexandria ¿Conoces donde es eso?- Pregunte para evitar rodeos cuando el negó con su cabeza. -Esta en Sennoia ¿puedes llevarme allí?-.

-Valla, parece que estas muy lejos de casa-

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Capitulo maratón 3/3 Publicado, espero que hayan disfrutado de la (corta) maratón y pues si les gusto no duden en votar y dejar un comentario, se los agradecería muchísimo.

Richard Madden (como Robb Stark) en interpretación de Nicholas Dhen: