Family

Siete años atrás:


¿Pequeña?¿estas en casa? Pregunto el hombre cuya voz era ronca ingresando en su cabaña al momento de no encontrar la castaña corriendo a su encuentro como cada tarde solía hacer.


¡Aquí! en la cocina ─Bramo su voz de niña la cual provenía de una de las tantas habitaciones.


Mira lo que te he traído─El hombre se paro bajo el marco de la puerta y sacudió entre sus manos el paquete especial que le había conseguido, no era mucho pero aquella niña se conformaba con lo pequeño que el pudiese darle.


¡Chocolate! ─Grito la pequeña repleta de emoción mientras tomaba la pequeña bolsa entre sus manos. ─Amo el chocolate tío ¿ya te lo había dicho? ─Pregunto estrujando entre sus pequeños brazos a aquel hombre de cabellos albinos.


─Miles de veces... ─Susurro sonriendo con ternura, le encantaba hacer feliz como podía a esa pequeña que sin duda le recordaba cada día a su hermano pequeño. 


Ahora:


Narra Lucille:


¡Debemos llegar a la enfermería!¡AHORA! ─Grito Rick detrás de mi espalda mientras por mi parte yo dibujada un plan mental para llegar allí, era una lastima que mi plan solo incluyese a uno, y dicho así sonaba egoísta, o eso aparentaba cuando así lo mencionaba, sin embargo, no lo era. Mas bien constaba en ir yo misma despejando el camino para que pudiesen pasar.


─¡Rick! Necesito que tu gente sea muy rápida, deberás de buscar un punto para explicarles a todos que cuando dispare las bengalas deben correr a toda prisa en direccion a la enfermería, ¡A todos! ─Comente entre gritos audibles desenfundando una pistola de bengalas completamente desarmada que traía sujeta a mi cintura apoyando sus piezas sobre el tejado y entonces comencé a rearmar aquel elemento de forma fugaz como si fuese un rompecabezas. Planeaba usarla mas tarde para la desinfección del lugar pero no parecían quedarme opciones en ese mismo instante mas que gastar aquellas ultimas bengalas.


Rick hizo lo dicho, salto por sobre algunos tejados que habían quedado detrás y comenzó a gritar a todo pulmón la base principal de mi plan, aun así todo estaba arreglado para los que no escuchasen o entendieses, aquellos serian quienes seguirían al grupo que estaba arriba, dirigido por mi, para reencontrarse en un punto. Apenas si termine de armar el arma comencé a buscar blancos, quería que el disparo fuese lejos, muy lejos, pero los muros evidentemente evitarían el paso de la bengala a través de ellos y si disparaba por encima de las vallas los mismos errantes no transpasarian los muros quedándose dentro y aquel plan se convertiría en una perdida de tiempo y de bengalas. Tenia que actuar rápido pero aquella situación me superaba en lógica y no lograba encontrar un blanco factible al cual disparar a excepción del pequeño hueco que quedaba entre la torre de vigilancia derribada y el tamo de los muros también tumbado por el cual se habían infiltrado errantes. Fueron necesarias dos bengalas para lograr ese tiro perfecto que buscaba en esa misma direccion, el primero dio en la torre pero el segundo paso perfectamente por el escaso espacio espacio haciendo que los caminantes la siguiesen, muchas veces esos bichos me recordaban a mi perro Baloo, quien siempre que alumbraba con una linterna donde fuese él podía perseguirla por horas, aquel pastor alemán solía seguirme a todas partes que fuese y se inmutaba fácilmente con cualquier clase de ruido, los caminantes eran como perros que habían evolucionado, o eso imaginaba yo. Cuando los caminantes comenzaron a alejarse las personas comenzaron a correr según lo indicado matando a los pocos infectados que quedaban rondando en las calles y entonces fue cuando salte en direccion a un árbol y luego de estar suelta unos milésimos en el caí en el suelo recobrando fuerzas luego de torturar a mis tobillos y manos. Comencé a correr nuevamente en dirección a la enfermería cuando me detuve en medio del camino observando un punto fijo, estaba segura de haber visto una persona justo en dirección en la que había disparado las bengalas pero esta persona se encontraba trepada a un árbol, o mas bien, bajando de él. No emití reacción alguna sino hasta que un caminante extendió sus brazos para alcanzarme y en un movimiento inútil por zafarme de él mi pistola salto de mi mano a quien sabe donde muy lejos por lo que no espere a que alguien me salvase o siquiera apele a mi propia muerte como todos lo harían, me abalance sin miedo contra el caminante y lo tome por los pocos cabellos que le quedaban mientras con mis dedos hacia presión en su putrefacto cráneo hasta que este se partió y pude con mis propias manos destruir su cerebro, jamas había hecho algo como eso en errantes pero sin duda había sido asqueroso. Ahora la segunda misión que me había impuesto era encontrar mi pistola, tenia muchas balas en su cargador y no planeaba darla por perdida así que comencé a buscarla por los alrededores. Corrí agachada esquivando a los pocos errantes que intentaban abalanzarse, estar a una altura tan baja me impedía ver el camino que iba trazando por lo que tropecé con algo haciendo que mis rodillas y mis manos se raspasen sin piedad contra el horrible asfalto de la acera, al diablo la pistola, tenia pequeñas piedras clavadas en mi piel y apenas si podía pararme, cuando lo hice pude ver, que como había planeado, todos iban corriendo hacia la enfermería, y con mucho esfuerzo pude llegar justo a tiempo para que pusiesen un escritorio haciendo opresión sobre la puerta de madera para que los pocos caminantes que restaban dentro de Alexandria no pudiesen pasar.  Me sorprendí al ver el reducido numero de personas que estaban allí dentro, seguramente no mas de treinta de las cien que había oído que eran.


─Lucille ¿estas bien? ─La voz de Rick me saco de mis pensamientos mientras intentaba sentarme en el suelo en un espacio vacío de aquel lugar.


─¿Tienen gasas y vendas? no rechazaría algunas ─Comente mientras dejaba al descubierto por  sus ojos mis manos y rodillas bañadas de sangre a causa del tropiezo que había tenido, sin duda caer en la acera era lo peor que podía pasarle a una niña que aborrecía los pequeños raspones.


─Llamare a Carol para que suture esas heridas ─Dijo comenzando a alejarse pero lo detuve con un suave ''eh Rick'' que hizo que volviese a estar en segundos nuevamente frente a mi.


─Puedo suturarlo lo sola, se como se hace ─Comente distraída mirándole con mi cabeza totalmente inclinada una vez que ya me encontraba sentada en el suelo intentando extender mi rodilla aunque la piel se contraía para si y dolía demasiado. Sin decir absolutamente nada se fue y supe que había llamado a la tal ''Carol'' cuando una mujer de cabello gris se acerco a mi con hilo, una aguja y vendas, la mire con cara de pocos amigos pero eso no impidió que se ella se agachase a mi lado y comenzara a cocer aquellos pequeños cortes que tenia mi rodilla y que tanto dolían.


─Lucille ¿cierto? ─Pregunto la mujer a lo que asentí sin mirarle, aun me sorprendía lo gentiles que llegaban a ser estas personas con alguien como yo sobre todo luego de confesar que era un verdadero monstruo. ─¿Cuantos años tienes? ─Pregunto a lo que volví mis ojos a los suyos de forma penetrante y amenazadora, debían conocer mi lado malo ante todo.


─Catorce ─Respondí fría pero sin duda la mujer parecía sostener su rostro amable ante mi mirada, intente apenas moverme cuando volvió a introducir la aguja en mi piel pero eso hizo que un pequeño papel envuelto en una bolsa transparente que lo protegía chocara contra su zapato.


─Este es... ─Comenzó a decir observando la foto mientras sus ojos se abrían como platos a causa de la sorpresa despertando mis sospechas.


─Mi papa ─Finalice tajante arrebatando rápidamente la foto de sus manos mientras ella me observo aun mas sorprendida que antes, o eso aparentaba. ─¿Que?¿Acaso lo conoces? ─Pregunte frunciendo el entrecejo, tal ves y por su expresión si lo conocía y podía ayudarme a saber un poco de él o al menos confirmar si estaba muerto.


─Solo... creí hacerlo pero... ¿No conoces su rostro? ─Pregunto de forma sospechosa ya que en la foto el hombre estaba de espaldas, sentado entre el pastizal de un campo, esta mujer sin dudas comenzaba a fastidiarme.


─¿Parece como si conociera su rostro? ─Respondí con frialdad, molesta a lo que agregue de forma amenazante ─¿Lo conoces si o no?


─No ─. Respondió volviendo a su expresión calmada tallando una leve sonrisa en su rostro pero poniéndose de pie de forma rápida. Esto me daba mala espina.


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Holius!!!


Capi 6!!!!


Como siempre denle a la estrellita dorada si les gusto el capi y comenten!!!


Sin mas.


Besos y salu2!


Bennifel.

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