Concepts Of Love

Día 606


Narra Lucille:


-Es considerado de tu parte Eustace pero... ¿te doy un consejo?- Lo mire algo dolida el asintió mirándome de una manera inquisitiva habiendo también borrado la sonrisa que traía en sus labios -Amate únicamente a ti mismo, así nadie podrá lastimarte- Hice un ligero movimiento con mi cabeza y el miro sus manos, una era sostenida por las mías mientras que la otra permanecía reposada en su regazo.


-Parece que algunos tenemos diferente el concepto del amor...- Dijo el arrugando las facciones de su rostro con notable decepción, incline mi torso un poco hacia adelante y estire mi mano mando su barbilla para obligarlo a mirarme.


-Solo es un consejo Eutace, no te lo tomes tan literal- Dije con mis ojos conectados a los suyos intentando influir en el, cuando solté su barbilla el volvió a su posición normal dudando unos segundos en hablar, pero luego de unos segundos la espera se hacia infinita -Solo espero que estés eligiendo bien a quien amar.


-Lo mismo pienso de ti- Dijo el ante mi sorpresa, yo lo mire sin entender por un momento. Pero la pura verdad era que podía entender de que hablaba aunque no quisiese admitirlo -O acaso negaras que hay algo entre tu y el chico tuerto... Grimes- Dijo el enarcando una ceja mientras hacia movimientos con sus manos que acompañaban a sus palabras, yo fruncí mi ceño.


-Primero ante todo deja de llamarle tuerto, tu eres un tullido y nadie te esta llamando de esa forma- Ataque dispuesta a ganar esta sana disputa, solo esperaba no terminar insertandole un cuchillo en el cráneo. Eustace ponía estas situaciones muy difíciles -Y segundo, yo no tengo nada con Grimes- Dije como fiera a lo que el negó haciendo chasquidos con su boca.


-Tu le quieres y eso se nota de aquí a tres leguas, y te ha de molestar por que no sabes el por que, simplemente le quieres por que le quieres Lucille, no puedes negar ello- Dijo el como si fuese una exigencia con su rostro enfurecido y sus facciones de niño a punto de estallar de enojo, lejos de seguir enojandome decidí relajarme, después de todo no iba a enojarme mucho mas con Eustace en este momento.


-Tal ves deberías dormir un rato, comenzare a trabajar en tu silla cuanto antes, pronto saldrás cabalgando de aquí y volverás a tener una vida medianamente normal- susurre la ultima frase a la ves en la que pasaba mis dedos por su rostro para luego besar su mejilla y de un pequeño salto bajar de la camilla.


El continuo sin decir nada hasta el momento en el que salí al exterior del lugar, mire mi reloj de muñeca bajando los escalones del porche y luego mire al cielo sin percatarme de la presencia de Carl sentado tras la puerta sino asta que su voz resonó en mis oídos haciéndome frenar de repente.


-¿Eh oído mal o has dicho que me quieres?- Pregunto el sonriendo de lado mientras se ponía de pie y bajaba de uno en uno los escalones, aun cuando estuvo cerca de mi seguí sin responder a su patética pregunta.


-Has oído terriblemente mal, Grimes- dije arqueando una de mis cejas aun quieta en un mismo lugar, el soltó una carcajada de una forma simpática y su único ojo celeste como el cielo se clavo en los míos.


-También eh oído algo acerca de una silla para montar y una pregunta sobre un lugar en el mundo a donde el tullido quisiera ir ¿que estas pensando Lucille?- Pregunto el adquiriendo una posición seria en el asunto rodé mis ojos e intente esquivarlo pero su cuerpo volvió a plantarse frente al mio.


-No le digas tullido, inútil- Apenas lo empuje pero basto para que se balancee un poco -Y ya no estoy pensando en nada, ahora estoy planeando- Dije con malicia mientras hacia un nuevo intento por esquivar su presencia ahora por fin lograndolo aunque el no tardo en seguir mi paso- Ahora vete con Arya, seguramente te necesita mas que yo, tengo mucho por hacer- Dije de mala gana mientras mi mente era inundada por el vago recuerdo de la rubia, suspire de forma casi inaudible y seguí caminando.


-No digas estupideces- Bufo de mala gana mientras ponía en blanco su ojo como si estuviese burlándome, ver el cielo a punto de comenzar a gotear sobre nosotros me quitaron las ganas de ahorcar a Carl Grimes y por el contrario comencé a caminar en dirección a la casa donde Maggie vivía.


Para mi mala suerte a mitad de camino, como lo había previsto, comenzó a llover a cantaros pero cuando llegue al pórtico de la casa tenia sobre mi cabeza el sombrero de Sheriff de Carl Grimes mientras el se encontraba empapándose a mi lado.


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Capitulo 2/3 de la maratón publicado, que lo disfruten y no olviden votar!!

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