The frozen garden

Día 631


Narra Lucille:


Mire desafiante a William mientras el hacia exactamente lo mismo, dos o tres segundos mas tarde arquee una de mis cejas reflejando un especie de reto, el imito mi gesto mientras pintaba una mueca en sus labios similar a una sonrisa satisfactoria.


-¿Quieres rendirte ya? Comienzo a aburrirme- Comento el castaño con un tono divertido y benévolo mientras yo negaba levemente sin pestañear, ya no recordaba cuanto tiempo había pasado desde la ultima ves que había cerrado mis ojos pero aun así seguía resistiendo.  


-Antes, muerta- Respondí con recelo en el momento en el que el amagaba tocar mis ojos con su mano por lo que tuve que cerrar mis ojos de golpe mientras el reía a carcajadas. -No es justo- Proteste mientras intentaba golpear su rostro de forma amigable aunque sus brazos me lo impedían a cada intento.


Entre manotazos y risas me quede estática observado a Derek quien me observaba intensamente pos sobre aquellas personas, al notar esto el hizo varias señas con su mano llamándome. Sin dudar un segundo deje aquello que estaba haciendo con Will y con una caminata apurada me acerque al hombre de cabellos morochos. El carraspeo antes de poder hablar.


-Es hora- Dijo tan serio como el mismísimo hielo mientras fulminaba a su hermano con la mirada, solté un suspiro resignado.


-Pero es que...- Comencé a cuestionar aunque fui interrumpida por la constante negación impetuosa de Derek


-No-.


-Siquiera sabias que diría- Me queje mientras nos alejábamos de aquellas personas aunque sin salir de la caballeriza en la que ahora permaneceríamos hasta una ves acabado el invierno cuando pudiésemos volver a Whashington y yo pudiese volver a mi verdadera casa en Alexandria. La nostalgia me invadió por un segundo aunque el rostro fastidiado de Derek hizo que se evaporase por completo.


-De todos modos no me importa- Respondió con indiferencia mientras tomaba las espadas colgadas en aquellas paredes echas de madera, pero a diferencia de otras veces, el había tomado hoy las que estaban hechas con acero y no de madera. Apenas sonreí al ver las relucientes armas.


Apenas me tendió la mía comencé a examinarla con entusiasmo. Derek tenia fe en que las espadas serian nuestro ultimo recurso cuando las balas comenzaran a escarcear por lo que era fundamental su buen manejo para un explorador.


-¿Crees que estoy lista?- Pregunte con algo de temor, apenas si podía bloquear algunos golpes de los que aquel hombre proporcionaba con la espada de madera aunque deseaba creer que tendría mas cuidado al usar el elemento clave.


-No- Respondió de forma seca mientras se volteaba hacia mi de forma inesperada e intentaba atacarme, para mi buena suerte pude bajar mi cabeza a tiempo antes de que el la rebanase en dos.


Cualquier conclusión habría sido errónea con respecto a Derek, la emoción había borrado por un segundo el echo de saber que el me odiaba tanto como para matarme sin piedad. Su segundo intento por atacarme fue atajado por mi espada, también intente atacarlo en un ágil movimiento pero el filo de su espada rozo mi espalda lastimandola.  Por un segundo lo observe de forma fulminante antes de que el proporcionara un ataque que abriría mi piel pegada a las costillas causándome un punzante dolor. En un rápido giro mi espada se encontraba atravesando su pie y luego lastimando su rodilla mientras el volvía a atacarme pero fallidamente. En su ultimo ataque llego a rozar peligrosamente mi yugular y fue cuando la punta de mi espada se poso sobre sus genitales.


-Deja de lastimare o te rebanare los testículos, cabrón- Espete con autoridad mientras sentía como la sangre se resbalaba sobre mi piel en tres lugares diferentes de mi cuerpo adolorido. El respiro agitado un momento antes de extender sus brazos y empujarme al suelo con brutalidad.


-En primer lugar no vuelvas a tocarme siquiera con la espada ¿Oíste?- Espeto el de la forma mas enfurecida que pudo utilizar, casi podían verse los humos saliendo de su cabeza por lo rabioso que estaba mientras me reprochaba tales cosas sin dar importancia a su pie lastimado. -Y en segundo lugar, ¿De que te serviría tener mis testículos en tus manos? Cortarme un pie seria mas efectivo- Espeto el notablemente enfurecido pero intentando relajarse, yo aun seguía en el suelo mientras mis heridas manchaban con sangre toda mi ropa por no mencionar el gran dolor que me causaba cada una.


-Esto fue una mala idea- Concluí intentando ponerme de pie costosamente ¿Con que fin seguía haciendo esto? Después de todo no iba a quedarme mas que el invierno, al volver a casa Derek se iría de mi vida para siempre y ya no estaría bajo su tutela.


-Comenzó a serlo cuando acercaste el filo de tu espada a menos de veinte centímetros de mi- Bufo el mientras se sentaba en una butaca de madera sacándose su zapato el cual estaba lleno de sangre que callo al suelo como si fuese agua.


Apenas levante mi remera y pude ver el perfecto tajo que se había formado en mi piel, el que tenia en la espalda no podía verlo pero aun así sentía el dolor indicándome que estaba allí. Derek aun sentado estiro su brazo hacia arriba tomando hilo y una aguja que luego, y para mi sorpresa, me lanzo a las manos.


-Se que sabes como suturar esas heridas sola, hazlo antes de que se infecte- Ordeno el a lo que me senté en el suelo esparciendo los materiales.


Luego de unos minutos por fin pude clavar la aguja en mi piel haciendo el primer punto en la herida que tenia en mi yugular, para cuando termine de cocer las dos heridas visibles a mis ojos Derek aun seguía suturando de ambos lados su pie, o al menos estaba terminando de bañarlo en lo que olía como alcohol desinfectante. Suspire fuertemente y lo mire un momento con la aguja y el hilo en mis manos, el se quedo mirándome un momento sin despegar las manos de su pie.


-¿Podrías... ayudarme?- Dije y enseguida me di la vuelta levantando mi remera hasta la mitad de la espalda dejando a su vista el que podría ser la herida mas grande que me había echo su espada.


Oí un bufido de su parte y luego se acerco a mi, sin previo aviso derramo alcohol sobre la herida haciéndome gemir de dolor y luego comenzó a suturarla con tanta delicadeza que hasta no parecía el mismísimo Derek Dhen.


-Ten cuidado con la muerte Lucille- Susurro con calma.


-No te temo- Negué.


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Holius holius holius!


Miércoles de capitulo ¿Que os ha parecido?.


Bueno os quiero agradecer, como siempre, por sus votos y comentarios, los aprecio mucho!!! Os agradezco también el echo de que la novela cada día tiene muchísimas mas leídas y eso me hace muy feliz!!!


Bueno no olviden comentar y votar si les ha gustado y nos veremos el sabado con un nuevo capitulo!


Sin mas que decir..


Besos y salu2!


MiluBergling

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