Día 620:

Narra Carl

Mire hacia el horizonte por quinta ves consecutiva y volví a fijar la vista en el suelo acomodando mi sobrero que actuaba como una sombrilla evitando que los rayos del sol que reglaba en su puesta se filtrasen y llegasen hasta mi rostro.

Luego de un par de minutos mas caminando junto a Eustace y su caballo, decidí que era mejor si seguíamos la búsqueda por la mañana y pasábamos la noche en alguna de las casas abandonadas que se encontraban a los lados de la carretera en aquel barrio fantasma.

Sin duda a primera hora recorreríamos aquel lugar, era un buen escondite para que la niña pudiese refugiarse, ella era inteligente, tanto como para estar allí y escapar de la noche a la mañana sin que nos hubiésemos enterado por lo que debíamos ser lo mas precavidos posibles.

Al entrar en el jardín de la primer vivienda, que se presentaba al menos en mejor estado que las demás, Eustace disparo flechas a dos o tres caminantes que se encontraban rodando por allí. Al acabar con los únicos tres decidí que era hora de ingresar a la propiedad por lo que me dispuse a patear una de las puertas cuando a mi espalda el chico rubio carraspeo.

Había olvidado que el era un tullido.

-Debes ayudarme a bajar- Comento el con su rostro tan serio y endurecido como el mismo hielo, su piel casi transparente lo hacia ver como si fuese un fantasma en la penumbra de la noche por lo que me generaba bastante incertidumbre. Lentamente di unos pasos en su dirección. -Es tan incomodo para mi como lo es para ti, chico- Suspiro el resignado pero aun manteniendo su tono severo mientras con sus manos comenzaba a desatar sus piernas de su silla.

-Carl, mi nombre es Carl- Aclare con un suspiro mientras me acercaba a ayudarle, sin duda no era el momento para comenzar una competencia, aunque tampoco pretendía que use el mismo tono con el que hablaba con Lucille, simplemente buscaba disolver aquella tensión que manteníamos. -Voy a bajarte- Avise cuando en se inclino hacia mi y pude tomarlo de los lados de su abdomen para poder bajarlo de allí.

Sin duda aquello era vergonzoso para ambos, mantuve su cuerpo pegado al mio para evitar su caída al no poder utilizar sus piernas una ves estando en tierra. Sin duda el era bastante mas alto que yo y por lo tanto, mas pesado.

-¿La silla?¿La tienes?- Pregunto el intentando sujetarse de mis hombros solo con la fuerza de sus brazos, intente moverme un poco soportando su peso en mi brazo derecho mientras que con el izquierdo tome la silla con ruedas que ahora se encontraba en el suelo, Eustace la había mantenido sobre el caballo durante todo el trayecto sin dejarla caer, debía estar muy fatigado de aquel trabajo.   

Al extender aquel aparato el rubio dejo caer su peso en ella y comenzó a moverse hasta llegar a una de las puertas donde espero hasta que pude forzar su cerradura y abrirla sin causar mucho ruido. Al ingresar tan solo nos encontramos con ratas y demasiado polvo, gracias a dios, ningún caminante.      

Al igual que en todo el camino a la ciudad de Arlington el resto de las horas hasta que anocheció fuero muy silenciosas, me concentre en poder prender la hoguera y obtener algo de luz mientras que el tullido tallaba sus flechas y afilaba los cuchillos. Era nuestro primer día y todo parecía marchar bien, mejor de lo que había pensado aunque aun me quedaban cuestiones sobre el.                      

Yo podía aparentar ser alguien serio y maduro pero dentro de mi se escondía una persona sumamente curiosa.

Al dar las nueve el silencio comenzó a hartarme, ya había pensado lo suficiente durante ese día, no quería volverme loco, solamente quería encontrarla sana y llevar a Lucille a casa nuevamente en Alexandria. Siquiera ella y su carácter roñoso harían hacerme cambiar de opinión o impedírmelo. 

-Gracias por... ayudarme a buscarla- Dije con un tono dificultoso, aquello me había costado mas que cualquier otra cosa, solía ser un chico demasiado orgulloso y aquello prácticamente había destruido completamente la poca dignidad que me quedaba.

-Por nada, gracias a ti por confiar en mi aunque sea un lisiado- Dijo el mientras calentaba sus manos en el fuego, sin duda no me esperaba aquello, Eustace parecía ser alguien casi tan serio y orgulloso como lo era yo, exceptuando las veces que solía estar con Lucille. -¿Crees que vallamos a encontrarla?- Pregunto suavizando su tono mientras me observaba con su frente arrugada en un gesto totalmente disgustado.

Tome aire un par de veces antes de responder aquella pregunta, ¿En verdad creía poder encontrarla? Eustace había dicho que ella me había llamado el día del accidente, sin embargo, cuando llegue al lugar donde había caído ella ya no estaba, se había ido sin siquiera dejar algún tipo de rastro. Aquello fue un indicio para darme cuenta de que tal ves se había ido por cuenta propia y me culpaba de ello, yo la había besado, yo era quien me comportada como un idiota estando frente a ella, tal ves eso la había enfadado tanto como para tomar las riendas y forjar su propio camino.

Al darme cuenta de que Eutace seguía esperando una respuesta tan solo le dedique una mirada algo desganada y volví a concentrarme en el fuego delante de mi aunque la mano del rubio en mi hombro hizo que desvíe mi mirada nuevamente a el.

-Lo haremos Carl, tal ves nos tome el resto de nuestra vida, pero la encontraremos- Dijo el dándome al menos un poco de ánimos, asentí levemente con mi cabeza mirándolo de reojo, tal ves el no era tan odioso como yo creía. -Lucille es todo un misterio Carl, jamas llegaras a comprenderla por completo, jamas llegaras a conocer todos su secretos pero ten por seguro de que ella no se aleja de las personas a las que ama- Enfatizo mirándome intensamente, también lo mire, en sus ojos podía sobresaltar algo de rabia pero aun así su idea no era lastimarme.

-¿De veras crees...?-.

-Ella te adora mas que a nadie Carl-.

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Holiuss!!!

Viernes de capitulo narrado por Carl!!

¡Por fin Eustace y Carl comienzan a relacionarse!

Bueno, os quiero agradecer por los comentarios y votos, cada día recibo al menos cinco notificaciones de nuevas lectoras que votan esta novela y todo es gracias a vosotras quienes día a día ayudaron a poder hacer crecer esta novela, no se dan una idea de lo feliz que me encuentro por ello.

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Espero que os siga gustando mucho la novela!

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Besos y salu2!

MiluBergling.