Capítulo XVII


Y vaya que había enloquecido, pero no por mis secretos... Sino que por lo que estaba a simple vista. Durante la semana mamá pasó al menos cuatro días en mi casa; dedicándose a limpiar, cocinar, desinfectar y eliminar cosas que, en su opinión, eran totalmente innecesarias. El noventa por ciento de esas cosas 'innecesarias' eran las pertenencias olvidadas de Lindsey. Como si fuera una especie de reunión familiar, Billie también estuvo varios días en mi casa, todos durmiendo entre la cama matrimonia y el sofá de la sala. Mi amigo y mi madre se turnaban para irme a dejar a las quimioterapias que ahora habían pasado a ser dos veces a la semana en lugar de una. Me ayudaban a no sentirme tan solo... pero sólo había alguien que necesitaba para sentirme realmente acompañado. Y no quería admitirlo... porque admitirlo significaría destruir su vida junto con lo que quedaba de la mía.


¿Cómo podía ser yo tan egoísta como para decidir amar a alguien antes de morir? Digo... ¿Qué pasaría cuando el inesperado día llegara? ¿Cómo consolar a dicha persona cuando yo no estuviera aquí? Simplemente no podía pensar tan egoístamente. Y si tenía que morir solo... pues bienvenido sea. No importaba que su rostro fuera lo último que mis ojos visualizaban antes de dormir ni lo primero que imaginaban al despertar, no importaba que su voz resonara en mi cabeza durante todo el día, no importaba que fuera su risa la que me ayudaba a sobrellevar las inyecciones cada vez más dolorosas de esos químicos en mi cuerpo. No importaba que, sin pensarlo, mis labios acariciaran una y otra vez su nombre... Frank...


- Gerard, cariño. Llegaremos tarde -la voz de mi madre invadió mis sentidos, yo sacudí la cabeza un par de veces antes de ir hacia la sala.


Ella ya estaba lista para salir y con las llaves del auto en las manos. Me besó ambas mejillas al verme y acomodó el negro gorro de lana que últimamente se había convertido en mi mejor aliado para evadir miradas curiosas y preguntas innecesarias. Hice el esbozo de una sonrisa y caminé hasta la puerta principal, luego me subí al automóvil. El viento golpeaba fuerte mi cara, mis ojos lagrimeaban y el sólo tramo de la puerta hasta el vehículo significaba un cansancio enorme. Aunque claro, esos y muchos más eran los efectos secundarios de las drogas que inútilmente luchaban contra mi cáncer.


- ¿Nervioso? -preguntó Donna con una sonrisa de lado. La miré durante un buen rato, para sus cuarenta y muchos lucía bastante bien, de hecho... juraría que se veía años más joven que yo con estas ojeras tan marcadas.


- ¿Debería? -murmuré entre dientes. Ella frunció el ceño, pero... ¿Por qué debería estar nervioso? ¿O es que... ella conocía los pensamientos que visitaban mi mente día y noche?


- Eres insufrible -comentó girando la vista al frente- Intento entablar una conversación y tú me respondes de esa manera...


El silencio se instauró como un muro entre nosotros dos, todavía más insufrible que mi actitud de mierda. Pero es que de verdad a veces las palabras eran innecesarias, ¿qué decir cuando ya lo has dicho todo?


- Llegamos -dije realmente contento cuando el hospital apareció en mi campo de visión. Ella detuvo el automóvil-. Pasa por mí dentro de dos horas.


- Adiós -sonrió de lado-. Te amo, Gerard.


- Igual yo mamá -contesté cerrando la portezuela y encaminándome al hospital.


El mismo aroma que meses atrás odiaba ahora se me hace tan familiar, casi como el aroma de las tostadas que mamá prepara por la mañana. Es alucinante como el cuerpo se acostumbra... pero aun así, la mente no puede dejar de sentirse incomoda en este tétrico lugar. Como si de mi hogar se tratase, camino hasta la oficina de Frank y, sin saber por qué, me limito a empujar la puerta levemente... el rasgueo melodioso de unos dedos sobre las cuerdas de una guitarra alucinan mis sentidos y la voz que acompaña la melodía provoca que mi piel se erice completamente... el movimiento abandona mi cuerpo, mis pies no responden y mi pecho se mueve rápidamente a causa de los pulmones que de un momento a otro deciden necesitar más aire. Y aun así... aun así lo disfruto.


When you try your best, but you don't succeed...


Mis labios se secaron al descubrir que se trataba de aquella conocida canción. Meses atrás, cuando apenas conocía lo que estaba por venir... me dormía escuchándola, deseoso de que alguien prometiera arreglarme. Las aletas de mi nariz se movieron de forma errática a causa de mi violenta respiración, mis párpados temblaron sobre mis ojos que poco a poco se fueron inundando y me apegué un poco más a la puerta.


When you get what you want, but not what you need...


Sentí como mis manos se cerraban en torpes puños y reprimí un poco más mis latidos. Una parte de mi ansiaba correr hacia el interior de la oficina y... dejarse llevar. Mientras que la otra... la otra ansiaba con todas sus ganas correr en el sentido contrario y no volver jamás.


When you feel so tired, but you can't sleep...


Frank, Frank, Frank... que hermosa voz escondías tras tu perfectos labios y que increíble habilidad guardabas en tus dedos que creí, sólo servían para sacarme de quicio golpeando el escritorio con aquel lápiz. ¿Cómo es que fui tan afortunado como para toparme con la perfección personalizada? ¿Y cómo es que mi suerte es tan maldita como para ponerlo en mi camino a estas alturas mi vida?


Stuck in reverse...


Frank, mi joven prodigio... ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué confundes más mi mente? ¿Por qué no podías ser un viejo a punto de jubilarse, por qué tuviste que ser... tú? ¿Qué sucede contigo, Dios? ¿Qué karma estoy pagando? Al saber que moriré sin apreciar la totalidad de los dones de éste ángel... se purgan todos los pecados de todas las vidas que pude haber vivido.



When the tears come streaming down your face...


Sin desearlo las últimas palabras de la estrofa brotaron de mis labios resecos y me maldije de inmediato por mi falta de autocontrol. El efecto fue inmediato. Frank detuvo su rasgueo y con ello el canto que alejaba todos los demás pensamientos de mi mente, donde mi centro era sólo él; Frank. Habiendo sido descubierto no quedó otra opción más que aceptar la derrota y aparecer. Sequé mis ojos ¿En qué momentos se inundaron de lágrimas? Y, aclarando la garganta, terminé de empujar la puerta para entrar completamente en la oficina. Frank estaba tendido en el sofá, aun con la guitarra acústica sobre su regazo y la mirada fija en la puerta. Aclaré mi garganta una vez más y éste por fin notó mi presencia. Sus ojos se iluminaron y me faltan palabras para describir lo que su sola visión significa para mí.


- Lo sient...-comencé, pero me vi interrumpido.


- Disculpam... -murmuró, ahora soy yo quien le interrumpe.


- No, fue culpa mía por llegar antes de la hora...y sin avisar -sonreí, mordiéndome los labios, él miró el reloj sobre su escritorio. Aún faltaban siete minutos para que mi cita con él empezara.


- Qué vergüenza que me hayas escuchado... nunca nadie me había escuchado cantar... de seguro lo hago horrible y mis torpes dedos estropean por completo la perfección de la canción -dijo inflando las mejillas.


Sin pensarlo, cerré la puerta a mis espaldas y me adelanté hasta el sofá, posé una de mis rodillas en el suelo y tomé su rostro con mis manos, él me miró sorprendido.


- Eres increíble -dije intentando captar por completo el color de sus ojos, para no olvidarlo jamás.


- ¿Te gustaría escuchar el resto de la canción? El tiempo apremia... -sonrió mordiendo su labio tembloroso. Yo asentí lentamente y abandoné para ir a tomar asiento sobre el escritorio- Pero primero debes prometer que no vas a burlarte si es que resulto ser pésimo -dijo acomodando la guitarra sobre su regazo.


- Lo prometo -respondí cruzándome de brazos, admirando como desviaba la mirada y el tono rosado que tomaron sus mejillas al atraparme observándolo tan devotamente. Su voz tembló un poco al retomar las notas donde, un par de minutos antes, las había abandonado.


When you lose something you can't replace...


Y los pensamientos regresaron como quién abre la llave del agua a mi mente ¿Cómo podría arriesgarme siquiera a enamorarme sabiendo que cuando me vaya... él quedará completamente sólo y destrozado?


When you love someone, but it goes to waste...


Sus ojos se toparon con los míos por lo que pareció ser una eternidad y sus labios sonrieron... Mi mente le dio tantos significados a esa sonrisa en una fracción de segundo. Pero el significado que más sentido tuvo fue que... él no tiene miedo.



Could it be worse?


- Claro que sí, podrías amar y no ser correspondido... o amar y no confesarlo jamás -mis torpes palabras se escaparon de mis labios nuevamente. Parpadeé un par de vez, me ruboricé por completo y volví a maldecir mi falta de autocontrol. Frank me miró con el entrecejo fruncido, fingiendo no comprender el contexto de mis palabras. Pero el brillo tras sus pupilas reveló lo contrario. Me hubiese encantado poder sacarle las palabras de la garganta, una por una, beso a beso... pero de momento sólo tenía su mirada curiosa y sus labios entreabiertos. - Lo siento, no debí -me disculpé poniéndome de pie. Mis piernas temblaron, negándose a mantener mi torpe trasero alejado del suelo.


Él siguió sin decir palabra alguna, sus dedos se mantuvieron como petrificados sobre las cuerdas... y el pánico se apoderó de mi ser. Tragué saliva con dificultad y, haciendo gala de mi estupidez, corrí hacia la puerta antes de que él pudiera regresar de ese lugar donde su mente se escapó para no tener que escucharme. Sin saber mi destino, me alejé corriendo del hospital y luego de la familiar parada de autobús. Sólo me detuve unas cuantas cuadras al sur del hospital, me escondí en un callejón y dejándome caer junto a un contenedor, lloré. Y me sentí aún más patético al hacerlo. Con mis actos y palabras había revelado lo que más quería esconder... el hecho de que estaba perdidamente enamorado de mi terapeuta.





Comment