Capítulo 15

*Narra Alex*


Abrí lentamente los ojos, un fuerte dolor recorrió todo mi cuerpo, mordí mi labio inferior, intentando fallidamente calmar un poco el dolor, obviamente lo único que logre fue que ahora me doliese también el labio.


- Buenos días - oí una voz masculina a mi derecha - ¿Como te encuentras?


Intente girar la cabeza pero el dolor era insoportable, suspire e hice una señal para que la persona de voz desconocida se acercase un poco.


El joven asomo su cabeza en mi campo de visión, era un chico muy pálido, su cabello era plateado, sus ojos eran una mezcla entre azul y verde grisáceo, me miraba con una amable sonrisa en sus labios.


- ¿Te encuentras mejor? - me preguntó.


- ¿Quien eres tu? - pregunté con confusión.


- Soy Shiro Fubuki, un jugador de la selección japonesa - se presentó.


- Espera, espera, espera, si eres un jugador japones...¿Qué haces ayudando a un jugador Italiano? - pregunté -...y...¿Donde esta Mr.D? - pregunté mientras suspiraba con tristeza - Lo ultimo que recuerdo es ver como se aproximaba a mi...


- Así es, él te trajo aquí - me explico - Ahora mismo esta hablando con los doctores - me sonrió.


- Sigo sin saber que haces tu aquí - dije mirándolo de reojo esperando respuesta.


- Ha, eso, cundo te desmayaste te aferraste a mi chaqueta y como no querías soltarme tuve que venir - me explico con una sonrisa mientras se rascaba la mejilla.


Pude sentir como un calorcito comenzaba a aparecer en mis mejillas, apreté un poco los puños y mire al joven.


- Lo siento - susurré y entonces me percate de algo - ¿Mi equipo no esta aquí? - pregunté - ¿Tan mal les caigo?...- pensé.


- Estuvieron aquí las tres primeras horas - explicó.


- ¿¡Tres horas!? - grite sorprendida.


- Sip, aunque no sé de que te sorprendes, estuviste durmiendo 5 horas - dijo - Bueno, pasadas las tres horas el entrenador les dijo que se marcarán a entrenar y que no perdiesen el tiempo, pero hubo un chico que sigue allí afuera, esperando a que despiertes - sonrió.


¿Sera Angelo? - me pregunté - ¿Tienes idea de quién puede ser? - pregunté con ansias por saber la respuesta.


- No estoy muy seguro, pero si no recuerdo mal era un chico de cabello rubio y muy bajito - explicó.


- Angelo - susurré - ¿Puedes decirle qué entre? - pedí mientras me levantaba con un poco de dificultad.


- Claro, espera un segundo - dijo mientras se levantaba.


(...)


- ¡¡Alex!! - grito mi rubio amigo mientras de un salto se tiraba sobre mi para abrazarme - ¡Deja de intentar que me de un paro cardiaco! - me regaño mientras me abrazaba con fuerza.


- Lo siento - dije reinado un poco - Por cierto - dije acariciando un poco su cabello - Me haces daño.


Al instante el rubio se separo rápidamente mientras susurraba un: "Lo siento"


- No te preocupes - sonreí mientras acariciaba mi estomago, ya que me dolía un poco por el impacto que me había dado mi amigo.


- Alexandra, tienes un bonito nombre - dijo el chico de la selección de Japón.


- No, me llamo Alex, sólo Alex - dije un poco nerviosa.


- Alex - me susurro Angelo - Te han pillado - susurro mientras señalaba mi torso.


Baje la mirada y pude ver que se notaban mis "dotes femeninas", obviamente me sonroje un poco y me tape con los brazos mientras miraba al chico japones.


- Por favor, no digas nada - pedí.


- ¿Por qué? Es increíble que una chica haya podido llegar hasta el Fútbol Frontier Internacional - dijo sonriendo - Es digno de admirar.


- No tanto...si todos te moran con desprecio - suspire.


- ¡¡¡ALEXANDRA WOLDER!!! - grito un voz femenina y de pronto la puerta se abrió de una patada, dejando ver a Lucí al otro lado, parecía que había estado llorando y su respiración estaba bastante agitada.


- ¿Lucí? - pregunté - ¿Qué hace...? - no pude terminar de hablar ya que la rubia me abrazo con fuerza mientras lloraba un en mi pecho.


- Emmm...creo que seria mejor que nos marchemos fuera - susurro Angelo mientras se marchaba, arrastrando al japones fuera.


- Lucí - dije mientras le acariciaba el cabello - ¿Qué te pasa?


- ¿Qué me pasa? - susurró - ¿¡QUÉ ME PASA!? - grito mientras alzaba la mirada, dejando ver sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar - ¡Cuando Mr.D nos llamo explicándonos todo lo que había pasado por poco me da algo! - grito entre llantos.


- Espera, ¿Mi madre esta aquí? - pregunté.


- Así es - oí la voz de mamá a lo que me gire y vi a mamá llorando, se encontraba junto a Mr.D el cuelo me miraba.


- Alex, necesitamos que vengas con nosotros un momento - dijo el hombre rubio.


(...)


- ¡No quiero abandonar ahora! - grite mientras miraba a Mr.D y a mamá.


- Alex, ¿No te das cuenta de que esto es demasiado arriesgado? - dijo mi madre con los ojos llorosos - Podría haberte pasado algo pero.


- Mamá, me a costado mucho llegar hasta aquí, no puedo rendirme ahora, por favor, entiéndeme - pedí.


- No Alex, ya he tomado una decisión, nos vamos a casa - dijo mamá.


- En realidad - dijo Mr.D - En este lugar ella esta bajo mi tutela, legalmente yo soy quien se encarga de ella - dijo - Y Alex se quedara aquí.


- ¿Usted esta mal de la cabeza? Por poco la palma - dijo mamá.


- Tengo los papeles que confirman lo que acabo de decir - dijo Mr.D - Alex, ve y prepárate.


- Si - dije mientras comenzaba a caminar, escuchando como mamá comenzaba a discutir con el entrenador.


(...)


*Narración normal*


Alex se dirigía hacia la habitación que le habían asignado, aún sentía un poco de dolor pero no le prestaba atención, solo quería regresar con su equipo.


Al entrar a su habitación pudo ver y oír esto:


- Te apuesto un euro a que la hago hablar - dijo Luci mientras le extendía el meñique hacia Angelo.


- ¿Enserio? - preguntó Angelo sin fiarse.


Lucí siguió extendiendo el meñique mientras lo movía un poco, finalmente Angelo suspiro y estrecharon meñiques.


*Narra Alexandra*


- ¿Qué me he perdido? - pregunté.


- Nada importante - contesto mi amiga.


- ¿Y el chico japones? - pregunte mirando hacia todos lados, sin verlo.


- Se ha ido hace un rato, ha dicho que espera que te mejores - dijo Angelo.


- Era guapo, ¿A qué si? - pregunto Lucí con una sonrisa de idiota.


- Callate - me queje un poco ruborizada, ya que mi amiga tenía toda la razón.


- Pero por lo que se...ya le has echado el ojo a alguien - dijo con un sonrisa pícara.


- Calla ya - dije mientras me cambiaba de ropa a toda prisa - Vamos, nos esperan fuera - tras decir aquello abrí la puerta y lo primero que vi fue a...


- Ichinose - susurré.


- ¿He?¿Como sabes mi nombre? - pregunto el chico que tenia frente a mi - Anda, si eres el chico pelirrojo.

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