Gauvain en el castillo de las reinas

Mientras Gauvain piensa en la doncella que desapareció de su vista, de un bote ve venir a un barquero que le pide su caballo ya que en sus tierras los caballos de los caballeros vencidos le pertenecen, Gauvain por aquella ley se lo da de buen grado.


Gauvain mata al rocín que estaba mal herido y sufriendo. El sobrino de Greoreás se pone a la merced de Gauvain y este se lo entrega al barquero como prisionero. Entonces el noble le pide que le de nuevas de la doncella que lo acompañaba, el barquero le dice que no le tome importancia ya que era una doncella peor que Satanás, y que esa noche se quede con él, Gauvain acepta.


Comieron a gusto. Y se levantaron ambos a la misma hora a la mañana siguiente.


Hablan del castillo del lado el cual le corresponde a una reina, rica y discreta, la cual tiene una hija. Sus salas están guardadas por arte y encantamiento, no sobreviviría allí hombre codicioso o avaro. También allí hay damas ancianas a las que fueron deshonradas cuando vieron muertos a sus maridos, huérfanas también. Toda esa gente va y viene por el palacio con la loca esperanza que llegue un caballero que las proteja y les devuelva el honor, que de marido a las doncellas y que haga caballeros a los pajes, pero el barquero le contó que era imposible ya que el caballero tendría que ser puro de alma, pero que si se llegase a andar el caso seria dueño del castillo, devolvería a las damas sus tierras, casaría a las doncellas, podría paz a las guerras, amaría a los pajes y podría fin a los encantamientos del palacio.


Al escuchar aquello Gauvain dice que irá a ver a esas doncellas, el barquero no puede convencerlo de que no vaya, entonces le hace prometer un don, que cuente cuando vuelva a sus tierras de lo inmaculado y ostentoso del palacio de las doncellas. En el camino se topan a un cojo millonario de una pierna postiza de plata oro y piedras preciosas.


Siguen su paso con el barquero acompañándole en su empresa. Llegan al palacio, ven la entrada era alta y ostentosa, más allá se veía un cómodo lecho de finos materiales, Gauvain insiste en querer sentarse en el, pero en ello el barquero se va ya que no soportaría verlo morir al sentarse en el "Lecho de la Maravilla", las campanitas del lecho sonaron al sentarse Gauvain en el y se activaron los encantamientos, de las ventanas del palacio volaron cientos de dardos y flechas. El noble se tapó con su escudo. De la nada se cerraron solas las ventanas y esa parte de la batalla cesó. Salió Gauvain un poco herido. De la nada salta de la bóveda un león, pero lo mata con su espada y se vuelve a sentar en el lecho, el que allí vivía le dice que ya no tema nada más y que ahora será servido y honrado. Le empiezan a desarmar armadura un montón de pajes que llegan y otros se llevan su caballo al establo.


Describe que ve pasar a hermosas doncellas. Él las saluda y ella les dice que esperaron mucho tiempo un prohombre como él y que están dispuestas a servirle, en nombre de la reina. Gauvain sintió el máximo honor. Esta le envió ropa de armiño para que el frío no le dañe.


Gauvain se ataña con aquellas ropas, luego siente deseos de ir a ver lo que hay en la torre, sube una escalera de caracol hasta llegar a la parte superior de esta, mira todo el país asombrado por la vista.


Gauvain dice al que le recibió que le gustaría salir a morar y cazar en la floresta, pero este le responde que no es propio, ya quien se llame amo y señor no debe salir de su castillo, con o sin motivo.


La doncella de antes viene ante Gauvain y le dice que la comida esta lista y que comerían donde él quisiera y que la reina vendrá a verle.


La nieta va a informarle a la reina de que ahora Gauvain se encuentra triste y molesto. La reina le dice que no se preocupe que ella lo relajará. Entonces se realiza el encuentro y conversan, según preguntas de la reina descubre que Gauvain es de la mesa redonda del rey Artús. Esta también le pregunta como se encuentran el rey Artús y su esposa, le responde que bien, y que la señora es de noble excelencia que todos aprenden de ella. Y que ahora Gauvain se sentía mucho más alegre al estar al lado de aquella reina.


Quiso comer en el palacio donde ningún otro caballero había comido antes, la reina le acepto y se fue. Sus 250 doncellas le atendieron, los pajes también.


Se conversó de mucho en la sobremesa. Todos le daban alegría a su nuevo señor. Al irse a dormir se fue en el Lecho de la Maravilla.

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