En el castillo de Grial

Se le ve imposibilitado el paso a ver a su madre por un gran río, le preguntó a un pescador si existe un cruce, pero le responde que no, entonces le pide albergue y este le acepta. Le da el pescador indicaciones para ir a su casa, la cual resultó ser un gran castillo.


Ya en la torre ambos conversan (dato: pescador tiene un impedimento en las piernas que le impide ponerse de pie, siempre es asistido por sus pajes) y los interrumpe un servidor que trajo una exclusiva espada de regalo de la sobrina del pescador, este último se lo regala a BH.


Mientras charlaba, [en lo que pareciera una especie de ritual] de una cámara llegó un paje con una flecha que sangraba sola, BH quiere preguntar de que trata aquello pero teme pasar por rústico, entonces calla como le recomendó Gornemant de Groot, entraron más pajes iluminando el lugar con candelabros hasta una doncella con un grial, se iluminó realmente todo opacando todo lo demás. Todos los servidores fueron hasta entrar en otra cámara.


Comieron felices de los más exquisitos manjares nunca antes probados en una ostentosa mesa de ébano, a la mañana siguiente BH se levanta y no ve a nadie, ni al pescador ni a ningún paje.


Se sube a su caballo e intenta buscar a los pajes para aclarar todas sus dudas.


El narrador nos cuenta que esto le puede ser perjudicial: el haber callado y no haber preguntado sobre el grial y la flecha, "Porque he oído decir que a veces uno tanto puede callar demasiado como hablar demasiado" (p.97)

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