Capítulo 1

Nervioso, atravesó la puerta de la mansión en la que tantas veces había estado. Consciente de que no tenía excusa alguna para llegar tarde y que, en caso de hacerlo, lo más probable era que las consecuencias no fuesen buenas.

—A punto has estado de llegar tarde, Montague —dijo una voz desde la cabecera de la mesa del comedor.

Luke Montague bajó la cabeza, murmurando palabras de disculpa, antes de sentarse en el lugar que quedaba libre en la mesa, entre otros dos mortífagos. Su hermano mellizo también se encontraba allí, aunque algo más alejado de su señor. Luke se dio cuenta de que las posiciones respecto al Señor Tenebroso estaban relacionadas con la confianza o relación que los mortífagos tenían con su señor.

Uno de los lugares junto al Señor Tenebroso estaban ocupados por Severus Snape.  Pero había también una persona en pie hablando directamente con el Señor Tenebroso. Era el único de la sala que se atrevía a hablar con él con relativa tranquilidad. Algo normal, dado que era una de las pocas personas a las que Voldemort podía considerar familia.

Thomas Sayre.

Thomas no era un mortífago. Melody, que sabía que se había convocado aquella reunión, le había pedido que no asistiese para evitar que se involucrase, pues ni ella ni su marido querían entrar en aquella guerra. De modo que el hombre terminó la conversación con el Señor Tenebroso, hizo un gesto a modo de saludo con la cabeza en dirección a Luke y salió de la sala con total tranquilidad.

—Mi señor, la Orden del Fénix planea sacar a Harry Potter de su actual refugio el próximo sábado al anochecer —dijo Severus Snape.

—Con que el sábado... al anochecer —repitió Voldemort.

Luke no sabía acerca de qué iría aquella reunión, pero supuso que el Señor Tenebroso querría elaborar algún plan contra Harry Potter. Él, como mortífago, tendría que participar en lo que se llevase a cabo. Pero, considerando que el chico era amigo de Eira, tal vez aquella nueva misión le supusiese más de un quebradero de cabeza.

La atención de Luke se desvió entonces hacia arriba. Una figura humana colgaba sobre la mesa, girando despacio. Se trataba de una mujer que estaba inconsciente y cuyo rostro resultaba familiar a Luke. La había visto antes... y entonces recordó dónde. Era una profesora de Hogwarts que, aunque no le había dado nunca clase, recordaba haber visto por los pasillos del colegio y en el Gran Comedor.

—¿Habrá caído el ministerio antes del próximo sábado? —estaba preguntando Voldemort cuando Luke logró centrarse de nuevo en la conversación.

—Mi señor, tengo buenas noticias a ese respecto. Con grandes dificultades y tras ímprobos esfuerzos, he conseguido hacerle una maldición imperius a Pius Thicknesse.

Pius Thicknesse era el jefe del Departamento de Seguridad Mágica. Era una persona importante en el Ministerio, y cercana al nuevo ministro de magia. Lo cual significaba que Voldemort y sus seguidores estaban cada vez más cerca de ver caer el Ministerio de Magia.

El Señor Tenebroso comenzó a explicar que haría caer a Harry Potter, para lo cual dijo necesitar la varita de alguno de los presentes. Fue Lucius Malfoy el escogido para entregarle su varita, y Luke observó, al igual que los demás, cómo preguntaba a los Malfoy si no se alegraban de su regreso. Era evidente que estaban asustados, que tenían miedo, pero nadie hizo ni dijo nada para defenderlos. Luke estaba seguro de que no habían deseado el regreso del Señor Tenebroso, aunque no deseasen admitirlo.

—Tu sobrina, Bellatrix —dijo Voldemort a la mujer cuando ella intervino en defensa de su familia—. Y también vuestra, Lucius y Narcisa. Acaba de casarse con Remus Lupin, el hombre lobo. Debéis de estar muy orgullosos.

Bellatrix intentó en vano defenderse, mientras los demás se reían y burlaban. Luke, por su parte, no dijo nada. Se mantuvo impasible, aunque vio cómo su hermano sí reía con los mortífagos que tenía más cerca.

—Muchos de los más antiguos árboles genealógicos enferman un poco con eltiempo —comentó Voldemort.

—Incluso he oído que la hija de los Sayre se junta con Potter y los sangre sucia de los Weasley —dijo un mortífago al que Luke no conocía—. ¿Y no es tu novia, Montague?

Luke miró al hombre, furioso, aunque sin saber qué hacer. Dudaba de que Voldemort le permitiese atacar a otro mortífago en una reunión.

—Deja a Eira fuera de esto —advirtió.

—Pero es cierto. Sí, es una bruja de sangre limpia, pero dejas que se junte con esa gente...

—La hija de los Sayre es asunto mío —resolvió el Señor Tenebroso entonces, dando un golpe sobre la mesa. Todos lo miraron, sin esperar una interrupción así. No esperaban que la mención de la joven supusiese un problema o fuese a afectar a su señor—. No quiero que nadie la dañe y, en caso de verla, quiero que me la traigáis viva. Si uno de vosotros la mata, lo pagará con su vida.

Todos asintieron, y Luke se sintió aliviado. De no haber sido Melody tan cercana a Voldemort, Eira habría sido un objetivo perfecto para los mortífagos, dado que era una sangre limpia cuyo comportamiento no gustaba a los seguidores de Voldemort.

—¿Reconoces a nuestra invitada, Severus? —preguntó entonces Voldemort, volviendo la atención de todos hacia la mujer que colgaba sobre la mesa. Giraba despacio, aterrorizada.

—¡Severus, ayúdame!

—Esta noche nos acompaña Charity Burbage, quien hasta hace poco enseñaba en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Enseñaba a los hijos de los magos y las brujas todo sobre los muggles, y les explicaba que éstos no son tan diferentes de nosotros...

Los mortífagos rieron y se burlaron, mientras Voldemort continuaba despreciando el trabajo de aquella profesora, que decía que los magos de sangre limpia desaparecerían, y que era una circunstancia deseable.

Luke no reía como los demás. No le gustaban las torturas, y ver a aquella mujer así no le resultaba agradable, al contrario que a otros. Aunque tampoco lo demostraría delante de los demás. No quería que pensasen que era más débil, o que dudaba de las ideas que los movían.

—¡Avada Kedavra!

Pero el rayo de luz no salió de la varita de Voldemort, como todos habían estado esperando. Había salido desde la puerta, donde un joven se encontraba, con la varita aún levantada y una mirada decidida. Había sido él quien había matado a la profesora.

Luke entrecerró los ojos, mirándolo. No había visto a aquel joven; estaba seguro de ello. Tendría un par de años más que él, y estaba en seguro de que no había estado en Hogwarts en Slytherin. Tampoco recordaba haberlo visto con ningún otro uniforme, en realidad.

Varios mortífagos, al considerarlo una posible amenaza, levantaron las varitas para apuntarlo, pero él no se mostró asustado. Miró directamente a Voldemort, quien esbozó entonces una pequeña sonrisa y asintió con la cabeza. Aquel gesto hizo que todos bajasen de nuevo sus varitas, aunque continuaban confusos. Nadie conocía al recién llegado.

—Te estaba esperando, Jonathan.

Nagini, la gran serpiente que hasta aquel momento había permanecido sobre los hombros de Voldemort, bajó deslizándose para acercarse al recién llegado quien, en contra de lo que todos habían esperado, sonrió y acercó la mano para acariciarla.

Comment