Capítulo 8

Era temprano, demasiado temprano, demasiado temprano para estar bañado, demasiado temprano para estar pensando, sábado, temprano para hacer cualquier cosa aún; el cielo se veía nocturno pero ya más claro, como un día nublado pero aún así, nocturno.

Todos se habían ido como dijo mi mamá, aún tenía la toalla envuelta en la cintura mientras estaba sentando en la silla de mi escritorio, encendí la computadora y abrí los mensajes con esperanza de tener algún mensaje sin leer de mis nuevos amigos, pero no había nada, demasiado temprano para eso también.

No sabía qua hacer, parecía que ya había hecho todo un día en solo unas horas, podría quizás ver una película, una serie, videos pero por alguna razón me sentí deprimido como para alguna de esas cosas; quería hacer algo malo por alguna razón, algo que al hacerlo no pareciera yo, algo que me distrajera lo suficiente como para dejar de sentirme tan mal como siempre, desde que salgo con estos chicos esa sensación de soledad mesclada con dolor había desaparecido pero hoy, hoy de nuevo está ahí.

Estoy solo y sentado en mi cuarto, como de costumbre nadie me habla, necesito contacto físico, necesito abrazar a alguien, necesito hablar, llorar, sentir que hay alguien a quien por lo menos le importe mi existencia, pero como de costumbre no hay nadie.

No puedo hablar de amor por que son palabras que desconozco, me gustaría sentirlo pero sé que a ninguna chica le gustaría alguien como yo, no merecería el corazón de nadie mientras el mío vale tan poco que cualquiera podría tenerlo y no importaría en lo más mínimo. Una vez creí tener a alguien pero resultó que todo lo que yo creí era amor solo era una actuación, todo lo que alguna vez hayan sentido por mí ahora se que solo era una mentira.

"Que patético", me dije a mi mismo al darme cuenta de que solo estaba sentado mirando hacia la nada pensando en todo eso, en amor, "que fracasado". Me puse ropa cómoda, decidí poner música y recoger mi cuarto que siempre estaba desordenado, pensé que quizás así dejaría de pensar tonterías, pero mi cabeza no me dejaba en paz.

"No mereces nada", "arruinas todo", "hay algo mal en ti y por eso la gente se aleja", "desde lejos se nota la obscuridad dentro de ti", "no vas a ser feliz", "solo arruinarás a esos chicos", "deberías ir a terapia maldito loco"; no se que hacer, solo quiero sentirme bien.

Después de un rato mirando algunos de mis juguetes y cosas de cuando era niño me di cuenta de que ya no me sentía mal, pero tampoco me sentí bien, solo había un vacío que agradecí aunque lo notaba tanto como el dolor de pecho pero lo prefería ; moviendo cosas en mi closet saqué un bate de baseball de metal que me había regalado uno de mis primos, ahora lo odio pero antes nos llevábamos bien, "de verdad que no tengo a nadie", pensé.

Lo tomé y lo puse debajo de mi cama, quizás me serviría para algo después, siempre quise hacer eso de ir con un bate rompiendo los buzones de los vecinos como los chicos malos de las películas viejas, sabía lo que pensarían mi mamá y mi padrastro de mi si por error les contara eso, ella seguramente diría "¿estás loco?" mirándome con una cara entre asco y burlona, ​​él se burlaría de mi con esa manera que nadie más puede imitar, riéndose a carcajadas.

Recordarlo hizo que me sintiera molesto de nuevo pero una notificación en mi celular hizo que me olvidara de eso, caminé al rededor de mi cama para alcanzar mi celular en el escritorio de madera, hice la silla a un lado para sentarme en ella y ver el mensaje.

[Desconocido]: Hola

Otra vez esa chica hablándome, esta vez decidí entrar a su chat pero no tenía ganas de contestarle, aunque quizás ella no recordaba lo que yo sí, vi los mensajes anteriores a los que no había contestado o visto ¿para qué querría hablarme alguien como ella?

[Damian]: Hola

Mientras estaba en su chat abrí de nuevo su foto de perfil pero esta vez me di más tiempo para verla, parecía una de esas chicas básicas y fresas de la escuela, ni siquiera somos del mismo salón y hace años que no cruzamos ni una palabra.

[Desconocido]: ¿Cómo estás?

[Damian]: Bien ¿Qué pasó?

Se como sonaba eso pero tenía una sensación de querer salir de eso lo más rápido posible.

[Desconocido]: Nada, solo quería platicar.

[Damian]: ¿Quién eres?

Pensé que fingir no saber quien era me daría puntos, no quería aparentar ser diferente pero tampoco quería parecer un perdedor por seguir molesto con ella después de tantos años, ganas no me faltaban para reclamarlo, mi yo en su niñez inocente merece a alguien que lo defienda.

[Desconocido]: Vamos en la misma escuela desde primaria.

Bueno ahora sí no se que responder ¿por qué hablar me era complicado inclusive solo escribiendo? Por lo menos así tengo más tiempo para pensar mi respuesta.

{Desconocido]: ¿Te gustaría salir un día?

Salí del chat lo más rápido que pude y dejé mi celular en el escritorio, eso era algo que no esperaba, estaba preparado para muchas otras respuestas pero no para algo como eso, no entiendo por qué me busca pero no dejo de pensar que seguramente debe de ser solo una broma, una de sus amigas retándola a hablarme o ella misma estaba aburrida y buscando una presa fácil; desde que me junto con esos chicos me siento diferente, quizás son las nuevas cosas que he vivido con ellos o quizás es esa sensación de que los tengo respaldadome, pero ya no dejaré que nadie me trate mal.

Recordé que no tenía que estar entre las cuatro paredes de mi cuarto y podía subir a la azotea, me vestí y seguro haría frío así que tomé mi nueva chamarra verde y caminé a la puerta de mi casa, tomé mis llaves y subí las escaleras con tranquilidad, cuando salí por la puerta negra sentí el aire pegar contra mi rostro, caminé hasta el centro de ese gran piso rojo y me senté en el piso cruzando mis piernas.

Mirando hacia el cielo gris y sin ningún celular que me hipnotizara haciendo a mi cerebro más idiota, comencé a perderme en mis pensamiento.

¿Por qué no hacer lo que quiero? ¿Por qué no hacer cualquier cosa que yo quiera? Tantos años temiendo a lo que pasaría si hacia esto u aquello, temiendo a lo que mi familia pensaría de mi, temiendo a los golpes de alguno de mis padres, temiendo a sus regaños, a los castigos ¿por qué temer? Sentía que no había vivido, no había tenido una adolescencia, nunca había hecho algo sin permiso, siempre portándome bien y aún así me han dicho todo lo malo en mí, regaños, diciéndome con argumentos las razones por las que soy un inútil. No merecía eso, pero no sabía si me atrevería a cambiar.

El sol salía y sus rayos sobre mí apartaban el frío de mi cuerpo, era el primer amanecer que veía solo y sin estar encerrado entre cuatro paredes, cerrando la cortina para que no me molestara, nunca subía aquí por ese miedo, pero eso que sentía antes disminuía.

Comment