Capitulo 5

-Damian- escuché que me llamaba Marco mientras movíamos y acomodábamos algunas cagas de la bodega.
-¿que pasó?- dije mientras cargaba una caja y la ponía sobre otra.
-Creo que ya quedó- dijo mientras hacía fuerza para levantar una última caja. Me paré en el centro y mire al rededor. El sillón viejo de regalo de bodas de mis padres estaba acomodado en medio y detrás de él habían cajas acomodadas como si fueran una segunda pared al igual que en las demás paredes, pusimos el tapete viejo en el piso justo frente al sillón, también había un sillón individual del lado derecho.
-Mierda esto se ve genial- dijo Eloy sentándose en el sillón individual, sonreír. Realmente tenían razón, por lo menos tenía un lugar para escapar de mi casa.
-Carajo- dijo Marco sentándose en el sillón -¿Ya vieron que hora es?- dijo mirando su celular -Ya deberíamos estar saliendo de la escuela-
Lo miré y me senté en una pelotea de ejercicio que inflamos -¿Ya tienes que llegar a tu casa?- pregunté ya que pensaba que siempre estaban solos.
-No, lo decía por ti ¿No te van a cagar tus papás?- dijo Diego acomodándose en el sillón prendiendo otro cigarro.
La verdad era que si podrían regañarme, yo nunca regresaba tarde de la escuela y nunca me habría atrevido a hacerlo ya que de verdad me daba miedo mi mamá, mi padrastro no tanto ya que normalmente podría solo insultarme pero no pasaba de eso.
Sonó una alarma en el celular de Diego -Chicos la cita es hoy- le informó a los otros chicos.
-Carajo que nervios- dijo Eloy levantándose, tomó mi mano -Entonces ¿vienes o que?- dijo ayudándome a levantar.
-¿A donde?- les pregunté, de verdad no tenía idea de lo que hablaban lo que me provocó un poco de inseguridad. Cuando pregunté los chicos se vieron entre ellos.
-Es sorpresa- Dijo Marco sonriendo y riendo un poco.
-Esta bien puedo decirle a mi mamá que estoy jugando en el parque.

Pasé a mi departamento rápidamente para tomar mi gorro y la chamarra que parecía abrigo tipo militar que habíamos robado apenas el día anterior, también dejé mi mochila. Los demás chicos ya estaban afuera del edificio, comencé a seguirlos mientras le marcaba a mi mamá.

-Mamá- dije con el teléfono en mi oreja.
-¿Que pasó? ¿Ya estás en casa?- pregunto mi madre y sonaba como si buscara algo en su bolso.
-Pasé a dejar mi mochila nada más, iré al parque a jugar basquetbol con unos amigos- mentí completamente.
-Esta bien- respondió antes de colgar. Terminé de guardar mi celular en la chaqueta, cuando levanté mi cabeza vi a los chicos frente a mi platicando.
-Te digo es que de verdad no se que hacer con el- Escuché que le decía Diego a Marco, Eloy solo caminaba viendo hacia el frente.
-¿Que opinas Damian?- me dijo Marco, aceleré un poco mi paso para estar al lado de ellos.
-¿De que hablamos?- dije metiendo las manos en la chaqueta.
-El ex de Diego está saliendo con una chica y les dijo a todos que Diego es un maricón que está enamorado de él y que nunca fueron novios- Me dijo Marco, "mierda con razón me dijo que le dolió" pensé.
-Mierda hermano- solo pude decir eso, nunca había salido con nadie y menos con un chico pero supongo que eso ha de doler.
-Es que de verdad, él me dijo que era gay y que le gustaba, era tan lindo conmigo... Sabes que nunca había salido con un chico y este idiota viene, me enamora y luego me dice maricón- Diego se escuchaba un poco estresado y se podía notar su dolor, lo que provocó que a mi también me doliera el pecho.
-Mira se que él de verdad te gustaba, yo noté lo enamorado que estabas y sabes que te apoyo en todo hermano, pero tiene que dejar de importarte lo que el diga o no diga sobre ti- Mientras Marco decía eso pasó su brazo por los hombros de Diego.
-Diego ¿no haz pensado en vengarte?- De repente dijo Eloy que al parecer todo este tiempo estuvo escuchando.
Diego suspiró -¿Que se te ocurre?- dijo sonriéndole.
-Eeeee...- dijo Eloy pero Marco lo interrumpió -Ya llegamos- dijo revisando su celular y viendo a su alrededor -ahí- dijo acercándose a un local de tatuajes y piercings, todos lo seguimos.

Entraron y yo miré a mi alrededor, aún el cielo estaba nublado y estábamos no muy lejos de la escuela. No tardé nada en entrar con ellos, las paredes estaban blancas y habían algunos chicos tatuados, paredes con tatuajes para mostrar. Miré mi cartera y traía dinero suficiente para hacerme uno.

En el mostrador apareció un chico con tatuajes, guantes de látex y un tapabocas negro; saludó a Diego como si se conocieran de tiempo, lo mismo con Marco.
-Traje a dos amigos, el es Eloy y el es Damian- le dijo Marco a el tatuador. Solo levanté mi mano para saludar y ellos siguieron hablando.
-Entonces: tatuaje, piercing... y ¿ustedes que quieren hacerse?- nos preguntó el tatuador.
-Yo un tatuaje- dijo Eloy riendo un poco, no entendí por qué.
-Creo que esta vez solo me haré un piercing- dije pensando donde me lo haría.
-Bueno pacen- nos dijo el tatuador abriendo una parte del mostrador para dejarnos pasar.

Me sorprendió un poco que el chico no nos preguntara nuestra edad ni identificación pero supongo que es un privilegio que tenemos gracias a Diego quien fue el primero en pasar.
Levantó su pantalón un poco y noté que tenía lleno de tatuajes casi hasta la rodilla, no los vi tan detalladamente para contarles cuales eran sus tatuajes pero se veía que tenía muchos. El chico revisó su pierna -Curaron bien- dijo mientras los examinaba -Si, no tube complicaciones con eso- dijo Diego.
-Entonces ¿Cuál es el plan?- le preguntó el tatuador a Diego. Yo solo estaba sentado junto a Eloy mirando a Diego.
-¿Ves el espacio que queda entre el barco y las nubes?... Un corazón roto, color rojo que esté sangrando un poco de color rosa. Pero no roto a la mitad, bueno a la mitad pero con más rupturas- Decía Diego mientras señalaba en su pierna, Marco se acercó a él y puso su mano en su pecho para detenerlo -Güey ¿de verdad un corazón roto?- miró su pierna.
Marco lo miro un segundo -Si, no es por eso créeme, bueno quizás un poco- dijo Diego.
Marco trato de convencerlo pero no lo logró.

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