Subir a la azotea

Los siguientes días fueron de ir caminando por callejones y calles obscuras. Algunas veces nos encontrábamos con aliens soldados con pésima puntería lo cual nos ayudaba a poder seguir desapercibidos. Otras veces nos encontrábamos con aliens civiles por decirles de alguna manera los cuales en cuanto nos veían corrían a esconderse, creemos que no le han dicho a nadie de nuestra existencia porque hasta ahora nadie nos perseguía o algo por el estilo.


Anduvimos recorriendo callejones y escondiéndonos como por una semana. Ya todos estábamos hartos de eso, además teníamos bastante hambre porque por suerte habíamos encontrado agua pero no habíamos encontrado nada de comer. Entonces Ivan dijo – Tenemos que subir a una azotea porque la verdad ya ni siquiera sé y pienso que ustedes tampoco donde estamos, para dónde vamos y con algo de suerte podemos encontrar comida.- Nos descubrirán – contradijo Luis –Tenemos que correr el riesgo- contestó Ivan – Yo lo apoyo- dije yo –Bueno vamos, al fin y al cabo sólo están nuestras vidas en peligro- se quejó Luis mientras subíamos al tejado del edificio más cercano.


Ya arriba vimos la pirámide como unos dos kilómetros, estábamos cerca, aunque no pudimos encontrar nada para comer.


Nos bajamos de la azotea y en cuanto los cinco estuvimos en el piso y nos dimos la vuelta había dos soldados apuntándonos a la cabeza de cada uno de nosotros.


No tuvimos tiempo de reaccionar nos golpearon en la cabeza con su arma y nos amarraron las manos. Todo pasó tan rápido, en un momento nos golpearon la cabeza, en otro nos estaban amarrando las manos, al siguiente Luis se había zafado y había matado a un soldado con su machete, un momento después Luis había terminado con un agujero lleno de sangre en la frente muerto a manos de un soldado.


Cuando vi el cuerpo inerte de Luis intenté zafarme y vengarlo pero en el momento en el que empuje a uno de los soldados sentí un dolor insoportable en la cabeza en mi nuca y lo siguiente que recuerdo fue obscuridad.

Comment