Nuestro turno

Al día siguiente después del desayuno nos quedamos de sobremesa discutiendo sobre que había que hacer. -No podemos sólo irnos ya que la esfera quedaría impune y podría llegar a matar a más gente y eso es algo que no podemos permitir- Estoy de acuerdo contigo Isaac pero ¿que podemos hacer?- le respondió Luis.- Hay que agarrar nuestras armas, subirnos al coche, acercarnos lo más que podamos y fragmentarles su progenitora- dijo Manuel el cual aún se le veía medio enojado por lo de ayer. -Todos estamos enojados pero no podemos hacer eso sin un plan.-Aclaré. Y entonces Ivan que no había hablado en todo el día se enderezó para decir -Hay que acercarnos en el auto hasta estar a doscientos cincuenta kilómetros de la esfera, después seguimos caminando hasta llegar a la esfera tratando de evitar ser detectados, ver si hay alguna forma de entrar y ahí donde no nos pueden tocar sus armas enormes ahí es donde les fragmentamos la progenitora.


Ya que aunque no era el mejor plan que digamos, era el mejor sugerido ese día y ya que todos queríamos nuestra venganza nos quedamos con ese plan.


Tomamos nuestras armas excepto por Luis que se robó un machete que encontró, nos subimos al auto y empezamos nuestro camino.


Tal como dijo Ivan estacionamos el coche a unos doscientos cincuenta metros de distancia de la esfera y no había salido una pistola de rayo láser a matarnos. Seguimos caminando y cuando estábamos a cincuenta metros de la esfera nuestro amigo el rayo láser apareció, pero no apuntando hacia nosotros sino hacia el coche el cual desapareció en una explosión y en llamas unos momentos después.


Cuando llegamos a la esfera me pareció mucho más grande de lo que imaginaba, era enorme, casi del tamaño del edificio Empire Estate multiplicado por dos.


Empezamos a buscar una entrada o un agujero o algo parecido para escabullirnos adentro. Después de lo que me pareció dos horas de andar buscando nos cansamos y nos sentamos a descansar a la sombra de la esfera.


No hay manera de entrar y si la hay no es por abajo - dijo Luis. -No podemos regresar porque no tenemos como así que tenemos de dos sopas, o seguimos buscando o nos regresamos caminando con la más mínima posibilidad de sobrevivir.-Protesté. -Como sea Charles, estoy muerto del cansancio y de calor.- dijo Isaac recargándose en la esfera y en el momento en el que sus dedos tocaron la esfera una luz de color blanco se fue extendiendo desde el punto en el que estaban los dedos por toda la esfera, al final la esfera ya no era azul sino blanca. Pasaron unos minutos antes de que pasara algo más hasta que se oyó un sonido metálico como de algo de metal chocando contra piedra o algo parecido.


Le dimos la vuelta a la esfera sin encontrar nada hasta que llegamos al otro lado donde había una trampilla abierta que tocaba el piso. -Pues vamos- dije yo.


Mi corazón y apuesto que también el de mis compañeros estaba palpitando mas rápido que nunca, mis rodillas temblaban al igual que mis manos que sujetaban la revolver de mi padre. Sentía a lo que comúnmente se le llama miedo, después de todo ¿porqué no?, yo sólo era un científico, no estaba acostumbrado a la acción o al usar armas. Yo era de la clase de persona que se quedaba todo el día sentado enfocado en su computadora, sus libros y su café. Como extrañaba eso, sobre todo el sabor del café pero no podía simplemente irme caminando a mi casa para hacerme un café.


Tenía que enfrentarme a mis miedos y entrar a fragmentarles la progenitora a estas cosas como diría Manuel, así que me encamine hacia la entrada y corrí hacia adentro con el corazón en una mano y la revolver en otra.

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