Capítulo 21



"No creas que me olvidé de ti, chico lindo. Estuve con algunos problemillas... salimos el viernes y te cuento?"

Harry volvió a leer el mensaje de Aaron después de haber terminado de dictar la clase del miércoles por la mañana. Había pasado más de un mes desde que se había escapado del evento en Springfield para ir a un bar con el beta. La realidad es que se había olvidado completamente de su existencia porque no se había contactado con él nunca más.

Suspiró pesadamente mirando la pantalla del móvil porque no sabía qué responder. Estaba sentado en la sala de profesores porque tenía una hora libre antes de que comenzara su próxima clase. Había algunas maestras cotilleando sobre los alumnos y otras corrigiendo exámenes. No se parecían en nada a las omegas de la alcaldía, la mayoría estaban marcadas y eran muy simpáticas. Integraron a Harry al grupo enseguida al igual que lo habían hecho con el profesor de Música. Aunque este otro era un beta y al parecer estaba saliendo con la maestra de cuarto grado. Sí, allí también había chismes de los cuales enterarse.

Harry la pasaba bien ahí dentro a pesar de que extrañaba ver a Cara todos los días y... a Louis. ¿Para qué negarlo? Todavía se arrepentía de haberle dicho de salir ese sábado recién. Ya había pasado un poco más de una semana desde que lo había ido a buscar al instituto y estaba extrañando su olor más de lo que lo había hecho nunca. Lo único que ayudaba a que no aflojara con la decisión que había tomado era que hablaban por Whatsapp todos los días. Si, Tomlinson usando Whatsapp... todavía no se lo creía.

Recordó enseguida la conversación que habían tenido cuando lo había dejado en la puerta de su edificio una semana atrás, después de aparecerse en la oficina de la directora del colegio alegando que era su alfa.

- Puedo estacionar en algún lado y subir – le había dicho Louis después de haberse estado besando dentro del auto que estaba parado en doble fila frente al edificio de Harry. Él sonrió sorprendido de que el alfa estuviese tan desesperado por estar con él y halagado a la vez.

- No, ve a casa.

- ¿Por qué me haces esto?

- No te hará mal ir despacio por una vez – había respondido el omega burlándose porque el alfa siempre conducía rápido con el coche – Podemos hablar por Whatsapp antes del sábado.

- No me gusta enviar mensajes. Llamar es más rápido.

- Pues a mí tienes que enviármelos así los releo antes de irme a dormir – el omega se había ruborizado porque aunque lo había dicho en un tono juguetón era totalmente cierto.

- ¿Haces eso?

- Depende de los mensajes que me envíes – había respondido Harry rápidamente para salir del apuro antes de bajarse del coche.

Y definitivamente los mensajes de Tomlinson eran de los que valían la pena releer. Harry se la pasaba todo el día mirando el teléfono con una sonrisa como un tonto adolescente con las hormonas a flor de piel. Trataba de disimular cuando estaba en el instituto porque sus compañeras de trabajo ya se lo habían notado más de una vez pero no podía evitarlo cuando Louis iniciaba la conversación con un texto. Nunca le había enviado algo como "Hola, ¿qué tal?" ni ningún tipo de saludo. Más bien los primeros mensajes del día que mandaba el alfa eran de este estilo:

"Mi oficina se volvió aburrida sin ti entrando y saliendo en la mañana"

"Quiero sentir tu olor. ¿Ya dejaste de tomar los supresores?"

"Harry, voy a morir de abstinencia. Ven a mi casa hoy"

"He visto tus cuadros en Facebook. Quiero comprar uno. ¿Puedo ir a tu departamento esta noche a testear el producto?"

Harry primero contestaba un rotundo no a cualquier insinuación que hiciera sobre tener sexo con él sólo para seguir riéndose de la frustración del alfa. Después empezaban a hablar sobre lo que habían hecho en el día. Louis contestaba mayormente con monosílabos tales como "si", "ok", "no", "ah"; cosa que había hecho enfadar al omega al principio hasta que entendió que esa era su forma de escribir por mensajes y no que no le interesaba lo que le contara.

Dudó sobre dejarle el visto a Aaron o contestarle algo. Técnicamente no estaba saliendo con Tomlinson, apenas iban a tener una cita ese sábado pero había algo que le decía que no debía verse con nadie más. No es como si estuviese engañando al alfa pero por alguna extraña razón lo sentía incorrecto. Le costaba admitírselo a él mismo pero, en verdad, no quería salir con nadie más que no fuese Louis.

"No puedo, lo siento. Estoy saliendo con alguien" envió el mensaje como respuesta al beta. Después de todo, no hacía mal dejar la vela encendida por si las dudas. Aaron era lindo y agradable para tenerlo como segunda opción. Uf, pobre chico... las veces que yo he sido segundo plato.

Su móvil vibró otra vez haciéndole notar que tenía una notificación de Whatsapp. Abrió la aplicación creyendo que sería la respuesta del beta y sonrió al instante cuando vio que era un texto de Louis. Por dios, parezco Sandra Dee... ¿dónde quedó mi hombría? pensó cuando se dio cuenta de la cara que había puesto.

"Zayn se va a LA a probar suerte en el cine. Podríamos ir a NY a bailar en un musical. ¿Qué dices?"

Tuvo que taparse la boca para no soltar una carcajada cuando leyó lo que había escrito el alfa. ¿Tomlinson bailando y cantando en un musical? No podía ni imaginárselo pero probablemente sería lo más divertido que vería en su vida.

Harry: buena idea, ahora hago las valijas :)

Louis: Bien.

Harry: desde cuándo tú bromeando?

Louis: No era broma. ¿Cuándo vas a devolverme mi mapa?

Harry: mmm no sé, creo que se ve mejor en mi cocina...

Louis: Deja que vaya a fijarme cómo quedó.

Harry: nop, el sábado ;) ;)

Louis: Niño escurridizo.

- ¡Sube el volumen Amber! – exclamó una de las maestras provocando que Harry alzara la vista a ver qué sucedía.

Todas las omegas estaban concentradas en el televisor que estaba colgado en una de las paredes del aula. Harry miró con curiosidad qué era lo que las tenía tan atrapadas en la pantalla. Había muchos periodistas abalanzándose sobre un alfa que salía de un edificio. Frunció el ceño cuando se percató de que eran las puertas de vidrio de la alcaldía las que se veían detrás del hombre. Dejó su móvil en su regazo para concentrarse en lo que estaban diciendo en la televisión.

"¡Señor Harrison! ¡Señor Harrison! Acabamos de hablar con el concejal Gutiérrez. ¿Es cierto que están teniendo problemas internos?" se escuchó la voz de uno de los reporteros y de pronto varios micrófonos invadieron el espacio personal del tipo. "Estamos en receso. Sólo vine a fumar, no voy a dar declaraciones" respondió el alfa evidentemente irritado.

"Harrison, señor Harrison. Hay rumores sobre que los concejales quieren destituirlo de su puesto. ¿Es eso cierto?"

"Nadie va a destituirme. No puedo hablar de nada hasta que termine la asamblea. No voy a decir nada más"

El alfa sacó un cigarrillo de su bolsillo y la cámara dejó de enfocarlo para mostrar al reportero de ese canal dando la información de lo que estaba pasando.

- Quieren echarlo – escuchó la voz de una de las omegas y se giró hacia ella como todo el resto - Mi alfa trabaja para un concejal, dice que ese hombre es más corrupto que el último que sacaron de Springfield.

- Es... es el secretario de seguridad – explicó Harry en un tono bastante bajo porque no quería interrumpir la conversación de las omegas. Ahora que había podido procesar la información recordaba que Louis le había hablado sobre ese alfa.

- ¡Cómo para que no quieran echarlo! – exclamó una de las omegas más viejas después de haberlo escuchado – En esta ciudad no se hace nada. A mí ya me asaltaron tres veces y la policía no llegó nunca cuando llamé. Ni que hablar de las pobres omegas sin marcar. A la de primer grado se la llevó un alfa en celo a su casa el otro día. Y les digo chicas, eso es lo de menos. ¡Lo de menos!

Harry tragó saliva incómodo porque la señora se había olvidado de su presencia. De pronto sintió que todos los ojos se clavaban en él y se rascó la nuca avergonzado. Él era un omega sin marcar. La maestra había dicho algo muy inconveniente y todas se habían dado cuenta de eso.

- Oh, lo siento. Pero tú no hueles a omega así que no hay problema – se excusó la mujer al tiempo que ponía una mueca.

- Pero Harry tiene alfa. ¿No es así, bonito? – le habló una de las omegas más jóvenes que estaba sentada a unos metros de él, para bajar la tensión que se había formado de pronto.

- ¡Ah, si! ¡El que vino a buscarlo el otro día! – chilló otra maestra provocando que todas volviesen a cotorrear sobre cómo era su supuesto alfa.

Harry pudo escuchar pocos comentarios, todavía no se acostumbraba a las voces agudas de sus compañeras de trabajo. "¡Si! Era muy bajito para ser su alfa" "Yo creo que era lindo, seguro que salen hace poco tiempo" "¿Alguien leyó el último número de la Cosmopolitan?" El resto era todo barullo para los oídos del omega así que volvió a enfocar su atención en su móvil para distraerse.

Harry: vas a echar a Harrison? Por eso estás feliz?

Louis: Sí.

Harry: qué bueno...

Louis: Te cuento a la tarde. Tengo que apagar el móvil.

Bufó cuando vio que Tomlinson aparecía como desconectado. Ahora iba a tener que buscar otra cosa para entretenerse durante la hora que tenía libre. Meterse en la conversación de las omegas no era una opción... hablaban tan rápido que no les entendía nada y por lo general eran temas de chicas que mucho no le interesaban. Por lo menos no en esos momentos en que en su mente había espacio sólo para una cosa: Louis Tomlinson.

¿Por qué le dije de esperar al sábado? Mierda, mierda, mierda se maldijo mirando todavía la pantalla del teléfono. Decidió que tenía que verlo antes. El alfa se estaba portando bien con él así que podría decirle que se lo había ganado y así no parecía que había dejado su orgullo de lado. Además todavía tenía que devolverle sus llaves y su tarjeta de crédito porque no había querido verlo antes para dejárselas. Sí, eso. Puedo decirle que tenía que pasar por su oficina a llevarle las cosas.

***

La alcaldía estaba revolucionada. No había un solo piso en silencio. La ciudad de Chicago tiene 50 concejales. La mayoría se encontraban reunidos en asamblea en el gran salón del último piso. Pero sus asesores, secretarias, asistentes y allegados, estaban repartidos en el resto del edificio yendo de acá para allá recibiendo llamadas de los políticos. La mitad de los concejales sabía sobre la propuesta que traería Gutiérrez al orden del día de la reunión porque iban a respaldarlo para echar al secretario de seguridad. Pero la otra mitad, demócratas muy fieles al alcalde, estaban totalmente sorprendidos y en la búsqueda de alguien que los guiara. Opiniones de un lado y del otro, discusiones acaloradas, llamadas telefónicas a los gritos, risas de concejales simpatizantes de Gutiérrez, la puerta abriéndose y cerrándose cada cinco segundos, gruñidos de alfas que no tenían mucho autocontrol...

Louis observaba todo sentado sobre su escritorio al fondo del salón fingiendo ser imparcial. Por su cargo, él era el presidente de las reuniones del Concejo Deliberante y sólo votaba para desempatar una votación si se daba el caso así que nadie sospechaba que tenía algo que ver con la propuesta de echar a Harrison. Nadie excepto, probablemente, el alcalde. Todavía no había hecho ningún movimiento así que el secretario general estaba tranquilo. El juego todavía no había empezado.

Pero quien más se estaba volviendo loco ahí adentro era Ely Gold. El beta estaba histérico, siquiera George parecía tan alterado como el publicista. A Louis le hacía gracia pero se había decretado mantener su cara de pocker durante toda la reunión para que nadie sospechara que estaba contento. Y parecía que estaba funcionando.

- ¡¡Que nadie salga de este edificio!! – gritó el beta entrando nuevamente en la sala mientras estaban en receso - Hay reporteros afuera. No quiero que nadie dé declaraciones hasta que termine la asamblea – siguió hablando en un tono alto para que se escuchara sobre el bullicio que predominaba en el salón. La mitad de los alfas de ahí no estaban prestándole atención - ¿Me oyeron los de la oposición? No me importan los problemas que tengan con George. Si la prensa se entera antes de tiempo que hay desacuerdos aquí dentro todos van a salir perjudicados. ¡No te rías en mi cara Gutenberg! ¡Ya quisieras tenerme como asesor! ¡Que no salgan, joder! ¿Están sordos o qué? ¡¿Dónde diablos está Harrison?!

- Afuera.

- ¿Salió? Pero nadie me escucha aquí dentro. ¡Joder! ¡No quiero a nadie más afuera!– siguió despotricando contra quien se le cruzara en su camino, Louis se compadeció de él porque pronto algún alfa se iba a enojar. Y si era algún republicano el beta acabaría en una zanja.

Se levantó de su asiento cuando vio a George caminando hacia donde él estaba, de no muy buen humor. Después se alejó del escritorio para poder hablar con su superior donde nadie los escuchase.

- Todavía no lo puedo creer. ¿Tú te lo esperabas? – preguntó en un tono bajo y confidente el alcalde. Louis sacudió la cabeza fingiendo que no sabía nada.

- No, estoy sorprendido también. Gutiérrez es inteligente – respondió mirando la sala por si alguien se les acercaba y Payne lo imitó. A este paso podrían darle un Óscar tranquilamente.

- ¿Estamos a tiempo de lo saques del orden del día?

- No, vienen presionándome hace varias reuniones para que lo agregue al temario.

- Bueno – el otro alfa dio un largo suspiro mientras se acomodaba el traje - Voy a hablar con los republicanos a ver qué opinan del tema. Seguro que quieren sacar a Harrison para llevarme la contra. Estos latinos trazaron buenas alianzas – Louis habría sonreído si no fuera porque tenía que seguir haciéndose el zonzo. El alcalde lo miró de pronto con el ceño fruncido - No los habrás ayudado, ¿no?

No, ¿yo? Qué va.

- No. No haría eso sin avisarte, George – alzó las cejas como si le preocupara la sospecha de su jefe - Nunca hago nada a tus espaldas.

- Si, tienes razón niño. Lo siento, sólo estoy abrumado con todo esto. No hables con nadie por ahora, no quiero que crean que no eres imparcial.

No, ellos ya lo saben pensó de forma maliciosa mientras veía al alcalde alejándose. Y quizás Payne también lo sabía y sólo estaba fingiendo que no para trazar su nuevo plan. Pero a Louis no le importaba porque ya iba un paso delante de él. Estaba investigando a dónde había ido a parar el capital que el alcalde había robado, cuando encontrara la ruta del lavado del dinero se acababan los días felices para George.

Zayn se acercó a él después de cruzar algunas palabras con el alcalde también. Miró con una mueca a Louis mientras caminaba señalando sutilmente con el dedo al alcalde. Él asintió con la cabeza intentando no esbozar una sonrisa triunfal.

- No creo que se haya enterado de nada – murmuró el tesorero cuando llegó hasta él.

- Ya lo averiguaremos más tarde. ¿Has contado los votos?

- Sí, creo que ganarás por mayoría tío. Todos quieren sacar a Harrison – contestó Malik sonriendo con satisfacción. Louis le echó una mirada reprobatoria porque podría verlos cualquiera – Hoy voy a decirle a Phoebe que me voy – comentó mirando hacia el resto del salón - Espero que se lo tome bien, le conseguí otro trabajo en una compañía de Johnson.

El secretario rodó los ojos hacia arriba con frustración, había pensado que quizás su amigo había caído a tierra ya y no iba a irse de Chicago. Pero no, Zayn seguía con su plan descabellado en mente.

- No va a ser el trabajo lo que vaya a necesitar...

- ¿Qué quieres decir? – preguntó Zayn girándose hacia él con el ceño fruncido.

- Ella cree que eres su alfa. Tú lo dijiste.

- Sí, ya – suspiró con pesar – Veré cómo hago para que entienda que no. ¿Vas a necesitarme más tiempo después de esto? A la noche voy a ir a pagarle a un tipo al que le debe Liam y ya quiero largarme a aquí.

Louis desvió la vista hacia delante de nuevo mientras pensaba una respuesta. No lo necesitaría más pero le habría gustado que se quedase para verlo destituir al padre de su novio. Entonces festejaría con él, tomando hasta el culo como lo hacían en la Universidad, follándose a cual omega se cruzase en el camino para terminar en una casa desconocida sin recordar nada de la noche anterior. Pero no, él ya no era un adolescente inmaduro para hacer esas cosas y Zayn había decidido seguir adelante con su vida a su forma. Aunque le costaba hacerlo tendría que aceptarlo.

- No, podrías irte a fin de mes – señaló muy a su pesar haciendo que el otro alfa sonriese.

- Gracias. Te quiero, pedazo de imbécil – dijo Zayn pegándole en el brazo con su puño de forma amistosa.

- Zayn, estamos trabajando – masculló entre dientes para que su amigo no hiciese más tonterías que llamaran la atención de algún otro alfa.

- Está bien, sé que me quieres y que te cuesta admitirlo.

Louis bufó al tiempo que sacudía la cabeza. ¿Tenía que hacerle ese planteo en ese momento? Lo miró preocupado cuando se percató de que podía ser que el alfa estuviera despidiéndose. No, si se iba antes de fin de mes pensaba ir hasta California a traerlo de los pelos.

- Voy a buscar algo de comer antes de que termine el receso – comentó su amigo sin dejarle tiempo a que dijese nada - Muero de hambre. ¿Te traigo algo?

Louis negó como respuesta a la pregunta y Zayn se alejó para salir de la sala. Si, te quiero amigo, te quiero pensó con nostalgia mientras lo veía caminar. Iba a extrañar trabajar con él todos los días y sus noches de Scrabble los viernes. Prácticamente había sido el único amigo que había tenido en toda su vida porque Louis tenía serios problemas para confiar en las personas. Tampoco era un tipo muy abierto ni agradable y la mayoría de los alfas lo buscaban para conseguir algo de él. No podía quejarse porque era la vida que había elegido para poder conquistar sus metas. Pero a veces piensa que sería lindo sentirse querido por alguien.

***

Harry entró en la alcaldía alrededor de las ocho de la noche. Sus amigos lo habían invitado a almorzar cuando salió del instituto para celebrar que le estaba yendo bien en su nuevo trabajo y no había podido rechazar la propuesta. El almuerzo se extendió hasta la merienda y terminaron quedándose en un restaurante hasta tarde charlando y riéndose de tonterías. Niall volvió a recordarle que Cara no le había hablado desde que se habían acostado y lo había atosigado con preguntas sobre la beta durante todo el festejo. Gracias a dios fue Eric quien se encargó de dejarle claro que era un idiota por no darse cuenta de que Cara no quería nada más con él. De todas formas Harry tuvo que prometer que iba a preguntarle a su amiga qué había sucedido.

Aunque era tarde estaba convencido de que Louis seguiría en el edificio porque sabía que cuando estaba ocupado se quedaba hasta entrada la noche en su oficina. Y después de lo que había sucedido esa mañana seguro que estaría ocupado. No le había dicho que iba porque quería sorprenderlo al igual que el alfa lo había hecho con él apareciéndose en su trabajo una semana atrás. Si Louis podía hacerlo él también.

Subió al tercer piso algo nervioso porque le parecía extraño volver a la alcaldía. Se dijo que era mejor ir en ese horario porque las omegas ya se habrían ido hacía rato y entonces no podrían cotillear sobre él. Además estaba a punto de ver a Louis otra vez así que no podía no ponerse contento. Extrañaba tanto su olor que no entendía cómo había sobrevivido antes a no verlo durante dos semanas enteras.

Sonrió con renovada confianza cuando pensó en la cara que iba a poner el alfa cuando se apareciese en su despacho. ¿Qué haces aquí, Styles? ya podía escucharlo increpándolo antes de acorralarlo contra una pared para que no pudiese arrepentirse de haber ido. Y él no trataría de huir porque desea volver a sentir el nudo de ese alfa con todo su ser. Louis enterraría el rostro en su cuello e inspiraría profundamente para sentir su olor. Lo besaría primero en la boca sin darle tiempo a responder nada, después bajaría por la zona de la clavícula mientras desabrocha su camisa para poder dejar besos por su torso, sus pezones, su vientre hasta llegar a la bragueta de su pantalón. Se deshace rápidamente de la tela que le estorba. Y entonces... uf, creo que me mojé ya.

Las puertas del ascensor se abrieron cuando llegó al tercer piso. Vale, menos mal que me puse una camisa larga pensó mirando su erección y tiró de la camisa más abajo para que no se notase. Salió con determinación para encaminarse hacia el despacho del secretario, si antes no se había dado cuenta ahora sí tenía urgencia de verlo.

En la zona de los cubículos todavía había algunas secretarias, la mayoría estaban hablando por teléfono lo cual era lo único que rompía el silencio sepulcral de aquel piso. Cuando pasó por el escritorio de Megan sonrió contento porque si ella seguía allí quería decir que efectivamente Louis también.

- Vaya, ¿te has arrepentido y has decidido volver Styles? – preguntó la omega con una sonrisa maliciosa curvando sus labios.

Megan, siempre tan dulce que me das diabetes pensó Harry deteniéndose frente a su escritorio. Había pensado ignorarla porque tenía un problema dentro del pantalón que solucionar pero le pudieron más las ganas de estamparle la cara contra la mesa por ser una maldita golfa.

- No, sólo vine a devolverle unas cosas a Tomlinson – respondió de buen humor todavía porque sabía que nada sucedía ni sucedería nunca entre el alfa y su secretaria.

Porque bueno, por empezar, Louis era homosexual. Y aunque un alfa podría estar con omegas de cualquier sexo Harry sabía que Louis tenía el suficiente autocontrol para decidir con quién quería estar. Incluso se había contenido de saltarle encima cuando estuvo en celo, así que sí... tenía autocontrol. Y ahora lo había elegido a él lo cual hacía que Harry no pudiese estar más feliz y, en ese momento, completamente duro.

- No está, puedes dejármelas a mí – se ofreció la omega parando de sonreír de forma falsa.

Harry torció el gesto decepcionado porque el alfa no se encontraba allí. Aunque quizás... ¿volvería? Podría enviarle un mensaje para preguntarle a dónde había ido.

- Prefiero esperarlo – contestó cuando recordó la presencia de la omega - ¿Cómo ha estado desde que me fui?

- Ha sido muy amable desde que no eres su asistente – dijo Megan esbozando otra vez una cínica sonrisa por si le quedaba alguna duda de lo mal que le caía – Creo que está contento.

Vete a la mierda. Eso ni siquiera es cierto pensó Harry al tiempo que se cruzaba de brazos. Vale, quizás había una forma mejor de hacer que se tragase sus palabras. Esbozó una sonrisa cuando una idea cruzó su mente.

- Me alegro mucho – comentó siguiéndole la corriente a la omega – Me acosté con él, ¿sabías? Es taaan bueno en la cama. Si, realmente sabe lo que hace. Por si te lo preguntabas – le sonrió de forma burlona – Aunque es raro, ¿no? Digo, él no solía buscar omegas en el trabajo. Quizás sea porque nunca tuvo un empleado hombre antes... - la omega torció el gesto dejando satisfecho a Harry – En fin, me voy a buscar a Cara. Un gusto verte de nuevo, Megan.

Sí, chúpate esa mandarina le dijo en su mente cuando vio que la omega se quedaba sin palabras. Se giró rápidamente para seguir su camino de lo más relajado. Puede que Louis no estuviese en su oficina. ¿Qué importaba? Ok, si, iba a tener dolor de huevos. Pero podría llamarlo para ir a su casa más tarde y de seguro él iba a aceptar. Ahora quería pasarse por el escritorio de Cara para saber si todavía seguía allí para poder saludarla.

La beta estaba sentada en su silla revisando unos papeles que tenía en frente. Harry se colocó a su lado y carraspeó para llamar su atención. En cuanto lo vio, su amiga sonrió ampliamente.

- ¡Mi omega favorito! – chilló la chica mientras se levantaba para abrazarlo.

Harry se apresuró en darle un beso en la mejilla para que no pudiera lograr su cometido porque iba a ponerse muy incómodo si Cara sentía su erección. Aunque probablemente se estaría persiguiendo demasiado porque ya casi no estaba duro.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó la beta frunciendo el ceño aparentemente sorprendida.

- Yo... esto... venía a ver a Tomlinson.

- ¿Venías a ver de "tiene que firmarme algún papel" o de "quiero que me folle de vuelta"? – cuestionó la chica con una sonrisa burlona haciendo que Harry agachara la cabeza sonrojado. ¿Cómo había adivinado? – Ay, gran tonto – dijo de forma cariñosa Cara mientras le acariciaba la mejilla – Entonces... ¿fue a tu trabajo?

- ¿Cómo sabes eso? – cuestionó volviendo a mirarla extrañado.

- Porque me preguntó dónde quedaba el instituto.

Ah, eso... ¿por qué se lo ha dicho?

- Sí, vino. Se supone que vamos a salir el sábado.

- Ay, y estás aquí porque extrañas a tu alfa. Cosita lindaaa – dijo en un tono exageradamente meloso la beta y Harry se mordió el labio inferior avergonzado.

- No es mi alfa.

- Ya, dile eso a Tomlinson. Me sorprende que no te haya mordido todavía.

Harry frunció el ceño confundido. ¿Louis actuaba como si fuese su alfa? No parecía eso para nada, más bien entendía que sólo lo quería para tener sexo. Aunque en realidad... Harry no tenía ni idea cómo actuaba un alfa cuando estaba con su omega.

Buscó en su cabeza otro tema para guiar la conversación hacia un nuevo lugar así dejaban de hablar sobre eso. No se sentía muy cómodo pensando en Louis como su alfa, prefería no adelantarse a nada para no llevarse ninguna desilusión. Él, porque su omega interior se retorcía de felicidad cada vez que ese pensamiento cruzaba su mente.

Otra cosa, otra cosa...

- Ey, Niall me preguntó por ti otra vez.

Cara torció el gesto y rodó los ojos con frustración. Evidentemente ese tema tampoco le agradaba a ella.

- Mierda – masculló haciendo que Harry pusiera una mueca, compadeciéndose de ella – No me malinterpretes, Niall me cae bien. Y he estado con muchos hombres antes – explicó para sorpresa del omega – Pero esa noche estaba deprimida y borracha. Necesitaba descargarme con alguien. Menos mal que tú te fuiste antes, sino habría terminado contigo.

- No, no me habría aprovechado de ti como Niall – negó antes de soltar una sonora carcajada por haberse imaginado la situación.

Cara era una beta hermosa y apreciaba su belleza siempre pero... no podría estar con una mujer a menos que fuese una alfa. Sólo entonces existía una ligera posibilidad de que le atrajese una chica; en teoría, porque nunca se había topado con una alfa en vivo y en directo.

- Lo sé, seguro que terminábamos en casa mirando una serie – dijo la beta uniéndose a sus risas - ¿Games of Thrones?

- ¡Si!

- ¡Te amo tanto! – exclamó Cara lanzándose a sus brazos. Esta vez Harry le correspondió el abrazo porque ya no había peligro de pincharla con nada – Hacía mucho que no tenía un amigo de verdad – murmuró apoyando la cabeza en su hombro provocando que el omega sonriese con ternura.

- Extraño tus chismes.

- ¡Já! Extrañas todo de mí novato, lo sé – dijo Cara separándose para mirarlo con una sonrisa triunfal.

- Siquiera trabajo aquí para que me llames así – refunfuñó Harry cruzándose de brazos y la beta se encogió los hombros como si no le importara su queja.

Un grito de una mujer hizo que todos en el piso se tensaran. El omega alzó la vista para ver de dónde provenía el ruido y el único movimiento que vio fue a Malik saliendo de su despacho extremadamente furioso. Primero pensó que se trataría de una pelea con el hijo del alcalde, como era habitual, pero supo que no era eso cuando Phoebe salió de la oficina del tesorero segundos después que éste. La omega lloraba desconsoladamente, arrastrando los pies al caminar detrás de Zayn. Estaba balbuceando cosas incoherentes que nadie podría descifrar pero quedaba claro que estaba rogándole al alfa por algo de atención.

- ¡Suficiente! ¡Deja de hacer un escándalo! – gritó el tesorero con rabia parando de caminar. Se giró hacia Phoebe y la tomó fuertemente de la muñeca lo que provocó que la omega se le tirase encima llorando aún más.

Harry se quedó pasmado, no entendía qué pasaba y se compadecía por la omega pero... no había nada a su alcance que pudiese hacer. Se tensó por el miedo cuando imaginó a Louis haciéndole eso a él, tomándolo del brazo con fuerza hasta que se retorciera del dolor. No, Louis nunca lo había tocado por más colérico que estuviese. Pero siempre sería un alfa. Y podías esperarte cualquier cosa de un alfa.

Zayn alzó en brazos a Phoebe y se la llevó por el pasillo rápidamente mientras ella gimoteaba contra su pecho sin que nadie intentara detenerlo. Segundos después desaparecieron de su campo de visión. Harry se giró hacia Cara para preguntar qué estaba sucediendo. La beta estaba roja de tanto tensionar su mandíbula y sus ojos parecían llenos de lágrimas. ¿Pero qué...?

- Phoebe – murmuró Cara antes de echar a correr hacia el pasillo que llevaba al ascensor.

Cara, Phoebe, Zayn... pensó Harry intentando procesar algo de la información pero nada los ligaba a los tres en su cabeza. Corrió detrás de Cara movido por la intriga y un instinto de protección hacia su amiga. Ella no podía saber dónde se estaba metiendo, Malik era un alfa enfadado y era capaz de cualquier cosa en ese estado. Todo el mundo sabía que no debías intervenir en la relación que llevaba un alfa con su omega.

Harry iba unos metros detrás de la beta. Era rápida así que aunque tuviese las piernas largas no había podido alcanzarla. Además... Cara parecía dentro de un trance. Golpeó el botón del ascensor cuando se detuvo frente a él entre maldiciones. El omega paró de correr cuando llegó hasta ahí algo agitado, no habían hecho muchos metros de pasillo así que se encontraba bastante tranquilo todavía.

- ¡Maldito ascensor! – exclamó Cara asustando al omega. Nunca la había visto así de molesta, solía ser una chica tranquila para él así que Harry se llevó una gran sorpresa.

- ¿Qué pasa Cara? – preguntó irritado por no poder comprender a su amiga.

- ¿No lo has visto? Es un jodido alfa, Harry. Podría hacerle cualquier cosa a Phoebe.

- Pero ella es su omega...

- ¡No es su omega! – le gritó mirándolo, poseída por la ira. Harry tragó saliva cuando entendió que no era un lugar donde debía meterse. Quería llorar, Cara realmente lo estaba asustando – Lo siento – dijo ella algo más calmada y miró los números que había sobre el ascensor. Él la imitó y se percató de que el elevador había frenado en el subsuelo – Están en el estacionamiento. Ven – le ordenó tirando de su brazo para dirigirse hacia las escaleras.

Ok, vamos a ir a ayudarla. Lo tengo. No es tan raro, trabajábamos con ella pensó el omega mientras trataba de bajar las escaleras tan rápido como lo estaba haciendo la beta. Pero todavía no entendía cómo es que Cara sabía que Phoebe no era la omega de Zayn, o por qué estaba tan cabreada...

Cuando llegaron al subsuelo a Harry le dolían las piernas, nunca había bajado tan rápido una escalera en su vida. Y ahora sí que le faltaba el aire. Cara siguió corriendo hacia la puerta de salida que daba al aparcamiento, pero él se detuvo sosteniéndose de una pared. Necesitaba pensar con claridad antes de seguir. Phoebe estaba detrás de Zayn porque era su alfa; Cara iba detrás de Phoebe porque, por alguna extraña razón, le importaba si la lastimaban; y él acompañaba a Cara porque se había vuelto loca. Detrás de Harry no iba nadie, lo cual era lo único normal de toda la situación que estaba viviendo. Su amiga se giró hacia él y volvió sobre sus pasos cuando lo vio, mirándolo con preocupación.

- ¡Sube ya Zayn! ¡Déjala aquí! – se escuchó un grito de un hombre, proveniente del estacionamiento haciendo que ambos miraran hacia la puerta.

- ¡Ayúdame a subirla! ¡No puedo dejarla aquí! – respondió la voz de Zayn evidentemente enfurecido con su interlocutor.

Cara lo miró con ojos suplicantes y Harry asintió. Si era tan importante para ella tenía que ayudarla a recoger a Phoebe, por más que no pudiese hacer nada frente a un alfa sacado de quicio. Ella abrió la pesada puerta de metal y él tomó fuerzas para salir de ahí. Pero cuando llegaron al aparcamiento la omega no estaba a la vista. Había un coche yendo en reversa, pasando entre otros dos autos aparcados. Probablemente eran Malik con Phoebe y el otro... ¿alfa? Harry siquiera sabía quién era el que había discutido con el tesorero.

- ¡Harry, ven! – gritó Cara para llamar su atención y cuando se giró la vio abriendo la puerta de un impresionante Ford de último modelo. Si era su nuevo auto, Cara ganaba más de lo que él imaginaba.

El omega siguió sus órdenes y se subió dentro del coche sin cuestionar. Confiaba en Cara y sabía que no iba a hacer nada tan arriesgado como seguir a dos alfas cabreados para ayudar a una compañera de trabajo. Oh demonios, ella está haciendo exactamente eso pensó cuando las ruedas chirriaron al salir del espacio donde estaba aparcado el coche. No podía ser otra cosa pero estaba tan atontado en esos momentos que no se había dado cuenta antes.

Cuando estuvieron en la calle Cara se inclinó sobre volante para buscar el coche de Zayn con la vista. Harry no pudo divisarlo porque tampoco le interesaba encontrarlo, sólo podía mirar a la beta impresionado por la forma en la que estaba actuando. Estaban yendo muy rápido así que se colocó el cinturón, ya estaba acostumbrado a hacerlo por la manera en que manejaba Louis. Antes se le había quitado el hábito porque no andaba en coche casi nunca desde que había terminado el bachiller y sus padres habían dejado de llevarlo a todos lados.

- ¿Qué estamos haciendo? – preguntó para aclararse todas las dudas que tenía, observando a Cara con curiosidad.

- Vamos a detener a Malik antes de que llegue a su casa. O a dónde sea que vaya – respondió la beta mientras giraba el volante bruscamente para pasar al coche que tenían delante. Harry se sentía en una película de Rápidos y furiosos. Tomlinson no manejaba de forma desaforada comparado con cómo estaba andando Cara en ese momento.

- ¿Para buscar a Phoebe?

- Sí.

- Es tu omega... ¿cierto? – murmuró Harry cuando esa hipótesis apareció en su cabeza. Cara se preocupaba por Phoebe porque la consideraba su omega. Pero Cara no era una alfa – Quiero decir, la omega por la que te emborrachaste ese día en el bar.

- Sí. No puedo hablar de eso ahora – explicó su amiga concentrada en esquivar coches en medio de la avenida. Los volantazos que pegaba bruscamente hicieron que Harry chocara contra la puerta así que se sostuvo de donde pudo para enderezarse.

- ¡Pues vas a tener que hablar! – exclamó dejándose llevar por el miedo que lo carcomía – ¡Porque me has metido en tu coche y vas como a cien kilómetros por hora!

- Vale, tendrá que ser la versión corta – accedió Cara concentrada en manejar como si estuviese en una pista de carreras - Éramos buenas amigas pero como una idiota me enamoré de ella. Punto.

¡Genial! Ahora entiendo todo, gran explicación...

- Pero tú la odias – dijo frunciendo el ceño conteniéndose los insultos por lo nervioso que estaba con toda la situación.

- Sí, y tú odias a Tomlinson.

Buen punto pensó Harry desviando la vista hacia el piso. Cara siempre insultaba a Phoebe por encamarse con cualquier alfa. Ahora entendía que eso no era otra cosa que celos que sentía hacia la omega.

- Hay cosas que no sabes de mí – comentó la beta metida en una lucha con el volante para poder alcanzar el coche de Malik. Harry bufó porque eso no era ninguna novedad – Soy policía.

De todas las cosas que se le habían ocurrido que podría decirle esa era la que menos se esperaba. ¿Cara era policía? ¿Con ese menudo cuerpo y esa dulce sonrisa? Sabía que era una chica ruda pero no se imaginó que para tanto. Además trabajaba en la alcaldía haciendo papeleo, no podía tener dos empleos tan demandantes.

Harry sintió su cuerpo siendo sostenido por el cinturón de seguridad violentamente y se percató de que habían frenado frente a un semáforo. Por fin podía respirar en paz. Por su parte Cara lanzó insultos al aire mientras miraba por el parabrisas.

- Más bien lo era – siguió explicando la chica girándose hacia él – Fui detective un par de años. Me cansé de ellos y empecé a trabajar por mi cuenta.

- ¿Como... espía? – preguntó de forma dubitativa Harry tratando de encontrarle sentido a lo que decía Cara.

- Sí, soy investigadora privada – asintió su amiga antes de girarse hacia adelante para arrancar en caso de que el semáforo cambiase de color – Siento no habértelo dicho antes. Pero como investigo a veces asuntos internos en la alcaldía no puedo decírselo a nadie.

Las ruedas del coche volvieron a chirriar cuando Cara puso el pie en el acelerador porque el semáforo estaba en amarillo. Harry pensó que podría perdonarle no haberle dicho nada sobre su trabajo pero que no le perdonaría que se estrellaran contra la entrada de algún edificio o la parte trasera de otro auto. No debí haber ido a la alcaldía hoy por empezar... Tendría que haber llamado a Louis para quedar, como una persona normal.

***

Harry miró la entrada del local al que habían llegado siguiendo al tesorero y tembló por dentro de la repulsión que le provocaba. Era un lugar no muy grande, con las paredes pintadas de negro y una puerta enorme de hierro o algún material parecido. Más arriba un cartel luminoso centelleaba con una inscripción en letra rojas: Obssesion, con el dibujo de una manzana mordida debajo que no paraba de titilar.

Un burdel, era un jodido burdel. Malik no podría haber ido a su casa, o un restaurante, o al maldito barrio chino. No, tenía que llevar a Phoebe a una casa de prostitutas. ¿Por qué demonios llevaría a una omega a ahí?

Harry apenas podía entender cómo había terminado allí con Cara. Habían llegado siguiendo el coche de Malik que se metió dentro de la boca del estacionamiento del prostíbulo. Harry pensó que se habían confundido de auto pero Cara, no mucho más calmada que cuando estaba conduciendo, le había dicho que conocía la patente del coche del tesorero. No pudieron estacionar dentro del lugar porque debías ser socio pero Cara encontró rápidamente un hueco a una cuadra del local para dejar el auto.

Así que ahí estaban, alrededor de las nueve de la noche, a la salida de un burdel. Había Estados donde la prostitución era ilegal y no podrían existir ese tipo de lugares salvo que fuese de forma clandestina. Estados donde la población estaba conformada casi en su totalidad por betas. Illinois no era uno de ellos, de hecho se caracterizaba por la gran cantidad de alfas y omegas que vivían allí. Los alfas defendían la prostitución alegando que si no existiese, la tasa de violaciones de omegas crecería considerablemente. Argumento totalmente carente de sentido en una sociedad donde los omegas mancillados eran moneda corriente. Pero como los alfas gobernaban por sobre el resto de las otras razas a nadie se le ocurría desafiarlos.

Un alfa que debía medir como dos metros salió del local y se cruzó de brazos frente a ellos. Estaba vestido totalmente de negro, era moreno, se estaba quedando sin pelo y... gigante. Harry se sentía un alfeñique frente a él. Bien, nos vamos pensó relajado porque el portero no los dejaría entrar de seguro ya que no eran socios ni mucho menos alfas.

- No te quiero rondando por aquí, Cara – habló el hombre con una voz sumamente grave. Harry frunció el ceño sorprendido de que la conociera – Mis clientes se han quejado cuando vienes a buscar información.

- Oh, vamos, grandote – resopló su amiga – No vengo a buscar información. Estoy detrás de una omega. ¿Han entrado dos alfas con una, recién?

- Hay muchos alfas con omegas aquí.

- ¡Vamos, Billy! No fastidies. Busco a la omega y me voy.

El alfa vaciló desviando la vista antes de abrir la puerta del local para dejarlos pasar.

- Sí, están en el piso de arriba.

Cara entró sin voltearse a ver en qué estado Harry. Y él estaba completamente en estado de shock. ¿Desde cuándo la beta era una matona? Acababa de hacer que un alfa gigante los dejase pasar a un antro de mala muerte que al parecer ella frecuentaba para buscar información. Cuando le había dicho que era una especie de espía no se había imaginado que investigara ese tipo de lugares.

- ¿Entras o no niñato? – le gruñó el alfa sacándolo del trance en el que estaba.

Si las opciones eran quedarse ahí afuera con el gigantón o entrar con Cara elegía la segunda, por supuesto. Su omega interior rogaba por alguien que lo protegiera y en ese momento la persona más cercana en quien confiaba era Cara. Aunque la beta parecía haberse olvidado totalmente de su presencia.

Entró en el lugar apresuradamente para no perder de vista a su amiga. No pudo hacer más que un par de pasos una vez dentro porque el olor tan concentrado a alfa excitado hizo que le fallaran las piernas. Se quedó estático observando todo a su alrededor.

El burdel no era muy diferente a las discotecas en las que había estado. Era un lugar muy oscuro, iluminado todo con luces violetas y lleno de humo proveniente de cigarros encendidos. La música electrónica estaba tan alta que los oídos le empezaron a pitar pero no llegaba a tapar los ruidos de perversas risas masculinas y exagerados gemidos femeninos.

Debido a una luz blanca que se prendía cada dos segundos Harry empezó a ver todo como si estuviese pasando en cámara lenta. Había muchas mesas con caños incrustados donde las bailarinas movían sus cuerpos seduciendo a alfas trajeados que estaban sentados en sillones, bebiendo, fumando y agitando dólares en el aire. Las bailarinas eran omegas mujeres, de todas formas y tamaños, vestidas con escasa ropa interior o totalmente desnudas. Pero lo que más sorprendió a Harry fueron los moretones y rasguños que resaltaban en los vientres, pechos, y brazos de las mujeres. ¿Qué hacen con ellas? se preguntó aterrorizado intentando mirar hacia otro lado. No hacía falta que se lo imaginara, las omegas que no estaban bailando se encontraban sobre el regazo de algún alfa desagradable que las manoseaba a su antojo, con tanta fuerza que las chicas chillaban de dolor. Harry estaba asqueado, no lograba entender cómo podían existir esas criaturas que se excitaban con el sufrimiento ajeno.

Trató de divisar a Cara en la multitud para no tener que concentrarse en las horrorosas imágenes que estaba presenciando. La encontró subiendo las escaleras que estaban al fondo del lugar. Se mordió el labio inferior con nerviosismo cuando se percató de que tendría que cruzar el salón para llegar hasta ella. Podría simplemente largarse de ahí y dejar que su amiga se arreglase sola. Pero entonces dejaría que su omega interior acobardado le ganase y no quería dejar que eso pasara.

Caminó rápidamente hacia las escaleras con la vista fija en la espalda de Cara para no mirar lo que sucedía a su alrededor. Se chocó con algunos alfas ensimismados, pero siguió adelante, se topó con algunas omegas que le ofrecieron sus favores pero siguió adelante, sintió que le tocaban el culo numerosas veces pero no se detuvo aun así. Harry ya no parecía un omega, lo sabía porque a Louis le costaba sentir su olor desde que había empezado a tomar supresores y por su cuerpo la gente corriente pensaba que era un alfa o, a lo sumo, un beta. Esto había favorecido a que llegase hasta las escaleras sin que nadie lo detuviese y subiera casi corriendo hasta el piso de arriba. Si no hubiese estado tomando supresores y a algún alfa del lugar le hubiese atraído su olor... no quería ni pensar lo que habría sucedido.

El piso de arriba estaba más iluminado y la música sonaba a lo lejos, como un pequeño murmullo. Las mesas no tenían bailarinas encima sino fichas y barajas de cartas francesas. Había muchos alfas de traje apostando en las diferentes mesas. El ruido de la ruleta, los vasos de whiskey, los habanos, las omegas riendo cuando un alfa ganaba, hicieron a Harry recordar la única vez que había estado en un casino para el cumpleaños número veintiuno de su amigo Bradley. El panorama no era tan diferente salvo porque las camareras estaban semidesnudas y los alfas dejaban billetes en las tiras de sus bragas cuando les servían un trago.

Cara no estaba a la vista así que se preocupó. Caminó por el pasillo central del piso recorriendo las mesas con la mirada para encontrarla. No había tanta gente como abajo así que pudo atravesar el lugar más tranquilo. De vez en cuando alguna camarera lo piropeaba o le preguntaba qué quería tomar pero no pasó más allá de eso. Dobló en una intersección que daba a un pasillo más ancho y se detuvo en seco cuando vio algo fuera de lo común.

Dos alfas enormes estaban sosteniendo a otro más pequeño mientras uno más le pegaba fuertes puñetazos en el estómago. Soltó un grito ahogado cuando reconoció al alfa que estaba siendo agredido. Liam Payne. Tenía la cara machucada por los golpes y le chorreaba sangre por la boca pero estaba seguro de que era él.

- ¡Suéltenlo! ¡Suéltenlo cabrones! – escuchó un grito desesperado y se giró en esa dirección.

Era Zayn. Un alfa que lo doblaba en tamaño lo estaba sosteniendo para que no pudiese ayudar al hijo del alcalde. Pero él no se daba por vencido y clavaba sus uñas en el brazo del matón para que lo dejara ir mientras rugía ferozmente.

Nada tenía sentido en la mente del omega. Nunca había visto una escena como esa en su vida y nunca se habría imaginado que Zayn era de esos alfas metidos en negocios oscuros. Liam sí, por los rumores que había oído de él, pero seguía siendo chocante verlo siendo golpeado por dos matones y a Malik tratando de defenderlo... ¿Malik tratando de defenderlo? Pero si debería estar contento de que alguien le diese su merecido al alfa que había querido matar más de una vez por pedirle dinero del gobierno.

Harry escuchó un sollozo que lo sacó de su embelesamiento. Era Phoebe. Estaba tirada en el piso en posición fetal, abrazándose a sus rodillas, llorando desconsolada. Cara estaba arrodillada a su lado sosteniendo su rostro entre sus manos mientras murmuraba palabras de aliento pero la omega tenía la mirada tan perdida que Harry supuso que estaba teniendo un ataque de pánico. No la culpaba, él podría estar teniéndolo también tranquilamente con todo lo que estaba viviendo.

Tenemos que sacarla de aquí pensó clavando la vista en la omega. Cualquier alfa podría llevársela como si fuese una prostituta por estar en aquel lugar y ella no podría defenderse en el estado en el que se encontraba. ¿Cómo podía haberla llevado ahí Malik? ¿Acaso no le importaba nada su bienestar? Ahora entendía por qué Cara había estado tan preocupada. Estaba a punto de ir hacia donde estaban las mujeres cuando escuchó unas voces que provenían del pasillo que estaba detrás suyo.

- No digo que no pueda pasar. Sólo digo que es raro que sea él el que está embarazado y no ella.

- Pero ella es una alfa, imbécil.

- Sí. ¿Y cuántas alfas conoces tú? No es común.

- Hum... ¿qué raza es éste?

Harry alzó la cabeza con temor al escuchar la voz grave del hombre, ahora muy cerca de él. Dio un respingo cuando vio a dos alfas en frente suyo, observándolo con curiosidad. No los había visto acercarse antes. Los dos eran más altos que él, uno era afroamericano y joven, mientras que el otro era canoso y muy blanco. Tenían puestos trajes negros que los hacían ver muy intimidantes aunque el hecho de que fuesen alfas ya había perturbado a Harry.

- No sé... creo que es un beta – respondió el más joven con desinterés - ¿Cuál es el problema?

- No creo que sea un beta... está temblando de miedo – dijo el otro esbozando una sonrisa irónica que hizo que Harry caminara unos pasos hacia atrás para alejarse de ellos.

- ¿Y cuál es el puto problema? ¿Podemos irnos a buscar tías con buenas tetas? – preguntó el moreno evidentemente irritado mientras el otro alfa seguía mirándolo fijamente provocando que al omega se le erizara la piel por el temor.

Soy un beta, soy un beta. Vete, hazle caso a tu amigo

- Calla, Simmons – lo instó el viejo sin quitarle la vista de encima a Harry - ¿Qué haces aquí?

Harry tragó saliva sonoramente y dio un par de pasos más hacia atrás para salir de ahí pero se chocó con una pared a los segundos. El alfa más grande se acercó a él para no dejarle escapatoria. No tenía la suficiente fuerza para empujarlo y salir corriendo así que pensó que la mejor opción era seguirles el juego. El alfa más joven, el tal Simmons, parecía inofensivo lo cual alimentaba la esperanza que tenía de salir vivo de ahí.

- Es-estoy con ellos – respondió señalando con la cabeza el lugar donde estaba Zayn quien seguía gritando como loco que liberaran a Liam. El alfa soltó una carcajada como respuesta.

- No te creo – dijo totalmente serio después – Dime que raza eres y no me mientas – ordenó poniendo su voz de alfa.

- Omega – obedeció Harry al tiempo que sus ojos se llenaba de lágrimas por la impotencia que sentía. Si seguía usando su voz de alfa él no tendría como defenderse. Bueno, no tenía cómo defenderse de un alfa de ninguna forma.

- Te lo dije, Simmons – comentó el canoso con una sonrisa triunfal. Harry se tranquilizó porque creyó que quizás sólo era un juego entre ellos.

- Si, genial. ¿Nos vamos?

- No tiene pinta de prostituirse aquí. ¿Quién eres? – preguntó dirigiéndose otra vez hacia el omega.

- Yo... vine con ellos – volvió a repetir señalando hacia la izquierda – Trabajan con mi alfa – agregó para intentar intimidarlos con eso, si pensaban que tenía un alfa probablemente lo dejarían tranquilo.

- No tienes alfa, no estás marcado.

- ¡Me largo de aquí! – exclamó aparentemente irritado Simmos – Investiga todo lo que quieras.

- Quieto, imbécil – ordenó el otro alfa agarrando fuertemente del cuello de la camisa al más joven, deteniéndolo al instante. Harry se dio cuenta de que no podría luchar contra ese alfa por más que lo intentase. Giró su rostro para ver si Cara seguía allí para pedirle ayuda pero el alfa lo tomó del cuello haciendo que volviese a mirarlo - ¿Quién es tu alfa?

Harry empezó a llorar por la presión que estaba ejerciendo la mano del hombre en su cuello. ¿Qué quería de él? ¿Por qué lo fastidiaba? Siquiera parecía que estuviese interesado en él sexualmente como otros alfas que lo habían molestado antes.

- Lo-Louis Tomlinson – respondió en un murmullo porque apenas podía hablar y suspiró aliviado cuando el alfa cedió el agarre de su cuello.

- ¿Tomlinson?

- Lo conozco, trabaja con el alcalde – comentó el alfa afroamericano haciendo que el otro se girara hacia él. Harry se impulsó hacia adelante para echar a correr pero el alfa más viejo colocó una mano en la pared, junto a su cabeza, para acorralarlo. Malditos reflejos de alfas, siquiera había tenido que mirarlo para saber su intención.

- ¿Podría ser el hijo de Mark Tomlinson?

- Qué sé yo. ¿Cómo diablos voy a saber eso? – resopló Simmons más irritado que antes.

Harry cerró los ojos esperando que ese momento terminara. No podía dejar de pensar que no tendría que estar ahí. No había sido una buena idea seguir a Cara por el pasillo de la alcaldía, ni subirse a su coche, ni mucho menos entrar detrás de ella a un prostíbulo. ¿Qué había querido probar? ¿Que era valiente? No lo era, ni nunca lo sería porque su omega no se lo permitiría.

- ¿Recuerdas si tenía un hijo alfa?

- Creo que sí. ¿A dónde quieres llegar, Phill?

- ¿No te gusta este omega? – preguntó el canoso volviendo a llamar la atención de Harry quien se tensó por el miedo. Era la primera insinuación sexual que hacían sobre él, ya se habían tardado.

- No me van los hombres, tío. Pero ¿qué carajos te sucede?

Gracias dios por hacer heterosexual a este alfa pensó con los ojos cerrados todavía. Rezó porque esos dos matones lo dejase en paz y se fuesen. No tenía mucho que aportar a la absurda conversación que estaban entablando, de todos modos.

- A mí tampoco. Pero si es el omega del hijo de Tomlinson... quizás podría saldar mi deuda con él.

- ¿Qué deuda? Tomlinson murió. Déjate de idioteces. No puedo creer que me hagas esto en mi descanso. Bah, fóllatelo. Haz lo que se te de la maldita gana. Pero deja que vaya buscar a una omega que huela bien.

- Podríamos venderlo aquí... ¿crees que alguien lo querría? No huele a omega.

Harry abrió los ojos para ver la expresión del alfa, rogando por que estuviera bromeando. El hombre lo estaba escaneando con la mirada como si fuese un objeto que podía tasar. No podían venderlo, no dejaba de ser una persona por ser omega.

- Sí, supongo. No sé, no soy maricón – respondió el alfa más joven mirando a su compañero con rabia.

Harry quiso pedirle ayuda cuando el otro lo sujetó por los hombros fuertemente, pero el olor a alfa desconocido tan cerca lo paralizó. El alfa más viejo acercó su rostro a él y el omega giró la cabeza hacia un costado asqueado con la idea de que el hombre quisiese besarlo. Pero de esa forma le facilitó la tarea que planeaba el alfa porque su cuello quedó expuesto ante él. Este inspiró profundamente tratando de encontrar su olor. Harry no sintió el cosquilleo en su piel ni el hormigueo en su estómago que aparecía cuando Louis hacía lo mismo. Sintió pánico y repulsión. Empujó al alfa como pudo para quitárselo de encima provocando que este gruñese al tiempo que ejercía más presión sobre sus hombros. Harry se retorció por el dolor y segundos después entendió que tenía que quedarse quieto para que no lo dañasen más.

El alfa alzó la cabeza y Harry ahogó un grito en su garganta que le cortó la respiración cuando vio que tenía las pupilas dilatas. No podía ser, su olor a omega era casi imperceptible, no podía excitarlo tan rápido. El alfa entreabrió los labios y Harry pudo ver el deseo en sus ojos. Pero no parecía ir dirigido hacia él como cuando Louis lo follaba con la mirada, el objeto de deseo del alfa estaba en otro lado. No tenía ni idea de dónde ni le importaba mientras que lo dejara irse. Inspiró profundamente por la nariz porque sintió que ya le estaba faltando el aire.

El olor le produjo náuseas. Olía empalagosamente a omega, tanto que ya no podía percibir el aroma del alfa que tenía a centímetros. De pronto todo se quedó en silencio y Harry sólo pudo escuchar su respiración y la música del piso de abajo en un tono casi susurrado. Las ruletas pararon de girar, las fichas dejaron de tintinear, las omegas en el salón que estaba detrás cesaron de reír. Zayn ya no estaba gritando, los alfas habían dejado de pegarle a Liam y Cara no balbuceaba frases cariñosas. Y ese maldito olor lo invadía a tal punto que pensó que podría vomitar sobre el rostro del alfa. Oh por dios, son feromonas. Un omega estaba entrando en celo ahí adentro y por lo fuertes que eran las feromonas en el aire Harry supo que estaba cerca de él. Pero no soy yo, sigo consciente pensó más relajado, quizás el omega en celo sería su salvación en esos momentos.

Un sonoro gemido femenino lo confirmó segundos después. El alfa que tenía enfrente le gruñó antes de separarse de él. Harry habría estado aliviado sino fuese porque el aroma de la omega lo estaba descomponiendo. El afroamericano también se había agazapado dispuesto a saltarle encima a lo que había perturbado su tranquilidad.

- ¡No, Phoebe, no! ¡Aguanta, aguanta!

Era la voz de Cara gritando de forma desesperada. Harry se giró hacia ellas con temor a lo que podría estar pasando. Phoebe estaba retorciéndose en el piso en medio de gemidos desgarradores. Cara trataba de sostenerla entre sus brazos pero la omega se le escurría una y otra vez. Harry supo que era demasiado tarde, Phoebe estaba entrando en celo y no había nada que Cara pudiese hacer para detenerla. Eso era lo que había excitado al alfa que quería venderlo, y a todos los alfas del salón. Él no podía ayudar porque las feromonas que estaba lanzando la omega le producían demasiado rechazo como para acercarse a ellas.

De un minuto a otro todos los alfas del lugar se abalanzaron sobre Phoebe. El salón se llenó de rugidos feroces. Los alfas luchaban unos contra otros para llegar hasta la omega que había entrado en celo. Cara seguía abrazando a Phoebe para que los hombres no pudieran tocarla. Segundos después Harry ya no pudo verlas, sólo aparecía ante él un tumulto negro de alfas trajeados dándose manotazos entre ellos. Phoebe gemía lastimosamente y Cara gritaba cosas inentendibles para Harry. Sintió las lágrimas brotar de sus ojos porque se sintió indefenso frente a lo que estaba pasando. No podía ayudar a Cara por más que lo intentara y temía por lo que pudiera sucederle en medio de esa manada de alfas excitados.

Escuchó otro llanto en medio del caos que se había formado y giró la cabeza en esa dirección. Era Zayn, sollozando sobre el cuerpo de Liam que yacía en el suelo. Le llamó la atención que el alfa no se diese aludido por lo que sucedía pero supuso que el dolor no le permitía excitarse por las feromonas de Phoebe. Definitivamente la secretaria no era su omega o habría estado defendiéndola a muerte de los alfas que se le tiraban encima.

Harry decidió que era el momento de irse, las náuseas se habían intensificado con el olor de los alfas enardecidos. Se agarró a la pared para poder caminar hacia la escalera. El trayecto hacia la salida le pareció una eternidad. Apenas se podía mover por lo descompuesto que estaba y más alfas llegaban corriendo desde el fondo del pasillo en tropel, chocándolo en la mayoría de los casos por lo que se trastabillaba hacia atrás y tenía que esperar a que la muchedumbre desapareciera para seguir caminando.

En torno a las mesas de póker sólo quedaban omegas asustadas que chillaban fuertemente, algunos betas, y alfas enlazados con omegas tratando de calmar sus instintos. "Una omega en celo. ¿Cómo puede ser?" "¿Trabaja aquí?" "¿Quién la dejó pasar?""¡Creí que eran profesionales en este lugar, he malgastado mi dinero!" "¡Que alguien llame al encargado!" "¡Calvin, nos vamos! ¡Deja de mirar hacia ahí, maldito alfa baboso!" eran algunas de las frases que se escuchaban junto con intensas exclamaciones de pavor.

En el piso de abajo no había tanta agitación ya que las feromonas de Phoebe casi no se sentían lo cual era un alivio para Harry también. No sabía cómo sus piernas le respondían a esa altura, necesitaba de alguien que lo cargara. No, puedo solo se convenció a sí mismo para seguir caminando hacia la puerta. Tuvo que detenerse para vomitar dos veces en medio del salón. Sin culpa porque no era un lugar agradable, si se manchaba mejor.

Ya no sabía lo que pasaba a su alrededor, sólo podía pensar en lo mucho que necesitaba sentirse acobijado. Quería ir a casa, hallarse resguardado y protegido dentro de su hogar para no rememorar más las asquerosas imágenes que había visto allí, así lo abandonaba de una vez por todas esa sensación nauseabunda. Pero no le dijo su dirección ni la de sus padres al taxista. No, le pidió que lo llevara a la casa de Louis. 

***

Un par de cosas antes de que alguien me salte encima xDD

Número 1: El que avisa no traiciona, yo avisé que iba a haber drama jajajaja

Número 2: Iba a actualizar el viernes pero me quedé sin luz así que por eso tardé tanto. Espero que no me vuelva a pasar porque me muero xD Nada eso, no es que me quisiera hacer rogar ni nada por el estilo :P

Número 3: Me costó mucho plasmar lo que quería en este cáp y probablemente haya varias inconsistencias. En mi imaginación todo cerraba perfecto :') jajaja Si tienen dudas díganmelas por favor así sé dónde tengo que editar y obvio las voy a contestar enseguida *-* 

Número 4: Si leíste todo mi aviso te amo *______* 

Gracias por leer ♥♥♥

PD: acabo de ver lo que pasó con el tiroteo en Orlando. Nada, sin palabras. Justo pensaba en que este AU me gusta tanto porque lo veo como nuestra sociedad más intensificada, sobretodo en los peores rasgos. Y si, es así de cruel. No viene al caso, besos.

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