17: mates

LA BARRITA DE chocolate no quería salir de la máquina de dulces. Talia hizo una mueca y la golpeó un poco y aun así no quería salir del espiral que lo tenía sujeto. Eso la enfadó. Había pagado por un chocolate para Stiles, y tendría su maldito chocolate. Tomó la máquina por los lados y la sacudió de atrás para adelante pero nada sucedió. Vio hacia ambos lados del pasillo antes de usar su magia, el poder púrpura saliendo de las yemas de sus dedos haciendo que dentro la máquina explotara un poco y salieran un montón de dulces, chocolates y caramelos. Sonrió traviesa y agarró todos los que sus brazos pudieron soportar, todos eran para Stiles.

Cuando llegó a la sala de espera frunció el ceño al no encontrar a Stiles donde lo había dejado, camino hasta encontrarse con Melissa y el Dr Geyer que estaba hablando entre si.

Melissa apuntó hacia las puertas que daban a un pasillo hacia el elevador, ignoró la mirada que le dio la enfermera, yendo hacia las dobles puertas con una pequeña sonrisa para animar al pobre chico, con quien chocó cuando cruzó.

— Oh lo siento— se disculpó por el pequeño golpe que se dieron al chocar, Stiles envolvió su mano alrededor del brazo de la chica—. La máquina se atasco así que te traje un poquito de to...

Todos los dulces, caramelos y chocolates se le cayeron al suelo cuando ella levantó la mirada y vio quién estaba detrás de Stiles. 

Y algo encajó dentro de ella, como un hueso revolviéndose a su lugar, o dos rompecabezas uniéndose. Al mismo tiempo los ojos de Scott se iluminaron rojos carmesí y los de Talia brillaron amarillos, cada uno viendo a los ojos de su mate, dos lobos reconociendo a su otro compañero. Talia tragó recordando como la noche anterior había llorado sobre el cadáver de Scott McCall aferrándose a él, implorando que volviera a la vida y sin embargo ahora él estaba parado frente a ella, y Talia no podia odiarlo más.

Ella sabía que los alfas eran orgullosos y no se doblegaban ante nadie, ellos eran el poder, ellos eran los líderes de la manada, los fuertes, la máxima autoridad y no obedecían a nadie más. Tal vez por esa ambición, Theo había esperado que ella lo obedeciera, que ella fuera inferior a él, que ella se arrodillara por él. Sin embargo cuando la vio, cuando la vio en verdad, Scott McCall, el alfa verdadero, el que siendo beta había derrotado a toda una manada de alfas, se puso de rodillas frente a ella, como si sus piernas ya no soportaran su peso, viéndola como si fuera un ángel que había descendido del cielo, un milagro de proporciones bíblicas.

Y ese aroma, ese maldito aroma que hacia el centro de Talia palpitar, que lo único que quería hacer era enterrar su nariz en el cuello de Scott McCall. Pero ella lo odiaba, ahora más que nunca con lo que Stiles le había dicho. El alfa se paró del suelo y se le quedo viendo, los ojos brillantes de lágrimas, sin decir ni una sola palabra pero no tenía que decir nada, su cara lo decía todo por él. Anhelo, esperanza, amor, Talia podía leer esas expresiones de su rostro, palabras que no podían ser expresadas en voz alta. Él fue rápidamente hacia ella, de seguro a abrazarla, sin embargo Talia alzo una mano llena de magia e hizo que evitara de dar otro paso antes de lanzarlo contra la pared cercana haciendo que se golpeara la espalda y cayera al suelo con un quejido.

— Tú no te me acerques— ella siseó yendo hasta él enrabiada, tratando de ignorar que su aroma la estaba volviendo loca y verlo así, con él debajo de ella le provocaba ciertos escenarios fantasiosos en su mente—. ¿Quien demonios te crees que eres? ¿Decirle eso a Stiles? ¿Creerle a Theo antes que a tu mejor amigo?

— Talia...— él murmuró embelesado como si ella no lo acabara de golpear con magia. Como si fuera una maravilla y eso lo hacía odiarlo más. Por Hécate, lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba...

— No. Ni una sola palabra. Mejor levántate y explica esto— la chica se bajo un poco el escote de la blusa, revelando las cinco cicatrices por las garras que se habían hundido en su corazón. Tanto Stiles como Scott palidecieron—. ¿Como sucedió esto? ¿Quien fue? Si alguno de los dos me miente lo golpeare de aqui hasta la siguiente semana.

Los dos se vieron el uno al otro sorprendidos por las duras palabras de la chica.

— Fue tu padre, Peter Hale— Stiles murmuró sin querer ocultar esa verdad, Talia debía saber por lo menos ahora la clase de persona que era su padre desde el principio, algo de lo que no estuvo de acuerdo Scott cuando vio la afligida cara de Talia ante esto.

— Mi... ¿mi papá?— los ojos le brillaron en lagrimas y Scott quiso darle un golpe a Stiles al verla así—. ¿Mi papá me mató?

— Tu padre te amaba— Scott le aseguró levantándose lentamente.

— Era un monstruo— el otro gruñó.

— Él no te quería matar a ti. Su objetivo no eras tu, era yo, yo debí haber muerto esa noche— el alfa aclaró rápidamente mientras se paraba con dolor, se puso una mano en el pecho, Talia vio la mancha de sangre.

— No estas sanando— ella murmuró sin poder creerlo.

— Estoy bien— él rápidamente se cerraba la chaqueta para que no viera la herida.

— ¿Entonces como yo termine muerta? Por que tu pudiste seguir disfrutando su vida y yo me tuve que morir?

La última palabra le salió temblorosa y desgarrada, algo que ambos notaron, ella apretó tanto los mandíbula que le dolieron los dientes, no quería seguir llorando. Scott pensó en como disfrutar era lo último que había hecho estos meses.

— ¿No recuerdas nada de mi?— el alfa preguntó una pequeña esperanza en su pecho, lo único que quería era estrecharla en sus brazos sin embargo ella no quería que ni la tocara.

— Creo que tuvimos sexo una vez, ese aroma lo reconocería donde fuera.— ella rio amargamente pensando en el recuerdo de ella envuelta en ese aroma de albaricoques en la cama y como su mano bajaba y bajaba... parece que Scott también recordó cierto momento porque su aroma se hizo más fuerte y Talia trató de respirar por la boca— . Pensé por unos días que era Theo, pero eras tú. Aun no has respondido a mi pregunta. Porque fui yo. Porque no tu.

— Con magia, tu intercambiaste mi corazón por el tuyo, en vez de enterrar sus garras en mi corazón, las enterró en el tuyo.— Scott explicó con la voz apagada recordando sus propios gritos que hicieron a las ruinas de la iglesia temblar. Los agonizantes momentos de sostenerla en sus brazos, muerta, como había sido que su corazón ahora latiera solo.

— ¿Y por que yo haría algo tan estúpido como eso?— la híbrida frunció el ceño.

— Por que... por que siempre has sido asi— Scott trató de encontrar las palabras. Para ella, él era un extraño. Y que un extraño le dijera que eran almas gemelas y mates solo la enloquecería, la asustaría y la haría odiarlo aun más. No quería asustarla con su vínculo, el cual ya no entendía siendo que su magia le había afectado, trataba de ocultar su sorpresa de eso—. Siempre te han importado más los otros, querías que yo cuidara de todos, de Liam.

— Y mira como resultó eso...— la.chica murmuró, vio a Stiles con cariño—. Recuerdo que estabas para mi cuando rompí con Isaac.

— ¿Recuerdas a Isaac?— Scott alzo las cejas, trato de no sentirte tan herido por esto. No pudo. Por dentro esto lo estaba matando.

— Recuerdo que estábamos bailando y me decía que era mi novio. Solo eso— ella se encogió de hombros, vio de reojo a Stiles —. También... también el nogitsune. Lo mucho que te amo como  un hermano para mi, como quiero a Kira como una mejor amiga, a Lydia como a una hermana, a Malia también, y a Liam por mas raro que suene casi un hijo. Solo... recuerdo sentir cosas, cosas que ahora siento de nuevo. Los dread doctors pudieron quitarme la memoria pero no mi capacidad de amar aparentemente.

Aunque Stiles no quería hacerlo su mirada se encontró con la de Scott. El alfa quien físicamente había empeorado tras la muerte de su mate ahora siendo rechazado y olvidado por esta, aún así, Stiles jamás los había visto tan... esperanzado en meses.

Talia alzo una mano envuelta en magia y recogía todos los caramelos dulces y chocolates. Ofreciéndoselos a Stiles.

— ¿Son... para mi?

Ella asintió.

— Quiero que te sientas bien.

Los dos chicos compartieron una mirada, dentro de la coraza dura que la chica había creado por la traición y manipulación aún estaba la verdadera Talia Hale. La chica vio a ambos.

— ¿Donde están Lydia y Malia? Quiero verlas.

— Sobre Lydia...

— ¿Que le sucedió?— Talia preguntó bruscamente.

Todo el camino a ver a Lydia, le explicaron como Parrish la había encontrado en los bosques paralizada pero consciente, no decía absolutamente nada. Se hizo más del lado de Stiles siendo que no podía soportar el olor de Scott, la hacía recordar esa memoria de el y ella en la cama. Talia había convivido por cuatro meses con un chico endemoniadamente atractivo como Theo y ahora estaba Scott a su lado.

Sexualmente quería darse un tiro de lo frustrada que estaba. En especial como podía sentir su mirada sobre ella todo el tiempo.

Llegaron al pasillo donde se encontraba Lydia y cuando fueron hacia la puerta una mujer de cabello castaño les bloqueó el paso. Vio a Stiles furiosa antes de que su mirada pasara a Talia y palideció hasta quedar como papel.

— Tú estas... estabas muerta. Tú...

— Boo— Talia hizo como un fantasma sin mucho interés, queriendo evitarse tanto drama, eso vendría cuando la escuela y el resto supiera que había vuelto de entre los muertos. Asumía que esta era la madre de Lydia—. Ahora déjame ver a tu hija.

— No— la mujer, aunque Talia olía su miedo, se plantó firmemente delante de la puerta, evitándole el paso.

— Disculpa, pero no te estaba preguntando. Te lo pondré, tienes dos opciones, gentilmente te haces a un lado y me dejas ver a tu hija o gentilmente con mi magia hare que te hagas a un lado y me dejes ver a tu hija.— Talia sonrió engreidamente—. De una forma u otra yo veo a Lydia. Tu eliges.

La mujer ahora no sólo asustada si no también terriblemente enfurecida vio a Talia y a los dos chicos detrás de ella.

— Voy a llamar a seguridad.

La hibrida alzo las cejas y vio a Stiles incrédula.

— ¿Verdaderamente nadie entiende la palabra magia en este pueblo? Un chasquido y puedo dejarte inconsciente, ¿de verdad quieres eso? O prefieres ver como trato a tu hija?

La mujer apretó la mandíbula, su enojo evidente. Y cuando la chica pensó que iba a tener que hacer uso de su magia, la mujer lentamente se hizo a un lado abriendo la puerta con cuidado. Talia antes de entrar a la habitación le dio una mirada aseguradora.

— Solo quiero decirle algo. Apenas la tocaré.

Y oh como fue su horror al ver a Lydia, con los ojos bien abiertos pero completamente paralizada. Cuando la llamo, la pelirroja apenas la vio, tenía la mirada fija en el techo, estaba terriblemente pálida y fría. Se veía completamente trastornada.

— Hey Lyd, soy yo, soy Talia, si pensabas que estabas perdiendo la cabeza puedo no es cierto.

Recordando lo que le dijo a Stiles, suavemente movió a Lydia, dejando ver las marcas de garras en su nuca.

— Ese maldito hijo de la...— ella suspiró, insultarlo no servía de nada, las palabras no servían de nada en comparación a las acciones.

— Te lo juro que él se sentirá atrapado en su mente como tú. No me importa a que hechizo tenga que recurrir— Talia le dio una sonrisa y le dio un beso en la frente.

[...]

— ¿Nosotros normalmente nos reunimos en la morgue o es algo del momento?— Talia preguntó en voz alta. Ella, junto con Scott, Stiles, Melissa y Parrish estaban en la morgue. Reunidos para discutir sobre Theo y sus planes, sobretodo siendo que lo que fuera que había atacado al sheriff había causado algo que los médicos no podían explicar.  Stiles y Talia estaban claramente tratando de ahorrar sus distancias de Scott, estando al otro lado de la habitación.

— Podría ser un efecto colateral del shock— Parrish opinó sobre Lydia.

— La chica está catatónica— Talia realzo, pensando en las marcas que tenía en la nuca—. Fue Theo buscando algo en su mente.

— ¿Por qué haría eso?— Melissa preguntó—. ¿Que estaba buscando?

— La misma cosa que siempre ha buscando, una ventaja.— su hijo respondió.

— Así que ¿que obtuvo tratando de matar a Stilinski?

— Me dejo solo con Liam— Scott suspiró—. Theo quería asegurarse que nadie estuviera ahí para evitar que me matara.

Talia sintió la mirada de Scott en ella y se sonrojo de la vergüenza. No dudaba que Melissa le había dicho a su hijo que había pasado en esa biblioteca, como ella se había aferrado a él, llorando como una niña pequeña, rogándole que siguiera con vida. Quería ahora mismo darse una golpiza en el rostro.

— Okay, entonces casi desmembró a mi papá como una distracción?— Stiles bufo indignado.

— Básicamente— ella movió la cabeza—. No subestimen su crueldad. Cualquier persona Theo lo usara como él quiera.

— Tenemos que encontrar a este chico— el oficial de policía afirmó.

— ¿No es un poco peligroso?— la mujer alzo las cejas—. ¿Especialmente ya que casi asesinó a mi hijo?

— Si, pero él dijo que no quería que mi papá muriera.

— ¿Y le crees?— Parrish dijo con escepticismo.

— Me dijo dónde encontrarlo— el chico se encogió de hombros—. Asi que, tal vez también sepa como salvarlo.

— ¿Que quieres hacer? ¿Hablar con él?— Melissa preguntó.

— Si salva a mi papa, si.

— Iré contigo.— Scott propuso—. Él no sabe que estoy vivo. Tal vez dos nos de una ventaja.

— Absolutamente no.— Stiles ni siquiera lo miro a los ojos—- Sabrá que estarás ahí. Solo necesito hablar con él  no pelear.

— Yo iré contigo.— Talia afirmó.

— Sobretodo tu, sabrá que estás ahí.

— Bien, quiero que sepa que estoy ahí. Por que adivina cuál es su sorpresa ahora que de seguro fue a la casa y yo no estoy ahí y... Si me sigues mirando así te voy a desgarrar la garganta con mis dientes y la pondré en una pica— vio a Scott, ya harta de la mirada clavada en ella y como la hacía sentir por dentro—. ¡Para! 

— Esos genes Hale si que son fuertes...— Stiles murmuró con una sonrisa—. Tendremos que decirle a Derek.

— ¿Derek esta vivo?— Talia preguntó con una expresión asombrada, no pudo evitar sonreír cuando Scott asintió.

— ¿Lo recuerdas?

— Solo un poco—ella murmuró, recordando la casa y como Derek había sido objeto de juego para su prima—. Solo un fragmento pero lo suficiente para saber que él me quiere.

— Bien, vamos—  Stiles asintió, Talia y él, ambos yendo hasta la puerta.

— Stiles, ni tú, y sobre todo tú pueden estar cerca de Theo solos—  la mujer vio con preocupación a Talia, por el débil estado mental en el que estaba la chica—. ¿Y alguien sabe donde encontrarlo?

Talia sonrió con amargura;

— Él vendrá a mi. 

Talia ahora que se reunió con Scott:

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