Estaban por terminar de cenar lo cual querías con ansias, querías de una forma u otra pasar poco tiempo con él porque creías que estabas tomándole cariño o sea, lo que tanto tiempo te costó fingir llevarte bien con él, se estaba volviendo realidad y tu jamás te permitirías eso, de todas formas el mató a tu madre y te mataría a ti también.

- ¿Qué tal la escuela? - Kira rompió el silencio de esa incomoda cena.

- Supongo que igual que siempre ¿Porque preguntas?

- Pregunto porque eres una niña y creo que era a esta edad es cuando empezaban a tener cambios y podrías tener problemas, quizás pueda ayudarte.

"Mi único problema eres tú y si quieres ayudarme solo mátate"

- No soy una niña y esos cambios que te refieres ya los pase hace años - le respondiste algo irritada.

Acabaron de comer así que te levantaste a llevarte los platos ya que hoy te tocaba a ti lavar los trastes, Kira te siguió.

- Siempre serás mi niña - se paró a tu lado para observarte pero eso poco te importaba - ahora que lo pienso bien ¿Ya has menstruado?

- ¿Tengo cara de no hacerlo hecho?, ya te dije que no soy una niña.

- Tienes razón una niña no tendría unos pechos tan grandes - casi rompes el plato que lavabas al sentir las manos de ese hombre meterse velozmente por debajo de tu camiseta y sostén para así masajear tus pechos desde atrás provocando un pequeño gemido de parte tuya - y una niña no disfrutaría de esto - sacó una de sus manos y así alzarte la falda que tenías puesta, comenzó a rozar su miembro contigo.

- Pervertido - no querías demostrarle de que te gustaba que te tocara de esa manera.

- Pervertida.

- ¿Y porque soy una pervertida? - le dijiste sin despegar los ojos del último plato que había sucio, al mismo toempo tratabas de que tu voz y acciones se vean y escuchen normal.

- Ahora no te lo diré - secaste tus manos, cosas como esas te confundían.

- Kira...- no estabas segura de preguntárselo pero ni tu sabias de dónde sacaste el valor para hacerlo - ¿Qué soy para ti?

- Eres mía, mi pequeña, mi princesa y la mujer que más amo - detuvo sus movimientos y te voltió para verse a la cara - tienes unas manos preciosas - tomó tus manos con suavidad, no pudiste evitar recordar lo que había pasado con Josuke hace algunas horas.

- No...no hagas eso, cuantas veces te lo he dicho Kira - miraste disimuladamente los pantalones de Kira, más que todo fue un reflejo.

Siempre que tomaba o miraba tus manos su polla se hacía notar. El asesino notó eso y besó tu cuello haciendo que lo abrazarás con fuerza - me dices que pare pero tu cuerpo me dice lo contrario - te sonrojaste demasiado al notar que estabas abrazándolo con las piernas, se empezó a reír.

- Esto no es gracioso - Kira te miró como alguien que estuviese viendo la cosa más bella, tierna y adorable que podría existir - ¡Y no me mires así!

- Está bien - continuó besándote pero esta vez en los labios, este fue un intenso, fue como si no hubiese comido en todo el día, te apoyó en la mesa de la cocina y con una de las manos que sobaba tu cadera, con su otra mano comenzó a jugar con uno de tus pezones cosa que provocó gemidos ahogados por tu parte, querías más pero no debías, él es un asesino aunque en estos momentos eso tiene poca importancia para ti. Tomaste la iniciativa en darle la señal para que él metiera su lengua en tu boca cosa que no solo entendió sino también le emocionó mucho porque así como estaban te llevo a tu cama en donde te quito todo aquello estorbara en tu cuerpo - Kira... - el contacto de su lengua con tus pezones hizo que gimieras, Kira te comió con la mirada y así se empezó a desvestir quedando solo en bóxer.

- Pervertida - te susurro pero antes de que respondieras te besó y en medio de eso algo extraño pasó, se detuvo. Se separó de ti con él una mirada triste en su rostro.

- ¿Kira? - necesitabas una explicación por sus acciones.

- Perdón pero si continuó no podre parar.

- No pares entonces - respondiste casi de inmediato, él solo miraba a otro lado mientras se vestía y se fue cuando término de hacerlo.

Estabas irritada, te vestiste también y no entendías que pasaba por su cabeza. Intestaste abrir la puerta de su cuarto, lugar en el que se encerró y le colocó seguro.

**********************************

Al día siguiente cuando te levantaste pudiste notar que Kira aun no había salido de su habitación. Preparaste tu desayuno y te fuiste a esperar al dormilón de Josuke.

- Buenos días Tomoko.

- Buenos días, Josuke sigue durmiendo, pasa - esa era claramente una indirecta para que lo despiertes violentamente - hoy vendrás en la tarde ¿No?

- Si vendré.

- Eso significa que te quedarás a cenar ¿Verdad?

- ¿Puedo?

- Por supuesto, además hace tiempo que no cenas con nosotros - te reíste porque la última vez que lo cenaste con ellos fue hace tres días.

Tomoko te dejó y entraste en silencio al hábitat de tu mejor amigo. Planeabas actuar como si nada hubiera sucedido entre ambos.

- ¡Josuke! - te lanzaste sobre tu amigo a pesar de él varias veces te había dicho de que lo dejarás de hacer y éste te sostuvo en sus brazos mientras estaba echado.

-______... - te mencionó casi adormilado.

- No es divertido si ya estas despierto.

- ¿Te gusta Okuyasu? - estabas algo desconcertada al oír aquella pregunta pero esa misma pregunta estuvo retumbando en la cabeza de Josuke desde un día anterior - sé que nos conocemos desde niños pero se me hace difícil saber cuál es la respuesta - comenzaste a reír - no te rías, tonta.

- ¿Crees que yo podría gustarle algún día? - Josuke se te queda viendo igual como si alguien estuviera viendo a un fantasma - te la creíste - te burlaste de él pero te detuviste al notar que tu mejor amigo no se reía contigo.

- Entonces estás disponible - luego de decirte eso, apegó su cabeza a ti.

- ¿No me digas que quieres presentarme a alguien? Porque si es así, te voy adelantando de que no estaría con alguien que no quiera más que a ti - Josuke te da un abrazo de oso.

- No podría ser más feliz.

- ¿Qué? ¿Paso algo? ¿Estás bien?

¿_____ no entendía ni estaba enterada de los sentimientos de su amigo o simplemente finge no entender?