8.

-Gracias papá, te veo en un par de días- me quité el cinturón dispuesta a salir del coche cuando mi padre me agarró del brazo.


-Bueno, cariño...tenemos que hablar de tu salud sexual- 


¿En serio?


Me tapé la cara con la mano -Papá, te recuerdo que tengo 23 años, creo que ya soy lo suficientemente mayorcita para saberlo-.


-Pero Ana- no quería oír nada más y salí del coche.


Cogí mi maleta del maletero y fui hacía el autobús que nos llevaría. Una vez metí mis cosas dentro subí al bus, encontrándome con Mimi, que me saludó con la mano y una pequeña sonrisa, y un asiento sin ocupar a su lado. Mi mente estaba teniendo un debate interno bastante fuerte hasta que vi otro asiento libre al lado de Amaia, quién estaba ya medio dormida apoyada en la ventana y fui hacia allí antes de que mi corazón me dijera lo contrario. Pero no era tan fácil de controlar.


-Hey, Ana, espera, ¿a dónde vas?- oí a Mimi cuando pasé por su lado.


-Me voy a sentar con Amaia- vi cómo fruncía el ceño y miraba a Amaia, una filas más atrás.


-¿Con Amaia? Oh vamos, pero si está dormida. Lo he visto en sus stories, se fue a un concierto de EDM hasta la madrugada-.


-Eh...bueno, más motivo para sentarme con ella- antes de que me contestara seguí hablando -Ya sabes, no vaya a tragarse la lengua o algo- salí de allí lo antes posible y me senté al lado de Amaia.


Creo que había sido la excusa más estúpida y mala que había dando en años. Encima no tenía sentido ninguno. De reojo vi como Shana también se subía al autobús y no pude evitar quedarme mirando mientras ella le preguntaba si el sitio a su lado estaba ocupado y Mimi, mientras me miraba con una mirada que no supe descifrar, decía que no. 


Desperté a Amaia moviéndola del brazo, del susto casi me dio un codazo en la cara -Amaia, esto es un error, yo me bajo de aquí- susurré.


-Error es haberme dejado convencer para venir a este viaje cuando implicaba madrugar- no había abierto los ojos y se cambió de postura para utilizar mi hombro como almohada.


Después de unas 4 horas de autobús,las cuales se me hicieron eternas por las miradas que Mimi me echaba de vez en cuando y que yo intentaba evitar a toda costa, y unas cuantas babas de Amaia en mi hombro izquierdo, llegamos a la zona de albergues en la que íbamos a estar durmiendo, justo al lado de la estación de esquí. Allí nos dividimos según las habitaciones, y después de lo ocurrido obviamente no iba a ponerme con Mimi.


Básicamente porque ese suceso sonaba en mi cabeza como una maldita bomba de relojería que era incapaz de controlar.


Tic.


Tac.


Y podría explotar en cualquier momento.


Íbamos de camino a las habitaciones, Amaia y yo en la 1623, Mimi y Shana en la 1333. Misma planta pero diferentes pasillos.


-¿A quién se le ocurre ir a un concierto de EDM un martes, Amaia?-.


-No era de EDM, más bien de rock. Y para que lo sepas, se le ocurre a mucha gente-. 


Amaia y yo entramos al ascensor para subir a la primera planta cuando justo antes de que se cerrase la puerta, una mano pasó por delante del sensor haciendo que no se cerrara del todo y se abriese de nuevo, mostrando a Mimi y a Shana con sus respectivas mochilas con ropa. Creo que no había vivido nada más incómodo en la vida. 


-Mimi, ¿te vienes luego a bajar el Diamante Negro? Quien llegue la última invita a chupitos- escuché a Shana hablar. Amaia y yo nos miramos sin saber muy bien como actuar. Una tercera persona también me miró por una décima de segundo.


-Espera que me aclimate un poco y me lo pienso-.


Dejamos que saliesen las primeras y una vez fuera noté un pequeño tirón en mi manga haciendo que me frenase. Amaia se acercó a mi oído susurrando -Ve a por tu chica-.


-¿Estás loca? No puedo bajar el Diamante Negro. No sé ni ponerme las botas- susurré de vuelta.


-Pues si no vas a esquiar, ¿qué vas a hacer estos días?-.


La miré y sonreí de lado -Vengo preparada- me quité la mochila del hombro y rebuscando dentro saqué el libro que había traído y que hacía poco había empezado.


-Oh no, vuelves a las andadas- Amaia rodó los ojos - Ricky, ven- llamó al chico que estaba unas pocas habitaciones más lejos, una vez estuvo cerca le pasó el brazo por los hombros.


-¿Qué pasa, Amaia?-.


-Ayúdame a convencer a Ana para que venga a esquiar-.


Ricky empezó a reírse -Eh, si...¿crees que yo voy a esquiar? Hace frío fuera, yo paso- se quitó el brazo de encima.


-¿Qué?- Ricky parecía que hablaba en serio. Amaia estaba anonadada con lo que estaba escuchando.


-He traído mascarillas para la cara también- Ricky se movió poniéndose a mi lado haciéndome reír un poco y que Amaia pusiera los ojos en blanco y entrase a nuestra habitación.


Poco después salió cambiada, preparada para esquiar, y pasó a a nuestro lado sacándonos la lengua. Ricky y yo entramos en mi habitación riendo. Me sentía bastante a gusto con él, desde que recibió su carta hemos estado hablando mucho y siempre que puede me ayuda con mis comidas de cabeza o cuando tengo cualquier problema con la universidad. Nos habíamos vuelto bastante amigos y sabía que podía confiar en él. No me malinterpretéis, mi mejor amiga era y es Amaia pero como le cuentes cualquier secreto prepárate para que en menos de dos días todo el mundo lo sepa. Y yo no aguantaba más. Así que se lo conté todo.


-¿Habéis estado fingiendo todo este tiempo?- habló desde la cama de Amaia mientras se quitaba la mascarilla que le había dado.


Suspiré y asentí -Sí, pero no se lo digas a nadie, ¿vale? Es... estoy muy confundida. Tenía que desahogarme-.


-Anita, me da igual el origen de todo esto. Sólo sé que le gustas. Se nota en la forma en qué te mira-.


-Ya, ¿y cómo me mira?-.


- Como si fueras un cubo de Rubik- ladeé la cabeza confundida -No te entiende, pero se divierte intentándolo- me reí.


Solté un pequeño suspiro cuando mi risa se calmó -No importa, sigue obsesionada con Shana- me giré para mirar a Ricky -Y yo soy otra chica tonta que se enamora de Miriam Doblas. Me da vergüenza-. 


-Todas las parejas se obsesionan un poco al principio... en plan....ya sabes- Ricky me miraba mientras hacía unos movimientos de cadera que me estaban dejando un poco desubicada - en plan, aquí te pillo, aquí te mato...- me tapé la cara con una mano. No, fuera imágenes. Escuché la risa de Ricky a mi lado -Vale vale, analicemos los hechos, ¿quieres?- asentí y se giró para verme de frente -Lo de la falsa relación fue idea suya, tú propusiste lo de no besarse, quieres contar con ella y te atiborras a carbohidratos con un maricón mientras ella espera en el jacuzzi de fuera- miré mis manos pensando en lo que decía -Así si hay alguien que se ha enamorado tontamente de quien pasa de esa persona, no eres tú. Es Mimi-.


-¿Crees que está esperándome en el jacuzzi?-.


-Y tanto maricona- Ricky volvía a reírse como si fuese lo más obvio del mundo.


Mimi.


Esperándome.


En. 


Un. 


Jacuzzi.


¿Qué?


Cortocircuito.


Me parecía una ecuación imposible, de esas que ves y resoplas porque no sabes ni por dónde empezar, no me cuadraban las cosas, en mi cabeza no tenía sentido ninguno y a la vez todo el del mundo, iba directa al fracaso ante esa situación sin respuesta en la que me faltaban aún un montón de incógnitas por resolver, pero llegados a este punto, después de todo lo ocurrido y sin poder remediarlo, decidí dar la solución. Total, tampoco es que me fiara mucho de lo que decían las matemáticas. Así que pasé directamente a comprobar.

Comment