De la Tierra a la Luna'



Jules Verne no fue el primero que ideó un viaje a . Aunque 'De la Tierra a la Luna', publicado en 1865, adelantó algunas de las características que tendría después el programa Apolo de la NASA (como el lanzamiento desde una base en Florida), y quizás sea el viaje al satélite más conocido de la ciencia ficción, llegaba al final de una larga tradición de historias de aventureros que habían puesto sus ojos en la Luna. Al fin y al cabo, la observación del satélite, de sus movimientos por el cielo y de sus fases era una parte muy importante de la labor de los astrónomos desde la Antigüedad.


De este modo, no era nada raro que hubiera historias mitológicas sobre la Luna en casi todas las civilizaciones.Los griegos identificaban el satélite con Selene, hija de los titanes Hiperión y Tea, que recorría por las noches el cielo en un carro brillante, y un cuento popular japonés del siglo X la personalizaba en , una princesa lunar que nace de un árbol de bambú y que crece con una pareja de ancianos que no tenían hijos.


  Cuatro años más tarde, Francis Godwin haría que un español realizara el viaje en un vehículo tirado por gansos en 'The man in the Moone', un libro que inspiraría a para escribir el satírico 'El otro mundo: Historia cómica de los estados e imperios de la Luna'. En su caso, el método de propulsión eran fuegos artificiales y, como era de recibo en aquellos tiempos, la Luna estaba habitada por seres con cuatro patas que tenían armas que podían cocinar un animal al mismo tiempo que lo estaban cazando. Aunque era una obra cómica, fue de las primeras en utilizar cohetes, aunque fueran pirotécnicos, para impulsar una nave espacial.  

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