O2. ¿Quién?

Todos estaban reunidos en la sala del club de vóleibol, sentados en un círculo con la mirada seria, analizando el plan propuesto por varios de los integrantes.

─Entonces ¿Qué hacemos exactamente?

Matsukawa ojeó por última vez su móvil para preguntar echando una mirada rápida a cada uno de los chicos para recostarse más cómodamente en su asiento.

─Ella podría ser nuestra gerente.

Los ojos de Yahaba parecían tener estrellitas mientras que el sitio donde estaba Kindaichi parecía un escenario florando, ya podían imaginar un montón de escenarios donde eran unos caballeros ayudando a una dama en apuros.

─¿Y si es fan de mierdakawa?

La madre del equipo rompió toda esperanza con sus claras pero duras palabras, no había chica que no conociera a Oikawa Tōru en el instituto, no había chica que no le gustase de una forma u otra aquel estúpido colocador.

─No parecía conocerme Iwa-chan. ─Hizo un puchero cruzándose de brazos, pero antes de que nadie pudiera decir algo más volvió a hablar con una sonrisa─ ¡Oh! ¿y si se hizo la dura? Quiero decir —se arregló el pelo y se miró las uñas— para llamar mi atención.

Recibió un golpe en la nuca.

─Puede ser probable.

─¿¡Entonces por qué me pegas?!

─No sé, costumbre supongo.

─¡Iwa-chan, tan malo!

Así fue como decidieron acercarse a la chica, que podría ser su futura gerente si no era otra de las fanáticas obsesionada con Oikawa. El plan era sencillo, harían que Oikawa chocase con ella 'accidentalmente' para que empezara a coquetear —como de costumbre— así podrían ver su reacción y decidir si podría o no ser parte del equipo.





Tarde. Tarde era una palabra que iba seguido del nombre de [Nombre], nunca en sus cortos años de vida ha llegado a tiempo a cualquier lugar, por eso mismamente y porque su cerebro no la recordó poner a cargar su teléfono ayer en la noche es que está corriendo para llegar a clases. La suerte tampoco es que estuviera a su favor, llegó quince minutos tarde con un aspecto bastante desordenado, aunque a ella no le preocupase eso a su profesora no la hizo mucha gracia, es por eso que ha tenido una pequeña charla con el subdirector. Por suerte solo tendría que hacer un par de cosas, entre ellas limpiar la clase durante una semana, bueno, era mejor eso que un castigo de su madre.

Lo que sea menos confrontar a ese diablo.

Actualmente [Nombre] estaba recostada sobre su mesa, intentando descansar lo que no había podido hacer esa noche, pero ¿Qué culpa tenía ella? Nadie la avisó de que una de sus series más esperadas iba a salir tan tarde y claramente no se iba a quedar sin ver algún capitulo, a pesar de que terminó viéndose casi una temporada entera.

─Aquí estás, te estaba buscando.

No se molestó en girar la cabeza para ver a su amiga, solo levantó una mano, avisando que no era el mejor momento para hablar.

─¿Has llegado tarde otra vez?

Tarareó afirmativamente como respuesta. La chica recién llegada suspiró al verla, nunca cambiaría, dejó un poco de su merienda sabiendo que ella no habría traído y se marchó para dejarla descansar. Como un reloj [Nombre] se despertó cinco minutos antes de que el descanso acabase para comer el sándwich que su piadosa amiga le había dejado, ya la agradecería más tarde por ser un ángel que la da de comer. Las siguientes horas pasaron lentas, si no fuera por que un compañero la recordó donde estaban los utensilios de limpieza pensaría que seguía en clase. Caminó hacia el armario donde quedaban las cosas con la sorpresa de encontrar nada, literalmente estaba vacío.

'¿Y cómo mierda limpio ahora la clase?' Si no hay material no puedo limpiar así que...'

Una sonrisa maliciosa se hizo pasó a través de sus labios al pensar en no hacer su castigo. Casualmente y por conveniencia el subdirector pasó por allí —seguramente sabiendo de antemano que los objetos de ese armario habían sido utilizados por otros compañeros— simplemente le dijo a la chica que podría utilizar los de tercer año porque ellos acababan un poco antes, entonces no estarían siendo usados. La sonrisa anterior fue destruida en segundos, refunfuñando internamente por no poder librarse.

Caminó despacio mientras soltaba algún que otro bostezo, realmente necesitaba descansar más. Cogió todo lo necesario —que no eran pocas cosas— tambaleándose un poco, afirmó el agarre de todos los objetos contra su pecho para que no se cayeran al suelo, cosa que fue totalmente innecesario pues se chocó contra un chico tirando todo al suelo.

'¿Quién está aquí tan tarde? Ahora tendré que recoger todo.'

─Oh, lo siento.

Una voz coqueta se filtró por los oídos de la chica, que suspiró al ver todo por el piso, se frotó las sienes tomando un gran respiro, esto sería un gran dolor de cabeza.

─Da igual, no veía por donde iba.

─Déjame ayudarte.

Al levantar la vista ambos conectaron miradas, quedando así por un segundo hasta que la chica abrió la boca ligeramente al darse cuenda de un pequeño problema. Los chicos escondidos detrás de la esquina se decepcionaron pensando que ella realmente era una fanática.

─No te muevas.

Dijo con calma en un murmullo mientras analizaba al chico, más bien a otra cosa que estaba sobre él.

─¿Eh? ¿Entonces me conoces? Ya sabía que nadie se resistiría ante mi.

No escuchó sus palabras pues toda su atención estaba puesta en el mosquito que tenía el chico revoloteando por el pelo, levantó la mano lentamente, Oikawa se quedó estático pensando que iba a abalanzarse contra él, sonrió con arrogancia ante aquel pensamiento.

─¡Te tengo!

Golpeó la cabeza del contrario dejando aturdido tanto al que recibió la palmada como a los chicos escondidos, eso no era lo que tenía en mente que iba pasar pero continuó en la linea de pensamientos, aún creyendo que ella era su fan.

─¡Ah! —jadeó ante tal golpe— ¿Qué ha sido eso? ¿Acaso eres masoquista? No me van mucho esas cosas pero podría probarlas...

[Nombre] se limpió la mano con restos de mosquito para empezar a recoger los utensilios tirados en el suelo olvidándose del chico que imaginaba escenas grotescas en su mente, antes de que ella pudiera irse tranquila él la tocó el hombro con una sonrisa de triunfador.

─Entonces ¿Cuándo quieres quedar? Puedo hacer hueco en mi agenda por ti, linda.

─¿Perdona?

─Digo, ¿Quién no querría quedar conmigo?

─¿Quién eres tú?

Todos los chicos que estaban allí se congelaron pensando en lo mismo. 'Ella no me conoce' resonaba en la cabeza del capitán, no, no, sólo se está haciendo la dura ¿no? Empezó a sudar mientras miraba la cara en blanco de la joven.

─P-pero nos vimos hace un par de días.—ella ladeo la cabeza pensando— ¡Tienes que saber quién soy!

─¡Ah! Ya se quien eres, eres el chico al que le di la carta de mi amiga.

─¡Sí!

El ánimo del chico volvió ha hacerse presente en su expresión de victoria.

─Pero no sé quien eres.

Y volvió a decaer en cuestión de segundos. Al ver la expresión abatida del chico, [Nombre] sintió cierta pena, intentó hacer memoria de todas esas veces que estaba comiendo y no escuchaba la mayoría de lo que su amiga le contaba, hasta que una bombilla se la encendió encima de la cabeza.

─Ya me acuerdo, ¡Eres Oiwaka!

'Oiwaka' jadeó mientras parecía querer llorar, se alejó rápidamente hasta donde estaban sus compañeros escondidos, dándose por rendido.

'¿A dónde ha ido? Bueno no me importa, que tipo más raro'

[Nombre] se encogió de hombros para ir a terminar su castigo, bueno, una parte de su castigo, ya pensaría que hacer con el otro problema

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