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- SI, ESO ESPERO. - dijo Danna. - Llevará esa venda en el trasero por unas semanas pero... estará bien.

- Bueno, si muestra síntomas de rabia solo disparale en la cabeza. - aconsejó Johnny haciendo reír a la rubia.

- Lo tomare en cuenta.

- ¿Vendrás al entrenamiento especial en media hora? - preguntó Johnny.

Danna negó con la cabeza. - Pasaré el día con una amiga, será la próxima, Johnny.

Con eso la rubia se fue del lugar a su casa para preparase e ir a su - ahora si -  cumplida cita con Robby. Tal vez le mintió un poco a Johnny.

Johnny aún así llevó a Miguel al entrenamiento en el dojo.

- ¿Por qué soy el único aquí, sensei?

- Admitámoslo, eres la única oportunidad que tengo de ganar. - dijo Johnny.

- Así que, ¿soy su mejor estudiante? - preguntó Miguel con una sonrisa victoriosa.

- No, eres la segunda opción ya que Danna no pudo venir.

- Auch. - fingió Miguel, dramatizando y revisando su celular, para soltar una pequeña sonrisa.

- ¿Qué es tan gracioso? ¿Acaso Danna te mando un video golpeando a Hawk?

- No, es solo algo que publico mi novia. - Miguel sentía una sensación extraña al referirse así de Sam, como si no fuera lo correcto.

Johnny miro las fotos. - ¿Sales con una LaRusso?

Y ahí empezó su gran sermón.

- Verano de 1982, Rocky III acababa de salir. Mi amigo Dutch era un gran admirador de Mr. T y fuimos al cine a verla con otro amigo, Mark. Frente a nosotros habían unas chicas lindas, comían palomitas. - Miguel tomó de su refresco. - Dutch comenzó a lanzarles chocolates y Mark le siguió el juego.

- ¿Qué? ¿Por qué hicieron eso?

- Es in movimiento alfa, les gusta que las trates como basura. Al final, las chicas se molestaron tanto que una se levantó y comenzó a gritarnos, y luego otra se levantó también. Fue la primera vez que la vi.

- ¿A quien?

- A Ali. Por otro lado ahí se conocieron Mark y Joyce, los padres de Danna. - dijo. - A Dutch lo llenaron de mantequilla lanzándole palomitas, a Mark lo atacaron con caramelos. Supe que esas dos eran dinamita, pero Ali era a quien vi primero.

- ¿La invito a salir?

- Varías veces hasta que tuve la oportunidad. Fuimos a Golf N' Stuff en nuestra primera cita, la besé en la rueda de la fortuna. Estábamos muy enamorados. Salimos por dos años. - dijo y continuó. - Para San Valentín le regale un brazalete rosado, ella me dio esto. - mostró su banda para la cabeza.

- ¿Qué pasó después?

- El verano anterior a mi último año, peleamos. Pensé que arreglaríamos las cosas. Pero Daniel LaRusso apareció.

Su historia continuó hasta la pelea de 1984, e hizo dudar a Miguel, pero también lo hizo recordar a esa rubia obsesionada con los 80s.

Al día siguiente, Sam había invitado a Danna a pasar el día en la casa LaRusso, y hablar un rato mientras descansaban en la piscina.

Su cita del día anterior fue inolvidable. No pasó nada cliché, y no fue muy al estilo de la cita de Sam, pero ya era un inicio.

Danna le quería contar todo a su amiga.

- Espera, iré por unas bebidas, tengo mucha sed. - dijo Sam parándose y alargando la palabra "mucha".

Danna asintió y se quedó recostada en el camastro hasta que el ruido de unas campanas la levantó.

Al ver de quien se trataba, hizo lo posible para que no se notara que se ruborizó al instante.

Danna llevaba un hermoso traje de baño de color liso negro, que se apegaba a su cuerpo bastante bien.

- ¿Qué haces aquí, Keene?

- Ho- Hola, yo... busco al señor LaRusso, me está entrenando aquí en el dojo. - dijo Robby.

- Te agradezco, casi nos obliga a mi y a Sam a practicar de nuevo.

- ¿Sam?

- La hija de Daniel, algún día te la encontrarás aquí. - Robby le sonrió y Danna hizo lo mismo, ambos estaban tan nerviosos. Daniel llegó al rescate.

- Oh, miren esto: mi nuevo alumno y mi ex-alumna. Si quieres unirte ahora, Danna, aún hay tiempo. - sugirió Daniel.

- Lo siento, estoy esperando a Sam y estoy haciendo... otro tipo de práctica. - dijo Danna, sabía la historia de Daniel y Cobra Kai, y no quería incomodar. - Y más aparte, luego me invitaron al centro comercial con Lucille y Amanda.

- Bueno, ojalá no te toque un día de derramar sangre. - bromeó Daniel. - Robby, ayúdame, usaremos la camioneta. Adiós, Danna.

- Adios, señor LaRusso. - dijo Danna y miró de nuevo a Robby.

- Fue un gusto verte de nuevo. - Danna sonrió.

- Igual fue un gusto. - Robby comenzó a caminar. - Y suerte con el árbol.

Miguel había llegado a la casa LaRusso con la intención de ver a Sam, pero desde lejos logró ver algo que no le encantó del todo.

Los LaRusso habían invitado a los O'Connell, - también incluyendo a Robby - a una cena.

Mientras que la pareja O'Connell se despedían de los LaRusso, Danna hacia lo mismo con Robby, solo que en la puerta principal.

- ¿Así que conoces a los LaRusso desde hace mucho? - Danna asintió.

- Mis padres y Daniel y Amanda son grandes amigos, al igual que Sam y yo. - dijo Danna.

- Fue una gran noche.

- Claro que lo fue.

- Deberíamos... no sé, ir alguna vez a la tienda de discos, hay algunos geniales. - dijo Robby mirando una piedra que estaba pateando en el suelo, solo para no mirar a Danna y evitar ponerse aun más nervioso.

Danna sonrió emocionada. - Deberíamos, así verás que tengo mejores gustos.

- Eso es una total mentira.

Miguel tensó la mandíbula viendo la escena, ya ni siquiera tenía ganas de ir a ver a Sam, solo con eso el enojo lo dejo mal.

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