AMISTADES

Ayer una de mis amistades escribió en el grupo que se sentía mal últimamente, que no la había pasado bien, que tenía decepciones amorosas y en conclusión, que no habían sido buenos días, hace mucho no escribíamos a ese grupo, yo incluso me he sentido mal y decidí no escribir para no molestar, imagínate eso, que un amigo o amiga este pasando por una situación devastadora y tu no puedas hacer nada porque estas igual o peor, te quisieras tragar todo el sufrimiento de aquella persona pero no soportas ni el tuyo.

En ese momento no sabía por lo que estaba pasando, claramente al saberlo trataría de apoyarla tan siquiera con palabras, pero no lo sabía, cuando me entere me sentí mal, porque de una u otra manera me sentí con impotencia, claro que le dije lo mucho que la quería, que no necesitamos a nadie etc., pero me sentí mal al decirle que debía de seguir adelante cuando yo estaba pensando en hacer lo contrario conmigo.

Fue de alguna manera hipócrita, decir “tú puedes, sigue adelante, no necesitas a nadie” mientras por dentro solo me decía “nadie nos ama, no tenemos pareja, hay que darnos por vencida”, es muy duro tratar de hacer entender a alguien que puede con lo que se esté enfrentando mientras uno se muere por dentro, porque claro, las palabras igual pueden salir, una sonrisa amigable y frases de aliento, pero, ¿Qué con lo que nosotros sentimos?, ¿Dónde nos dejamos?
Muchas veces he querido ayudar a otros, aconsejarlos, brindarles de mi apoyo y que de alguna manera se sientan escuchados, pero ¿Qué sobre mí?, ¿Quién me escucha a mí?
El ser egoístas también es bueno a veces, no se podría ir por el mundo derrochando amor mientras nuestro corazón está hecho pedazos, nadie en este mundo merece esconder el dolor bajo una amable y tranquila sonrisa.

Y habrá momentos más difíciles que otros, pasaremos dolores más terribles, pero al igual que los demás, nosotros debemos de salir adelante, sea con la ayuda de alguien o no.

Últimamente he dicho la frase de “en este mundo estamos solos”, porque siendo sinceros así es, los demás velan por ellos y solo aquellas personas diferentes pueden dar de su esfuerzo a alguien más, no siempre será así, no siempre tendremos ese hombro en el cual nos apoyaremos y podremos llorar, toca salir adelante por nosotros mismos.

Siempre he sido una persona que pone por delante el bienestar de otros antes que el mío, eso se acabó, y puede parecer cruel, lo sé, pero prefiero mil veces estar bien para ayudarte, a decirte palabras que ni yo misma me digo.

Deje de preocuparme por otros, por sus vidas, aquellas actividades que no podían hacer, aquel dinero que no podían pagar, deje de pensar en cómo solucionar los problemas de otros y empecé a darle tiempo a los míos.

Quiero plasmar en este libro ciertas situaciones que me han hecho pasar así, sin exponer a alguien, solo dando ejemplos claros de lo que me ha hecho pensar de esta manera.

Hace años tenía una amiga la cual quise con mi corazón, y sé que si le pasara algo estaría muy mal, a pesar de terminar mal ella me enseño mucho, desde lo malo hasta lo bueno.

Hubo una temporada en donde no quería seguir mis estudios, no quería nada, no quería saber de notas, de clases de compañeros, solo quería nada.

Ella de cierta forma me ayudo para poder graduarme, y hasta el día de hoy le agradezco, en 2020 también fue de muchísimo apoyo para mi vida, viví con ella un tiempo debido a problemas familiares, ella y su familia me ayudaron mucho en ese momento, el 2020 fue uno de mis peores años, fue un año en donde aprendí tanto, en donde tuve que armarme de coraje para salir adelante si o si, empecé a ir a la iglesia, y oraba todos los días, iba a las reuniones, cantaba y en cierta parte me sentía mejor ahí.

Las cosas al final terminaron mal y me fui, pero en cierta parte me ayudó mucho el haber estado fuera de mi infierno.

Ella fue muy buena hasta donde cabe, claro, me apoyo, me aconsejo, y me brindo su ayuda, pero había ciertas actitudes que no me gustaban, solía querer las cosas si o si, en ese momento yo era muy indecisa y negativa, cuando veía que no se podía hacer algo me cerraba en eso “no se puede”, ella por otro lado me decía “si se puede, hay que hacer esto y esto”, lo ves como algo bueno no?, así era, hasta que eso se volvió de alguna manera toxica, las cosas empezaron a ser como a la fuerza, ella quería hacerlo si o si aunque yo no lo quisiera, sea porque no me sentía lista o porque no podía ya sea por dinero u otra cosa, ella se cerraba a que tenía que hacerlo, así que un día no soporte más esa conducta y me aleje.

Hace años, no hablamos, rara vez la he visto, y siempre que la veo recuerdo todos esos momentos de mi adolescencia en donde estuvo, la veo y digo “por más inmaduras que seamos al no hablarnos, si le pasa algo me muero”, sea con sea fue parte de mi vida, pero yo no estaba bien, no podía hacer todo lo que ella quería, no me sentía preparada además de no estar bien económicamente.

Y duele, duele separarse de aquellas personas que en su momento te hacían un bien, te hacían feliz, te hacían experimentar cosas nuevas, te tenían aprecio.

Pero simplemente no podía estar pendiente de lo que otra persona quería cuando yo me sentía mal, no podía abandonarme de esa manera, no podía seguir obviando el hecho de que me estaban manejando, que era un títere con el que hacían lo que quisieran, no podía sentirme así de dependiente.

Con ellos, tuve experiencias increíbles, fue un grupo que me hizo sentir querida, que me hizo sentir parte de algo bonito, y con cada uno de ellos me siento agradecida hasta por lo malo, pero lastimosamente noté esos comportamientos y tuve que ponerme a mi primero.

A esa familia que en algún momento existió, gracias, gracias por esos recuerdos memorables, puede que ahora cada uno tenga diferentes amistades, otra vida, pero siempre serán parte de mi adolescencia.

No sé si ellos lo veían de esa forma, pero fue como me sentí, a lo mejor solo exagero, pero quiero pensar en que hice bien al ponerme primero, al querer tomar mis decisiones, a ya no estar comprometida a situaciones que a la fuerza tenían que pasar.

Me aleje de eso, sin darme cuenta ya van alrededor de 2 años desde que me aleje, y no pareciera, su ausencia casi no me ha afectado, sin embargo, ahora que soy un poco más madura y que me encuentro un poco mejor aquí estaré.
Puede que nunca más hablemos, o puede que sí, ya el destino sabrá qué hacer con eso, mientras tanto seguiré trabajando en mí.

Comment