¿Realmente podía ser esto posible? 

Observe al menor frente a mi con una cara bastante sería sin poder creerlo, no era gran cosa pero su comportamiento dejaba mucho que desear.

-Tus padres me pagan para que te vaya bien en tus estudios,no deberías decepcionarlos, están preocupados por tu futuro.

-Si, lo se.

-¿Lo sabes?

Me quedo por un segundo con el ceño fruncido pues si lo sabía no entendía su comportamiento de niño pequeño, no estaba bien, ya tenía dieciocho años.

-Lo se.

-Si lo sabes solo deberías estudiar lo que te doy, te ayudara.

-No quiero tu ayuda.

No dije nada ante aquello, me mantuve en calma a la vez que trataba de entender el por que, no había nada.

-Pues vas a tener que aguantar, te guste o no te guste, quieras o no quieras mi ayuda, voy a estar aquí.

Con tranquilidad en mis palabras, termine por sentarme en el borde del escritorio mientras el menor estaba frente a mi, en su cama.
No me moví ni mucho menos retire mi mirada de la suya mientras se acercaba y se levantaba, dejando en claro que no iba a dejar que él pudiera conmigo pero cuando quede arrinconado por sus brazos, flaquee un poco al echarme hacía atrás (era demasiado alto el mocoso).

-Pues..esto no te lo haré fácil, profesor.

Sus palabras me llegaron como un pequeño jarro de agua fría, no sabía que podría esperar pues en solo una semana básicamente me había dado mas estrés que nunca.

Solo esperaba no acabar sucumbiendo a lo que él quería pues a este juego, se podían jugar dos.

-Muy bien, estudiante.