Prólogo -MI VIDA-

Amelia, ese es mi nombre. Pero como ahora os voy a estar explicando un poco toda mi vida, mejor llamadme Amy. Mi historia no tiene mucho en especial. Soy una joven de 21 años que se gana la vida como puede, y con mucha suerte con lo que le gusta. Resumiendo, trabajo en una guardería pequeña en mi pueblo, me encanta estar con los niños. Una cosa que me encanta es poder pasar horas y horas dibujando sola, en un sitio tranquilo.

Ahora si, hablando de mi, tampoco penséis aquí que soy la chica perfecta. Soy joven, joder. Siempre he pensado que soy bastante madura para mi edad, pero como toda persona que es adolescente, cometemos errores. Y uno de ellos fue Mike. 

Mi ex-pareja, Mike, se podría decir que era el callado de instituto. Yo tampoco es que fuera la más tímida, pero tampoco era muy importante en si. El caso, el estaba enamorado de mi y gracias a su mejor amigo, Hugo, acabamos saliendo. Al principió era el típico tío perfecto, siempre se preocupaba por ti, te cuidaba. Hasta que un día eso se convirtió en demasiado. Ese cuidado no era amor, era control. Solo quería 'protegerme' prohibiéndome hacer mi vida. Yo como tonta, no me daba cuenta. Me fui alejando de mis amigas, menos de una, Gal·la. Ella siempre estuvo conmigo, aunque yo muchas veces le dije que me dejara tranquila, ella siempre estaba conmigo. Gal·la se dio cuenta de que Mike no era la persona que aparentaba ser, así que me ayudó para poder alejarme de él. Al principio yo no quería, pero gracias a ella, me di cuenta de que él no era la persona. La persona que te ayuda, se preocupa por ti, te deja ser la mejor opción de ti misma. Así que tras mucho trabajo conseguí separarme de él. Pero él no quería separar-se de mi, así que tuve que ponerle una orden de alejamiento y cortar todo tipo de comunicación con él. Me mudé a otro pueblo, para cambiar mi vida. 

Tuve que ir muchos meses a terapias y psicólogos para llegar a superar lo que pasó y poder ser la mejor versión de yo misma. Esa que no se deja pisar por nadie. 

Al tiempo descubrí que me encantaban los niños, ya que al conocer mi sobrino, Justin, me encariñé tanto de él que empecé a trabajar en una guardería de mi pueblo. Hasta día de hoy.

Y ahora sí, lo que supongo que estabais esperando, os voy a hablar de ese suceso que odié con todo mi ser, pero a la vez me hizo conocer a la mejor persona que existía para mí.

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