Cap 38 (Kokushibo Vs Douma)

Kokushibo: (con una risa desafiante) ¿Es eso lo mejor que tienes, Douma? Aunque hayas logrado vencer a otros, tus habilidades no son suficientes para derrotarme.

Douma: (con determinación) No subestimes mi poder, Kokushibo. He esperado este momento durante siglos, y ahora que estoy frente a ti, no dejaré pasar esta oportunidad.

La pelea se intensifica, con cada movimiento de espada y cada técnica demoníaca desatada con ferocidad. Kokushibo muestra una maestría incomparable en el combate, pero Douma resiste con tenacidad, aprovechando cada oportunidad para contraatacar.

Kokushibo: (con un golpe certero) ¡Tu determinación es admirable, pero tus esfuerzos son inútiles! ¡Nadie puede igualar mi poder!

Douma: (bloqueando el golpe con habilidad) Puede que seas poderoso, Kokushibo, pero yo tengo algo que tú no tienes: la voluntad de luchar hasta el final.

La batalla continúa, con los dos luchadores empujando sus límites más allá de lo imaginable. Douma canaliza toda su fuerza y ​​determinación en cada golpe, mientras Kokushibo despliega una serie de técnicas devastadoras.

Kokushibo: (con una mirada de desprecio) ¿Es todo lo que tienes, Douma? ¿Acaso has perdido tu voluntad de luchar?

Douma: (con una sonrisa desafiante) No subestimes mi poder, Kokushibo. Todavía tengo mucho por lo que pelear, y no me detendré hasta verte derrotado.

Finalmente, con un movimiento rápido y preciso, Douma logra cortarle la cabeza a Kokushibo, poniendo fin a la batalla con una victoria impresionante.

Douma: (mirando el cuerpo sin vida de Kokushibo) Tu reinado ha llegado a su fin, Kokushibo. Ahora, el verdadero poder reside en mis manos.

La batalla ha terminado, y Douma emerge como el vencedor indiscutible. Su triunfo será recordado en la historia de los demonios como un momento de grandeza y determinación inquebrantable.

Kokushibo: (con una voz débil y sorprendida) ¿Qué... qué es esto?

Douma: (observando con cautela) Parece que aún tienes algo que decir, Kokushibo. ¿Acaso tienes algún último deseo antes de partir?

Kokushibo: (con un susurro) Douma... gracias... Por fin... por fin soy libre...

Las palabras de Kokushibo resuenan en el aire, llenando la atmósfera con un sentido de asombro y reflexión. Douma, sorprendido por la revelación, mira la cabeza decapitada de Kokushibo con una mezcla de compasión y curiosidad.

Douma: (contemplativo) Entonces, este era tu destino final... Después de siglos de servidumbre, finalmente has encontrado la paz.

Las palabras de Kokushibo dejan una profunda impresión en Douma, recordándole la complejidad de la existencia demoníaca y la búsqueda constante de la redención. Aunque sus caminos hayan sido divergentes, Douma siente un atisbo de empatía por el destino de su oponente caído.

Douma: (en silencio) Descansa en paz, Kokushibo. Que tu espíritu encuentre la libertad que tanto anhelabas.

Con un gesto de respeto, Douma coloca la cabeza de Kokushibo en el suelo, marcando el final de su confrontación épica. Aunque la batalla haya terminado, el legado de Kokushibo vivirá para siempre en las páginas de la historia demoníaca, recordando la lucha eterna por la redención y la libertad.

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