Capítulo 2: Un mundo sin pizza.



Comenzaba un nuevo día en la academia Tristain y Louise se alistaba para ir a una de sus clases.


-Oye dante, levántate ya, te llevaré conmigo a la clase...


-No gracias, creo que eso será muy aburrido, prefiero quedarme durmiendo en tu cama, la verdad es bastante cómoda.


-¿Pero que dices idiota? ¡tu deber es acompañarme a donde vaya! ¡en cualquier momento puedo necesitar tu ayuda!


-A ver A ver chispitas, parece que todavía no entiendes mi forma de hacer las cosas, así que te la pondré más fácil, tráeme un buen pedazo de pizza y con gusto te prestaré mi ayuda.


-¿Un pedazo de qué?


El rostro de dante cambio a uno de extrema preocupación por la respuesta de Louise.


-Pizza, tu sabes... una hermosa masa de harina con queso a su alrededor que se estira al probar un bocado, con el sabor del tomate en cada mordida y la exquisitez de los champiñones en tu paladar.


-No sé de qué hablas.


-¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!


Por primera vez en su vida, dante sintió el verdadero terror, y se arrepintió de que esa chica lo sacara de su mundo, Dante perdió totalmente el brillo en sus ojos y sombras cubrían su mirada.



-¿Oye que te pasa Dante? ¿Por qué te pones así? Si hablas de comida puedo ser generosa y alimentarte bien si me acompañas a clase.- Las palabras de Louise caían en oídos de nadie, ya que Dante solo susurraba palabras apenas perceptibles para la Valliere.


-"Mozzarella, champiñones, pizza mexicana, como te voy a extrañar pizzería Dúe... ¡Oh, Dominos pizza! ¡Que grandes recuerdos me traen! Como olvidar esa sensación de abrir la caja y saborear ese olor a recién hecho, si que pasamos grandes momentos juntos".


Louise al ver que no conseguía nada y que la mente de Dante había dejado este mundo decidió ir a clases sola, hasta que recordó algo.


-Un momento ¿Acaso te refieres a esa receta hecha de pan que hace poco llegó de Romalia?- La Valliere sacó un paquete que tenía guardado y se lo dio a Dante- ¿Es esto lo que buscas?


El alma que estaba abandonando el cuerpo de dante volvió a el ante el olor que percibió.


Dante sin perder tiempo agarró el paquete y lo destapó revisando lo que contenía. Era un pedazo de pan redondo que se asemejaba a la pizza de su mundo, pero parecía estar algo incompleta, Dante decidió probar la receta pero notó bastantes diferencias.


-Hmm, le falta cocción, además se les olvidó poner la cantidad adecuada de tomate ¿Y de que se supone que está hecha esta masa? ¿De plastilina? Diría que esto es una versión beta bastante primitiva.- No era lo que Dante esperaba, quizás en unos años la receta mejorase pero él no pensaba quedarse tanto tiempo en ese sitio.- Cambié de opinión niña, no iré contigo pero tampoco me quedaré en este cuarto, iré a dar un paseo para pasar mi luto.


-Me parece que de un momento a otro te pusiste bastante trágico, pero en fin, has lo que quieras... siempre y cuando no trates de volver a huir- A Louise le causó curiosidad la forma en como dante se deprimió y se sintió un poco mal, por eso no quiso insistir mas en que la acompañase.


Dante se encontraba bajando las escaleras de la academia cuando una voz lo llamó.


-¡Dante san! ¿cómo estás?- Siesta llamaba la atención del albino el cual la saludo no tan efusivo como siempre.


-Hola maid.


-¿Te pasa algo dante san? te noto algo apagado.


-No es nada nena, solo que por un tiempo no podré probar la comida mas deliciosa jamás creada.


-¿Eh?- La bella sirvienta no entendió bien pero se hizo una idea.- Dante san ven conmigo.- La maid agarró la mano del sparda llevándolo con ella a otro lugar.


Mientras tanto en otro lugar de la academia el maestro Colbert se encontraba en compañía de un hombre de avanzada edad de cabello blanco, el cual era el director de la academia.


-Director Osmond, quiero que observe esto, las runas del familiar de la señorita Valliere.



El director observó un libro que contenía las mismas runas que se sellaron en dante.


-Señorita Longeville déjenos a solas por favor.


Una mujer de cabello verde llamada Longeville asentía abandonando la habitación, no sin antes mandar una mirada casi imperceptible al libro.


-Estas son las runas pertenecientes a gandalf el familiar legendario, esto involucra sin duda el fragmento perdido del pentágono.


-Hay algo mas director... Verá, resulta que cuando vi a ese muchacho, por alguna extraña razón sentí algo familiar en el, como si le hubiese visto, y por cosas del destino pude observar que el chico tenía un encuentro con uno de los alumnos, y era poseedor de una espada bastante extraña... Resulta que busqué en los libros la forma de esa espada y no encontré nada, hasta que recurrí a cierto libro y me topé con esto.- El maestro Colbert le mostró al director otro libro, al verlo el anciano no pudo ocultar su sorpresa.


-¿Como consiguió usted este libro?


-Es una larga historia director, pero lo encontré una vez mucho antes de ingresar a esta academia.- Respondió Colbert.


- ¡¿Acaso el... se trata de... el caballero oscuro, Sparda?! No, estoy equivocado ya que eso es sencillamente imposible, el vivió hace dos mil años en este mundo y lo libró de la guerra, se dice que un día desapareció luego de conseguir la paz y no dejó rastro de él.


-Director si me lo pregunta, lo mejor por ahora es investigar a ese joven, además los rasgos físicos coinciden mucho con lo que está en el libro.


-Tiene razón maestro, por el momento que nadie se entere de esto, quedó claro. Y está de más decir que a ese libro solo usted y yo podemos tener acceso, revelarlo ante alguien mas significaría para nosotros la guillotina.


-El maestro Colbert asintió y salió del salón dejando a solas al director.


Mientras tanto con nuestro querido Sparda.


Dante acababa de comer un banquete preparado por uno de los chefs de la academia.


-Debo admitir que cocinas muy bien amigo.


-Eso no es nada, no hay cosa que no pueda cocinar. Hablaba uno de los cocineros de la academia.


-¿Es verdad eso? ¿Entonces si te doy una receta podrás cocinarla al pie de la letra?


-Claro que si cualquier cosa por nuestro querido espada.


-Espada?


-Si, tu venciste a un noble y demostraste de lo que son capaces los plebeyos poniéndolo en su lugar, ahora eres nuestro querido espada.


-Si... Como sea, volviendo a lo importante, voy a darte una receta y si puedes cocinarla házmelo saber.- Dante pedía algo con que anotar a siesta y empezó a escribir en ella los ingredientes y la preparación de la pizza, era tan dedicado para esto que añadió unos dibujos al instructivo. A los presentes solo les salía una gota de sudor al ver al Sparda tan concentrado en su labor.


-Listo terminé, entonces te dejo esto chef, cuando lo tengas listo mándame avisar con la maid, por cierto nena ¿Quieres dar un paseo?- El albino se dirigió a la maid tomándola por sorpresa.


-E-Este yo...


-No pasa nada siesta, te cubriremos mientras no estas, así que puedes acompañarlo ¡diviértete! -El cocinero animaba  a Siesta para que aceptara la invitación de Dante. 


La maid se puso contenta al escuchar eso y decidió salir un rato con el sparda.


Siesta y Dante dieron un paseo fuera de la academia, hablaron de todo un poco y se conocieron mejor, al sparda le parecía que siesta era muy agradable y no era un secreto que la chica era bastante linda, aparte también se fijaba en que debajo del vestido de sirvienta la chica poseía una buena figura, dante siempre era así, donde ponía el ojo ponía la bala, por lo que no perdía cualquier oportunidad para hacerle insinuaciones a la chica. Tanto que en una ocasión pasaron por un lago y siesta estuvo a punto de perder el equilibrio pero dante la agarró de la cintura para evitar su caída.


-Vaya maid es buena tu estrategia, fingir que te resbalas para que yo te agarre la cintura.


La chica se ruborizó bastante con el comentario de Dante, pero a ella le alegraba mucho esa actitud pícara, se sentía feliz con su compañía y empezaba a desarrollar sentimientos por el sparda, era muy bueno conocer a alguien que la tratara de igual y tuviera esa actitud tan fresca ante la vida.


-Oye dante san, cuéntame un poco de como es tu mundo.


-Es mucho mas avanzado que este en cuanto a la tecnología, aunque el humano común no sabe lo que es la magia.


-¿Un mundo sin magia? ¿Osea que todos los de tu mundo son plebeyos?- Preguntó inocentemente siesta.


-No, en mi mundo no existen plebeyos o nobles, por lo menos no en la época en la que yo vivo. -Si existe una diferencia de clases sociales pero no tiene nada que ver con la magia.- Contestaba el albino.


-¡Vaya, eso suena increíble! Mejor tecnología y un mundo sin magia... En este mundo a los que no podemos usar magia se nos da una condición inferior, sabes... sería lindo ir a tu mundo alguna vez.-Pensaba la maid al imaginar un mundo donde no existiera tal sistemas clasista donde por tu nacimiento y la no capacidad de usar magia se te consideraba inferior ante la sociedad.


-Bueno si te llevara conmigo te pediría el favor que cuando vengan Leidy o Trish les digas que desaparecí, de esa forma no tengo que aguantar que me estén cobrando a cada nada.


-¿Quienes son ellas dante san? Volvió a preguntar la hermosa chica de cabello castaño.


-Unas compañeras de trabajo, por decirlo así, pero son algo estafadoras.- Recordaba el albino una vez que desocuparon medio centro comercial y le enviaron la cuenta de cobro a su negocio.


-¿Y tienes familia dante san?


El albino recordó a su madre y su hermano aparentemente muerto, en ese momento sacó a rebelión, el regalo que le dio su padre y su primera arma.


-Se puede decir que en alguna ocasión tuve una, pero ahora vivo con una chica llamada Patty, es algo fastidiosa pero la considero como mi hermana.


-Oh, yo... lo siento... no debí preguntar eso dante san.- Siesta notó por las palabras de su acompañante que había perdido a su familia por lo que se sintió mal con el chico.


-Relájate nena, uno no puede vivir lamentándose por lo que no está. Personalmente si estuviese muerto pensaría que es un dolor en el trasero que te lloraran todos los días.


-Jejejeje, hasta en estos momentos sales con algún comentario gracioso, me alegra mucho que hayas recuperado tu humor habitual dante san.


-Así soy yo primor, no puedo pasar 5 minutos con mala cara, en realidad no creo que el chef pueda hacer lo que le encomendé pero ya no importa, además... los demonios no lloran.


-Como dices?


-Olvídalo, ahora que veo ya es un poco tarde, la niña loca debe de haber explotado ya media academia buscándome.


-Tienes razón jejeje, no me di cuenta que ya se está haciendo de noche, no puedo creer cuantas horas pasamos juntos.


-Ahora que lo dices pasamos casi todo el día juntos, así que también podríamos pasar la noche juntos, así hacemos las cosas completas.- El muy pícaro hizo que la chica estallara en rubor con ese comentario.


-E-este... yo... yo, Cre-creo que tengo que ir ya a trabajar.


-De acuerdo maid, tampoco quiero que te regañen por mi culpa, más bien un día completamos las 24 horas juntos si te parece.- Dante era bastante coqueto pero esto no le molestaba a Siesta, al contrario, hacía que su corazón latiera muy fuerte.


La pareja volvía a la academia y siesta procedía a seguir con sus labores.


-Te agradezco por todo dante san, ha sido uno de los mejores días de mi vida.


-Si estuvieras en las fiestas que yo he estado no dirías eso, aunque creo que son un poco pesadas para una delicada chica como tú, pero también la pase bien, ¡Nos vemos luego! -Dante se despedía de la chica pero vio que ella se acercaba a el dándole un beso en la mejilla, muy cerca de los labios.



-¡Cuídate mucho, dante san!


-El Sparda vio como la chica se alejaba de el algo sorprendido por el beso.


-Bueno supongo que este es uno de esos días donde las cosas empiezan mal y va mejorando, debo decir que en este mundo siento que tengo mejor suerte con las mujeres.- Dante estaba de camino a la habitación de Louise cuando observó una salamandra de fuego que al parecer, quería que le siguiera.


-Que cosa más extraña que es lo que querrá.- En cuanto dante terminó de seguir a la salamandra vio como dos brazos le jalaban y tiraban al suelo.


-Te estaba esperando mi querido dante, la persona que jaló a dante se trataba nada menos que de Kirche, que entre otras cosas portaba un conjunto morado y una bata de dormir bastante reveladora.


-Y yo cuando pensaba en que mi suerte mejoraba... Así que me quitas la pizza y a cambio me das mujeres, es esto a lo que yo llamo el kharma supremo.- La mujer de cabello escarlata estaba encima del Sparda presionando sus pechos contra su cuerpo.- Si, definitivamente ahora si me estás empezando a caer bien mundo extraño.


-No me he presentado como debiera, me llaman kirche la ardiente y como una antorcha me enciendo con fervor.



-Eso no lo tienes que decir nena, diría que también estás quemando mi antorcha.- Dante tenía una mirada bastante lasciva sobre la chica, o mas bien, sobre los atributos de la chica.


En eso un hombre apareció en la ventana llamando a kirche.


-¡¿Qué significa esto kirche?! ¡teníamos una cita y vengo a ver que pasa y te encuentro en estas!.


-Sticks nos vemos después.- Diciendo esto kirche uso su varita para atacar con fuego al hombre en cuestión.


-Disculpa donde nos quedamos ¡Ah si! ¡Eres el hombre que amo dante!


-Kirche, la vez pasada me dijiste que estabas cansada y hoy te encuentro con otro.- Aparecía otro sujeto en la ventana el cuál también fue mandado a volar.


Posteriormente aparecieron varios sujetos buscando a la peliroja uno tras otro en la ventana.


La Zerbst despachó a todos sus pretendientes quedando de nuevo a solas con un dante que se reía al ver tal situación.


-Parece que tienes muchos pretendientes, me pregunto si en este mundo conocen la sífilis.


-¿Eh? No sé de qué hablas cariño, pero no importa... ¡yo te amo Dante!


La chica arrimó su rostro al de dante dándole un ardiente beso en los labios el cuál dante correspondió sin objetar. 


-Bueno que más da, tengo buenas defensas así que no importa.- Pensaba dante en ese momento.


-¡Wow! ¡Dante! ¡Tu también eres ardiente! ¡esa forma de besar hizo que me encendiera! Creo que te das cuenta de que estarás mejor a mi lado que con la zero, yo te puedo ofrecer mas cosas.


-Eso no te lo discuto, veo que tienes un buen par de cosas para darme.


-¡¿Que se supone que tiene para darte ella eh?!


Dante y Kirche observaron que una inesperada visita estaba en la puerta


-¿Zero, que haces aquí?


-¡Eso te preguntó yo kirche! ¡¿que es lo que estás haciendo con mi familiar?!- La Valliere se mostraba molesta por la situación en que encontró a ese par.


-Sólo estábamos demostrando nuestro amor, el es tu familiar pero no puedes intervenir en nuestros sentimientos ¡Él me eligió a mi! ¡Kirche la ardiente!


-¡Kirche la mujerzuela te queda mucho mejor sabes! ¡Y no tienes derecho a hacer lo que quieras con mi familiar! ¡Dante, que esperas para irnos!


-Oye no le des ordenes, el prefiere estar conmigo ¿No es cierto Dante?


El Sparda fue atrapado por los pechos de kirche.


-Sin duda yo me quedo aquí, si quieres hazme un favor y tráeme la pijama que ya tengo buenas almohadas para dormir.


-¡Eres un descarado, perro! ¡Por si no lo sabes una horda de amantes enfurecidos te estarán esperando para descuartizarte si te quedas acá! -A Louise se la llevaba el demonio del coraje que tenía.


-Eso no es problema para mi, si no pregúntale al princeso rubio.


-¡Eres un, cretino! ¡¡Perro!!


Louise mandó una explosión hacia los dos jóvenes que fue esquivada por dante.


-No cabe duda que eres una amargada... No me dejas tu cama, no me das pizza y tampoco me dejas disfrutar una buena compañía.


Dante había agarrado a la chica zerbest al estilo nupcial y la dejaba en su cama luego de la explosión.


-Lo siento Gal pero acabaron de dañar la magia, nos veremos después.- Dante le pico un ojo a la chica, que se extrañó por ese apodo, pero no evitó intimidarse un poco por la frescura y forma de actuar de dante.


Ya en el cuarto de Louise, el albino entraba como si no hubiese pasado nada acomodándose en la cama de la zero, de repente vio que la chica sacaba un fuete de un cajón.


-¿Que se supone que vas a hacer con eso eh chispitas?


-¿Acaso no es obvio? ¡Como tu ama debo castigarte por andar saltando a los brazos de esa zorra! Pensé que solo eras insolente... ¡¡Pero veo que eres un maldito perro en celo!! -La chica daba un fuerte latigazo al suelo descargando la furia que corría en su interior.



-Genial otro fetiche a la cuenta... Me encadenas, quieres que te vista, te quitas la ropa delante de mí ¿Y ahora tienes eso para azotarme? Chica no cabe duda que vas en buen camino para ser toda una dominatrix.


-¡¡¡Eres un idiotaaa!!!


La valiere se mandó hacia el chico pero como siempre, no pudo atinarle un solo golpe.


-Mira niña cálmate un poco, lo que viste hace poco es algo normal que hace la gente grande.- Dante mas que asustarse le causaba mucha gracia las escenas que le montaba Louise.


-¡¿Q-que se supone que iban a hacer?! ¡Y no me hables así! !¿Acaso cuantos años crees que tengo!?


-Hmm- Dante medito un poco su respuesta.-Viendo tu estado actual, diría que te ves mas pequeña que Patty pero tendrás su misma edad, para ser generoso ¿quizás 12 o 13 años?


¡Idiota tengo 16 años! ¡¿como por qué crees que soy una niña?!-Dijo la valiere enojada.


-Si te digo estoy seguro que vas a explotar la academia entera... En todo caso pensé que tendrías un futuro más prometedor, es una lástima...


-¡¡¡Ju- juro que ahora si te mato perro estúpido!!!


Afortunadamente para el bienestar de la academia Dante agarró de encima de la mesa la varita de Louise.


-Antes de seguir enojada te informo que yo no me metí en el cuarto de nadie, fue ella la que me atrajo a su cuarto.


-¡¿No puedo acertar una explosión contigo y quieres que crea que no pudiste evitar que ella te secuestrara en su cuarto?!


-Lo creas o no es la verdad, a parte porque te pones así, ¡no me digas que ya caíste en los encantos de este ejemplar!


-Louise pateo la entrepierna de Dante, cosa que si le dolió al Sparda.


-¡¡No seas cretino!! ¡La familia Von Zerbst y la mía siempre hemos sido enemigas, no me importa con quien te metas! ¡Pero aléjate de ella! Y yo que estaba tan preocupada por que te vi triste esta mañana, eres un ingrato...-Louise no pensó eso último así que cuando cayó en cuenta le dio un poco de vergüenza.


-Tu forma de mostrar preocupación es excelente pateándome las joyas de la corona.-Dijo dante que se recuperaba del dolor por la patada de Louise.


-¿Sabes que? no quiero seguir hablando contigo... Más bien duérmete que mañana madrugamos.


Dante tampoco tenía muchas ganas de seguir la conversación por lo que decidió recostarse en el suelo y dormir para dejar atrás el día medio raro que tuvo.


-¡Hasta mañana dominatrix!


-¡¡¡Idiotaaaaaa!!!


En otro lugar.


Una chica bastante hermosa estaba mirando al cielo, que en esa noche estaba cubierto de estrellas.


-Recuerdo que en días como estos te encantaba recostarte en el pasto y ver las estrellas mientras yo traía tu plato favorito... Parecías un niño cuando te preparaba eso que llamabas pizza.


Una lágrima empezó a salir del rostro de la chica.


-Las cosas se han puesto muy duras sin ti a mi lado para apoyarme, ahora más que nunca te necesito, dime ¿porque te tuviste que ir, Dante? -La chica en cuestión rompía en llanto mientras su rostro seguía fijo en la fantástica noche que había ante sus ojos.


Al día siguiente.


Dante despertaba observando que Louise ya estaba lista para salir.


-Como siempre te levantas tarde, apresúrate y ven conmigo, vamos fuera de la academia. -Louise le decía a su familiar, al cual le llamó la atención el hecho de salir de la academia.


-Siento como si fuera un perro al cual me van a sacar a orinar. -Dijo dante a la Valliere.


-¡Acertaste! ¡es que eso eres! ¡un perro en celo que anda buscando zorras!


-Y se supone que no estás celosa, ¡Ja!


-¡¿Que dijiste?! -Louise tenía una vena marcada en su frente por el comentario del Sparda.


-Olvídalo, mas bien dime a donde vamos a ir.


-Antes de eso quiero preguntarte algo, dijo mas calmada la Valliere.


-¿Te gustan mucho las espadas? Veo que la tuya es bastante llamativa.


-No lo niego, me gustan mucho las armas, y en especial esta espada. -Respondía dante.


-¿Como la conseguiste? Pregunto la joven Valliere.


-Digamos que es un regalo familiar. -Contestó Dante refiriéndose a Sparda, su padre.


Ya veo, supongo que debes extrañarlos... Louise pensó que ella había separado a Dante de su familia y se sintió un poco mal.


-Las familias son complicadas sabes... En realidad mi única familia en este momento es una chica llamada Patty, es casi tan molesta como tú, pero menos agresiva. -Ya era la segunda vez que le preguntaban al albino sobre su familia en ese mundo pero sin duda la chica Valiere notó un poco de nostalgia en la voz de su familiar, por lo que quiso dejar el tema así.


Más tarde, en ese mismo día.


Dante y Louise estaban en una tienda de armas de la ciudad.


-Chispitas, creo que como te habrás dado cuenta no necesito un arma ¡Créeme que tengo de sobra!


-¡Deja de llamarme así! Ya sé que tienes esas dos pistolas y tu espada pero, yo... Bueno yo quería darte un regalo. -La chica Valliere se avergonzó un poco al confesar esto.


-¿Así que voy a recibir una espada en vez de insultos y explosiones? parece que vas mejorando en tu actitud.


-¡Y- Ya cállate quieres! 


Louise se dirigío al hombre de la tienda de espadas preguntando por un arma apropiada para Dante.


-Veo que eres un joven bastante fuerte, por lo que tengo esta espada para ti. -El hombre sacaba una espada dorada mostrándosela al par de jóvenes, pero en cuanto Dante la vio tomó la mano de Louise.


-Niña vayámonos de aquí, no hay nada que me interese. -Dante iba a salir de la tienda pero de pronto percibió algo que le llamó la atención, una espada bastante vieja y con poco filo. 


-Esa no es una espada ordinaria, siento como si dentro de ella tuviese vida, no creo que sea una devil arm, pero aún así... -Dante estaba dubitativo pero decidió que esa espada iría con el. -Lo siento amigo pero me llevo esta espada.


Dante agarró la vieja espada y emprendía camino fuera de la tienda.


-¡Oye dante espera, no nos podemos ir sin pagar! -Louise reprendía a Dante por querer llevarse así la espada.


-¡Chico no puedes irte sin pagar esa espada! ¡¿Que acaso eres un ladrón?! ¡Esa espada cuesta 100 monedas!


¡Vaya vaya! ¿Me dices ladrón a mi amigo? Muy bien veamos quien es mas ladrón.


Dante agarró la espada dorada golpeando su filo con un dedo, el filo de la espada se rompió al contacto con el Sparda.


-¿Ves esto amigo? puede que a la mayoría de persona que entran en tu tienda logres engañarlos, pero se perfectamente que casi todas las espadas de esta tienda son falsas... Como estas.


Dante agarró otra espada haciendo lo mismo que con la anterior ante la sorpresa del dueño de la tienda y de Louise.


-¡Oh mira que tenemos aquí otra espada falsa! ¿Este filo de que está hecho, de plástico? -Dante estaba literalmente acabando con la tienda de armas hasta que el tendero le detuvo.


-¡Está bien, ya entendí! ¡Puedes llevarte esa espada gratis! ¡¡Pero por favor no le vayan a decir a nadie esto, no tengo como mas vivir, se los ruego!!


-Ya lo ves chispitas, siempre he sido buen negociante, ya podemos irnos.


-Pero como te diste cuenta que todas eran falsas. Preguntaba Louise.


-Verás, cuando vas a muchas fiestas y bebes licor sabes identificar cual es genuino y cual no, es lo mismo con las espadas. 


Diciendo esto el Sparda salió con Louise de vuelta a la academia dejando al dueño casi en la quiebra.


Ya en el cuarto de Louise, Dante sacó la espada que se llevó de la tienda y empezó a observarla detalladamente.


-¿Por que miras tanto esa espada? ¿Te arrepentiste de haberla traído? aun no entiendo porque teniendo una espada mucho mejor quisiste llevarte esa, si que eres raro Dante.


La Valliere escuchó que tocaban la puerta y fue a abrir, en ese momento Kirche que venía en compañía de Tabitha entró casi tumbando a Louise.


-¡Mi amado Dante! ¡No tienes porque sostener esa espada vieja, acá te traigo un arma que va mas acorde a tu gallardía! -La pelirroja sostenía una espada que se veía bastante lujosa.


-¡¿Que haces en mi habitación Zerbs?! -Louise recriminaba a la indeseada visitante.


-Vengo a darle un buen regalo a mi amor, ya que tu solo le das porquerías.


-"Porquería tu abuela" -Una voz detrás de ellas se escuchó, la Zerbst había pensado que se trataba de Dante.


-¡¿Que has dicho?!


-Lo siento gal pero ese no fui yo, y por cierto... esa espada es falsa, no sirve ni para pelar papas. -El albino señalaba la espada que sostenía la Zerbst, la cual comprobó que efectivamente el arma era falsa.


-¡Por fin despierto de mi largo sueño y me encuentro con un portador muy particular! ¡Me alegro que haya caído en las manos de alguien fuerte, por cierto mi nombre es Derflinger! -Se presentaba la espada ante su portador.



Louise miraba de forma extraña el hecho de que una espada pudiese hablar por lo que pensaba que solo ese tipo de cosas raras le pasaban a ella.


-Parece que tienes buen ojo para notar que soy alguien muy especial, a ver si le dices eso mismo a cierta niña loca que no para de tratarme de forma inapropiada. -Dijo dante mirando a la Valliere.


- ¡¿Como dijiste?! -La Valliere alzaba su varita contra Dante.


-¿Ves que tengo razón? Dante no merece estar a tu lado, el merece algo mejor.


La discusión entre las dos chicas seguía. Tabitha también presente no le tomó mucha importancia, sin embargo las palabras de Derflinger sobre dante le inquietaban un poco, ella notaba algo raro en el albino y cuando vio la pelea contra Guiche, le dio la impresión de haber visto antes a Rebellion.


-Bueno si me disculpan saldré mientras terminan de pelear, las únicas peleas que me gustan entre mujeres son en lodo ¡así que con permiso! -Dante salió del cuarto dejando solas a las chicas.


-¡Espera dante! ¡¿Ahhh por qué siempre hace lo que quiere?! -Louise ya se estaba cansando de lo voluntarioso que era su familiar.


-Parece que no le obedece a nadie, me gusta que sea difícil. -Decía Kirche con mirada lujuriosa.


En las afueras de la academia.


-Gracias por sacarme de allá compañero, esas chicas eran muy escandalosas, ahora que estamos solos quisiera saber algo ¿tu no eres humano verdad? Le decía Derflinger a su portador.


-¿Tu tampoco eres solo un pedazo de chatarra oxidada? -Respondía el albino.


-Te pareces mucho al gran caballero oscuro, Sparda. 


Dante no esperaba que en ese mundo alguien conociera a su padre, por lo que le inquietó de más las palabras de Derflinger.


-Bueno, tu te pareces mucho a cierto par de idiotas que se la pasan hablando. -Dante sacó de su gabardina dos extrañas espadas de color rojo y azul que tenían en su mango la forma de una cara.



-¡Hermano mira! ¡Esa espada también puede hablar!


-Tienes razón rudra, parece que tenemos un nuevo compañero.


-¡Mucho gusto me llamo agni y mi hermano es rudra!


-Dime algo ¿Dante te deja hablar o solo lo haces cuando el no está?


-¿Que tal te trata? la verdad hemos tenido grandes batallas junto a el.


-Eso es cierto hermano, somos un gran equipo.


-¡Por favor has que se callen! Rogaba Derflinger.


-Ya oyeron ¡no hablen mas! -Pronunció Dante haciendo que las espadas se callaran.


-Bueno la cosa es así, si no me cuentas todo lo que sepas sobre Sparda los dejaré solos y cuando empiecen a hablarte de su vida desearás que el óxido te empiece a corroer hasta que desaparezcas.


-Calma compañero, esta información no la sabe mucha gente pero en algunos libros que solo tienen las familias más importantes está escrito. Sparda fue un héroe en este mundo que acabó con una guerra solo con su espada. Hace casi dos mil años este mundo estaba en gran conflicto, pero el peleó con los ejércitos de cada nación solo, así les demostró que la guerra era innecesaria y trajo consigo la paz en ese momento.


-Jajajaja ¿Con que eso hizo el viejo eh? ¿Pero si fue un héroe por que no lo sabe todo el mundo? Preguntó dante.


-Sparda no era un ser humano, el era un demonio y muchos por su orgullo se negaban a aceptar que agacharon la cabeza ante un demonio, por eso solo las familias mas importantes del mundo tienen información acerca de eso, y tienen prohibido comunicarlo a gente de menor rango o plebeyos. -Terminaba su explicación derf.


-Así que el viejo hizo de las suyas en este mundo, se nota que le gustaba armar fiestas por todo lo alto. -Decía con bastante gracia el albino.


-Yo me llamo dante, pero te voy a pedir un favor... Solo habla para algo importante ¿De acuerdo? Ya tengo suficiente con esos dos que viste.


-Así será compañero. -Derflinger quedó en silencio y dante pensaba en la presencia de su padre en ese mundo.


Tabitha había decidido salir del cuarto donde las dos chicas locas peleaban por dante, por lo que no pudo evitar escuchar cierta parte de la conversación que este tuvo con su espada, lo cual le llamó aún mas la atención. Ella en alguna ocasión tuvo acceso a ese libro ya que su familia era la heredera al trono de Galia. Sparda siempre fue una inspiración para ella, se emocionaba cuando leía sus hazañas y sabía que como dijo Derf, no muchos deben conocerlo. Y por lo que escuchó dante también tenía conocimiento sobre el caballero oscuro, eso era algo que sin duda Tabitha no dejaría pasar.


-No puedo creer que el viejo haya estado en este mundo, tengo que averiguar algo acerca de eso.


Dante quedó pensativo por las palabras de Derflinger, jamás se imaginó que Sparda también visitara ese lugar, quizás el llegar al fondo de ese asunto le ayudaría a encontrar la manera de regresar a su mundo.


Fin del capítulo.

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