De la próxima semana en la Luna Negra







Obsoleto, un bueno para nada, me siento inútil al no poder hacer algo al respecto. Bien podría continuar con mi labor haciendo las instalaciones en el laboratorio de electrónica número 3. Pero sin la ayuda de mi compañero, el trabajo no sería analizado meticulosamente y algo podría salir mal. Finalmente el de la experiencia es él, yo solo soy un egresado universitario desde hace un año, viniendo a ejercer experiencia aquí. Una maravillosa oportunidad que debió ser un sueño dorado. Desperdiciado por mi mediocridad.


Va una semana desde que se fue nuestro tlatoani, aquel pionero por quien estamos en este extraño planeta y quien me bendijo con su consentimiento. Sinceramente, no se que vio en mi, el "Gran hombre". Regresó para arreglar unos asuntos en la tierra, con la promesa de volver con muchas mas almas hambrientas por conocer este misterioso lugar... lo llamamos "La Luna Negra", haciendo referencia a una de las deidades aztecas.


Actualmente estamos 190 personas acampando en las afueras de la inconclusa base del refugio, el aula médica es lo único que está operando. Veinte de nuestros colegas ahorita están hospitalizados, entre ellos mi compañero de trabajo. ¿Qué fue lo que les pasó específicamente? Nadie lo sabe y nadie nos quiere decir. Algo que tenemos muy claro sobre los viajes espaciales, es que no hay iniciativa alguna sobre las enfermedades extraterrestres. Un infectado está condenado a morir. Seguro por eso los médicos prohibieron las visitas y tampoco permiten acercarnos mucho al edificio.


Lo único que sabemos es que este grupo formó una expedición a aquel lugar maldito. Aquel lugar que se cree que fue construido por unas manos pertenecientes a un ser inteligente, donde las señales electromagnéticas no se emiten, aquella zona de tinieblas a la que ni los robots atreven a acercarse. La excursión fue con el propósito de resolver estos misterios, pues sabemos que el planeta no tiene ningún tipo de vida salvo flora, y pues claro nosotros que venimos de visita. ¿Pero por qué en un islote a unos 20 km de aquí, existe una estructura que figura algún tipo de túnel cimentado? Para el viaje, se tomaron todo tipo de medidas de seguridad, a pesar de que en la atmósfera de la Luna Negra se pueda respirar, se llevaron trajes especiales para protección en caso de toparse con algún gas tóxico y radiación. Veintiún fueron el total de los viajeros que mandamos, cinco ingenieros aeroespaciales, tres biónicos, cinco biólogos y cuatro biotecnólogos. Dos geógrafos, un militar y un cartógrafo. Toda comunicación y rastro de ellos se cortó cuando llegaron, por dos días enteros y una noche. No era de extrañarse, pues era una zona oscura en el radar. Pero en la noche del segundo día los tipos regresaron como si nada.


–Estábamos en pleno trabajo cuando de repente, perdimos el conocimiento. Al despertar nos dimos cuenta que los cascos estaban estropeados y nosotros expuestos a la atmósfera del búnker- Nos comentaron algunos. Otros ni se dignaron en decir algo.


–El lugar sin duda se ve construido, no formado por erosión o algún otro tipo de fenómeno natural. No diré mas– Fueron las ultimas palabras que escuché del Gran Hombre.


A la mañana siguiente los sujetos tenían un apetito inmenso, por una sola porción de alguno de nosotros, ellos consumían cinco, y fue en la noche cuando colapsaron. inmediatamente los médicos llegaron por los desafortunados y los pusieron en cuarentena. De ahí hasta el día de hoy no supimos más, salvo que el Gran Hombre salió ileso días después, tomó una pequeña nave y regresó a casa. Ningún otro sujeto ha salido del hospital, que luce siniestro frente a mi, como sacado de una película.


Aquí afuera una delgada neblina forra el bosque de atrás con un blanco puro, acompañado de un suave rocío que cae sobre el campamento, soy el único fuera de su carpa. Amo este clima, con los ojos cerrados respiro el aire puro y fresco, es dulce en mi paladar, aún así no me trasmite la paz que tanto anhelo. Siendo sinceros, extraño a la Tierra, todo ánimo por seguir aquí ha acabado. Una ligera brisa empieza a soplar, pero la siento como navaja helada en la espalda. Me desconciertan los voceros de las instalaciones, todos empiezan a salir de sus tiendas, yo igualmente me volteo.


–Ha habido una fuga en el aula médica sección 2. Por su seguridad permanezcan alejados de este individuo, carga con grandes cantidades de radiación en su cuerpo y el contacto o aproximación a él puede ser letal. Repito, un sujeto se ha escapado...–


De la puerta principal veo salir a un hombre en bata, lo que debió ser blanco, está empapado de sangre y sus brazos están tan alargados que se arrastran dejando rastro en la tierra húmeda. Jamás había visto que alguien presentara esas anomalías al ser expuesto a la radiación. Camina hacia nosotros mientras la piel de su rostro se cae a trozos dejando a la vista el hueso. Nos alejamos y el sujeto se postra, con el cráneo expuesto y los ojos aún en sus concavidades. Abre la mandíbula apenas sujeta por delgados tejidos musculares empieza a gritar, un grito ensordecedor y aterrador, al mismo tiempo que se convulsiona, puedo ver como si algo se estuviese moviendo dentro de él. Medio cuerpo le estalla, bañándome en sangre casi negra y caliente como un ungüento de eucalipto, puedo sentir como la sustancia atraviesa mi piel y se ensarta en mi torrente sanguíneo. Empiezo a tener nauseas y una fiebre fuerte me tortura, caigo al piso también, con el cuerpo inmóvil. De frente solo yacen las piernas aun hincadas y las caderas de donde se asoma parte de su columna. La vista se me hace borrosa, varias figuras blancas se acercan y me alzan acostándome sobe algo acolchonado, puedo escuchar sus murmullos pero las palabras son indistinguibles. Encima de mi, el cielo aún permanece gris, apenas y distingo la silueta del sol, la imagen es cortada por oscuridad...


Un destello me encandila, trato de enfocar mi visibilidad pero esta está totalmente nublada, ya no puedo echarle culpa a la lluvia, creo que en verdad estoy quedando ciego. Sombras se pasean a mi periferia, sus tortuosas voces junto con los agonizantes gritos, ruidos metálicos y los múltiples pasos hacen una molesta orquesta que retumba en mi cabeza.


Jamás había pensado que tendría un desenlace como este, mi anhelo al morir era irme en paz, descansado y confiado en que mi alma volaría al siguiente lugar. En vez de eso, todo se empieza a desvanecer, mi campo visual disminuye centrándose en la luz de encima hasta que me sumerjo en oscuridad infinita. Mientras afuera siguen los lamentos, el tormento y el crujir de dientes cada vez decreciendo de intensidad, así mismo mi corazón late cada vez mas lento...y de repente...nada...

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