Capitulo 17

Sentí una carga en mis hombros. Imanol y Cristian me miraban atentos. 

- Y-Yo me encargo - dije y traté de calmarme - No se preocupen. 

Empecé a abrir el programa y observé que el programa que estaba instalado era distinto al de la computadora del profesor. No puede ser. 

Comencé a desesperarme. ¿Cómo no me fijé en eso?

Ya no teníamos conexión a internet y solo contaba con ese programa distinto. Empezaba a entrar en pánico. 

Lo peor es que nadie me iba a comprender y mucho menos ayudar. Ni Cristian ni Imanol sabían programar, el único, era el profesor Darius. Y ahora no estaba. 

Me sentí devastada. 

- 20 MINUTOS - anunció el hombre encargado del cronómetro. 

Vi a algunos que ya habían acabado. 

¿Cómo no fui precavida? 

Soy una idiota. 

Necesitaba el apoyo del profesor ahora más que nunca, y no podía. Quise llorar. 

Cristian tocó mi hombro. 

- Victoria - me dijo calmado - No desesperes. 

No lo iba a entender. 

¿Pero que mierda hacía o lograba llorando? 

Debo apresurarme a comprender el programa y comenzar. 

15 minutos, solo 15. 

Me di cuenta de la similitud del programa con el que usaba. Solo debía encontrar las mismas funciones y ajustarlas. 

Ya conseguí mover el prototipo y por lo menos hacer funcionar los sensores. Solo faltaba el ultrasónico. 

Me acordé de lo que decía el profesor:

"El jurado ni notará la diferencia entre un sensor de color o un ultrasónico"

ESA ERA LA CLAVE. 

Solo tenía que realizar movimientos que loa aparentaran, cundo encontré la función, solo necesitaba darle click. 

- Se acabó. 

Todos levantaron las manos como si de un secuestro se tratara y comenzaron a salir. Si tocaba la laptop, sería descalificada. 

Bajé la cabeza. 

Imanol y Cristian no notaron que no hice funcionar el sensor. Pero lo notarán cuando no se pueda mover. 

Me tapé la cara con las manos, he fracasado. 

Seguí a todos que salían. La puerta se abrió y dio luz al gran auditorio. El sol iluminaba potencialmente y cegaba mi vista. Levanté los ojos con esfuerzo y lo vi. 

El profesor me estaba buscando entre la multitud con la mirada y cuando me vio, abrió sus ojos con sorpresa y luego frunció el ceño al ver mi semblante. 

Me acerqué a él, me pondría a llorar ahora mismo, pero sería humillante. 

- ¿Estás bien? - me preguntó suavemente. 

Lo miré y mi fracaso no salí de mi cabeza. 

Negué con la cabeza. 

- No pude - se me cortó la voz - N-No pude terminar la programación. 

Noté como todos los que me escucharon se quedaron helados. 

Cristian no me miraba, solo me daba la espalda. 

Imanol miraba el suelo. 

La profesora Jazmín abrió sus ojos y miró hacia otro lado. 

Al verlos a todos así, me sentí una escoria. 

- Escucha, Victoria - me dijo 

No quise mirarlo, me negaba a que él también me mirara con desaprobación. 

 - Mírame.- dijo firme. 

Como un impulso instantáneo, lo miré y sus ojos me reconfortaron. La luz de sol, los hacía ver castaños y me miraba directamente. Su mirada se veía sensible y me brindó la calidez que ansiaba buscar. 

- Tienes que programar durante la revisión de prototipos. - explicó - aprovecha el tiempo con la excusa de que estás acomodando algunas cosas. No mires al resto, mira tu propio avance. Si te falta poco, sería genial para que nadie te vea. De todas formas, tú debes seguir programando hasta acabar. Confiamos todos en ti. 

Nunca dejé de mirarlo a los ojos. Mi corazón se aceleraba. 

Asentí. 

Me giré y tomé asiento esperando que nos llamaran a exponer. 

- Discúlpame - escuché la voz de Cristian - Nunca dudes en decirme lo que pasa, confía en mi. 

Quería llorar de nuevo, pero contuve mis lágrimas. 

- A mi también - dijo Imanol - Estamos juntos en esto. 

La confianza volvió a nacer en mi. 

Me sentí bien, querida y protegida. 

- ¡Que tierno grupo! - dijo el profesor de computación de primaria - Pero se han preguntado ¿Quién va a exponer?

Nos miramos entre nosotros y nadie había pensado en eso. 

Posé mi mirada sobre el profesor y este se encontraba a mi al frente, entretenido con su celular. Jugando videojuegos. 

- No, no lo hemos pensado - dijo Cristian. 

- Pues deberían. - el profesor de cómputo llamado Roberto, me observó y soltó - ¿Enserio es la única chica?

Me sentí un bicho raro. 

- Lo es - dijo la profesora Jazmín sonriendo. 

- Ya veo - dijo el profesor Roberto mirándome - Invítala a salir, Cristian - dijo de repente. 

Me sorprendí. 

El profesor Darius también levantó la mirada hacia nosotros, estaba muy silencioso desde lo último que dijo. 

Frunció el ceño. 

- Es decir, no me malentiendan - se explicó el profesor Roberto - quiero probar las habilidades de Cristian, las habilidades de labia. 

Todos se relajaron. Menos Cristian que estaba avergonzado a mi costado. 

- Anda, díselo - dijo el profesor Roberto. 

Metiche. 

Me giré a ver a Cristian. 

Estaba mirando hacia otro lado. 

- ¿Q-Quisieras salir conmigo? - preguntó con temor y lo dijo tan bajito que apenas pude oírlo. 

¿Así pensaba exponer? JAMÁS. 

- No.

Todos comenzaron a reírse. Hasta el profesor Darius. Quien solo reía con los labios. 






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