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- ¿dónde estamos? - le pregunté a Tangerine una vez que nos mostramos en la sección del tren donde todo era color morado fosforente y de un dibujo animado el cual desconozco.

- ¿por qué llevas tanta ropa encima? - ignora por completo mi pregunta y se queda viendo de mi atuendo. - incluyendo de mi saco.

- um... - recordé que Lemon me dijo que no le comentara que yo llevaba el chaleco anti balas. - me dio algo de frío.

- de acuerdo... Lemon me acaba de escribir y me ha dicho que ya se encontró con el sujeto con lentes por lo cual, ayúdame a buscar el maletín. - me toma de la mano y caminamos por el largo pasillo. - estoy seguro de que no se encuentra de este lado.

- ¿por?

- bueno, yo no escondería un maletín en el único lugar del tren que no dejan de pasar esta musica molesta y hay puros niños con juguetes y... - el capta en ese momento y se detiene para verme. - Gatsby, tu eres en verdad una genio.

- realmente no te dije nada, tu solito llegaste a esa deducción y... - sonríe y se inclina para darme un beso en la mejilla.

- ¿eso que fue?

- nada. - su sonrisa se borra de nuevo y se muestra de lo mas serio posible. - no fue nada.

- no entiendo porque te da pena cuando muestras ese lado de ti. - me reí. - lo encuentro tierno, al menos lindo.

- pero yo no soy así.

- pues, lo fuiste.

- basta.

- oye, yo estoy tolerando el hecho de que te estés paseando por aquí con un arma en manos y tratando de recuperar dinero quizás ilegal pero yo no puedo tener tu lado mas normal y lindo entonces.

- estas aquí porque tu sola te lo has buscado y porque estas tan aburrida que no encuentras nada mejor que hacer. - lo miré molesta. - mi lado tierno no existe, mucho menos si crees que es por ti.

- de acuerdo. - di dos pasos atrás. - mucha suerte encontrando de tu maletín.

- ¿te vas? ay vamos, no puedes sentirte con cada cosa que te digo. - hace la cabeza hacia atrás, si luciendo algo harto. - vamos, sigamos.

- no, ni siquiera te sirvo para eso. Tu solito puedes encontrar del maletín y salvar la noche. Yo solamente estaba aquí porque no quieres que diga nada del chico que acaba de morir por su culpa pero... - se asustó porque había mucha gente presente escuchándonos y me toma de la mano para llevarme lejos de ahí pero no le hago caso y me suelta de su agarre. - te aseguro que no voy a decir nada.

- no puedo confiar en ti.

- pero me besaste.

- en la mejilla. - se enoja mas al saber que le eché en cara aquello. - eso no significa nada.

- ¿dije que fue así? - mas molesto aún y con eso me bastaba para hacerlo a un lado y caminar más lejos de él pero claramente, me estaba siguiendo. Lo siguiente que pasa, es que me toma de las piernas y literalmente me carga para colocarme en su hombro y llevarme de regreso. - ¿qué rayos te pasa?

- no me haces caso, no encuentro una mejor opción. - le empezaba a pegar pero ni siquiera sentía nada de mis movimientos, al menos no reaccionaba ante ellos y eso me estaba volviendo loca. Me llevo hasta lo que parecía ser el baño y cerro la puerta. Me baja e intento abrir la puerta pero no me deja. - estoy harto de pelear.

- perfecto, déjame ir.

- no puedo hacer eso. - hace una mueca. - sabes de la muerte, la única solución es que, o mueras tu también o que te quedes a nuestro lado.

- ¿me matarías en serio? - se queda pensando en la respuesta de aquello y eso me asustó tanto que abrí la boca sorprendida y de nuevo intento abrir la puerta pero no me deja. - lo siento, ahora con mas razón no puedo estar con una persona que esta dispuesta a matarme.

- no lo haría. - dice en voz baja.

- ¿mande?

- no te mataría... - dice de nuevo en voz baja y eso me dio risa pero claramente a el no tanto. - ¿feliz de escuchar eso?

- el sueño de toda chica. - dije sarcásticamente y me senté en la taza del baño porque no es como que me quedara de otra. - okay, no me piensas dejar ir... pero tampoco me mataras.

- exacto.

- ¿solo puedo ayudar entonces a encontrar el maletín? esto es absurdo.

- absurdo es que no tengas ningún destino en este tren bala con miles de paradas entonces, puesto a que no tienes a nadie esperándote en casa ni tampoco que le importe si desapareces, con gusto te usaré para llegar a mi objetivo.

- ¿cómo puedo yo ayudarte con eso?

- fácil, tan solo finge que vienes conmigo. - lo miré con el ceño fruncido. - si, la gente pensaría que es raro ver a un sujeto con arma por el tren pero no si solo ven rondar a un hombre con su novia o que se yo.

- ah, voy a fingir ser tu novia entonces. - reí. - vaya cambio de planes.

- si bueno, tu viste como la gente nos miró cuando nos pusimos a gritarnos a medio tren. - puse los ojos en blanco. - en todo caso, si quieres fingir ser mi hija...

- no gracias, prefiero ser tu novia.

- claramente. - dice muy seguro de si mismo y se voltea para abrir la puerta pero entonces, yo me pongo de pie por igual y empecé a hablar.

- si tenía un destino. - se detiene y se voltea para verme. - mi plan era llegar a Osaka.

- me dijiste que no tenías destino... ¿por qué mágicamente tienes uno? - se recarga en la puerta del baño y se cruza de brazos. - eres mas un misterio que nosotros dos.

- es verdad que no tenía una parada como tal porque quería ver que me sorprendía en mi viaje pero también es verdad que Osaka me emocionaba porque estaba el barrio de Shinsekai.

- preciosa, quisiera decir que se de que me hablas pero lamentablemente no.

- realmente no importa porque esa parada ya la pasamos, fue de las primeras y no me bajé.

- si encuentro el maletín y la persona que mató al hijo de nuestro jefe... - suspira hondo. - te prometo que irás a Osaka.

- ¿qué dices? ¿qué me pagaras el boleto? - asiente con la cabeza. - okay, acepto. Sí. Porque me lo debes.

- tengo el leve presentimiento de que tu me odias.

- no has sido mas que grosero conmigo así que... no eres mi persona favorita en el mundo pero puedo trabajar con ello.

- tu tampoco eres mi persona favorita pero me agrada tener a una chica linda con la cual hablar y también que me ayude a lucir mas normal enfrente de los pasajeros.

- mi problema contigo no es que seas un patán, que lo eres por cierto. - pone los ojos en blanco. - mi problema es que te niegas a aceptar que tienes un corazón.

- no me gusta que me digas aquello.

- bueno, me importa un bledo si te gusta o no pero es la verdad. No dejas de mostrarte lindo en ciertas situaciones y eso tan solo me demuestras que quizás solo quizás, detrás de ese "asesino" que dices ser, tan solo eres una buena persona con un gran corazón.

- ¿qué te hace creer eso? ni siquiera me conoces. No sabes mi primer nombre si quiera. - se ríe.

- no, pero tu el mio si. - apreté mis labios hacia dentro. - te tuve confianza y aquí me tienes ayudándote en la situación mas ilegal de todas. - levanté ambos hombros.

- ¿eso qué? eso fue decisión tuya, no mía.

- la cosa aquí es tu pareces apreciar mucho la confianza y la honestidad. - niega con la cabeza. - aprecias que sea así, en especial contigo por lo cual, no me has matado.

- vaya ego que tienes.

- ¿vas a admitir que te agrado aunque sea un poco? poquito.

- no, eres molesta, haces muchas preguntas y te interesas mucho por cosas que no son de tu incumbencia. - abre de la puerta del baño de una vez y me vuelve a tomar de la mano. - buscaremos el maletín y vas a dejar de hacer dramas de una vez por todas ¿De acuerdo?

- ¿vas a dejar de ser un idiota conmigo?

- ¿qué?

- si hago mis dramas es porque no aguantas ni un segundo en decir tonterías para hacerte lucir fuerte. ¿vas a dejar de actuar como un idiota?

- como sea. - camina de regreso al vagón lleno de color morados y dibujos animados. Voy detrás suyo y nos encontramos con la grande botarga color blanco.

- hola. - saludé y este me saluda por igual solo con la mano a lo lejos. Intentamos pasar pero a Tangerine en especifico no lo deja pasar.

- a un lado. - pero se seguía cruzando encima suyo. - basta, quítate estorbo.

- Tangerine. - le regañé.

- muévete. - pero no le hace caso y le lanza un golpe, lo cual hace que este se haga hacia atrás algo aturdido por el golpe.

- ¡hey! - le dije pero no le importó mucho y siguió avanzando. - debí haber ido con Lemon.

- es cierto ¿por qué estás conmigo? - porque su hermano me lo ordenó y no me explicó el porque pero se que no puedo decírselo porque se lo prometí a Lemon. - quizás entonces solo quizás tu te sientes atraída hacia mi. - dice imitando mis palabras y mi forma de hablar.

- ególatra. De verdad eres un ególatra. - me puse a buscar en los compartimentos para ver si estaba el maletín pero nada.

- seguramente se debe a que el chico que te gustaba ahora esta muerto pero bueno, al menos te quedó el sujeto mas guapo de todo el tren.

- el sujeto de anteojos no esta nada mal. - dije levantando ambos hombros.

- nuestro primer sospechoso de robar el maletín, mira nada mas. - Tangerine toma asiento en uno de los asientos y lo miro confundida. - ¿qué? estar discutiendo contigo me cansa también.

- ¿de dónde eres?

- veo que regresaremos a las preguntas personales que no quiero contestar.

- perdona, podré lucir bipolar por odiarte hace unos segundos y...

- ¿has dejado de odiarme?

- jamás dije eso, pero si me he interesado en tu vida. - me senté en el asiento de enfrente al suyo. - ¿cómo terminaste aquí? ¿por qué trabajas de esto?

- Gatsby, no voy a contestarte a nada de ello. No te conozco, nadie debe saber esa información. Solo Lemon como siempre ha sido y siempre será así.

- okay... no puedo obligarte a que me lo cuentes. - el asiente con la cabeza. - quizás después lo hagas.

- lo dudo mucho. - sonríe. - pero puntos a tu favor por tener fe.

- bueno... ahora que hacemos. - suspiré hondo. - ya pasaron como veinte minutos y lo único que hicimos fue pelear.

- podemos ir a buscar a Lemon. - dice viendo de su celular, como si le hubiera llegado un mensaje.- vamos, creo que sigue con el sujeto de lentes y tenemos que detenerlo.

- pero... ¿qué hay de buscar el maletín?

- el lo tiene. - me dice mostrándome el mensaje y se pone de pie para irnos pero nos vemos interrumpidos ante una niña.

- hola. - ella nos dice y yo tan solo le sonrío. - ¿tienen cambio de este billete?

Era inglesa la niña, noté su acento.

- no tengo dinero. - dije levantando ambas manos y Tangerine voltea a verme con el ceño fruncido. - lo siento, no todos cargamos con tanto efectivo.

- toma. - el le da el dinero a la niña y ella muy emocionada le da un abrazo. Solo veo como el hace cara de asco y me causó gracia. La niña se va corriendo con su dinero y supongo que en lo que cabe, eso fue tierno. - no hablaremos del tema.

- ya aprendí que es mejor no sacar esos temas enfrente tuyo o te enojas así que, vayamos con Lemon.

Nota: quizás sea mucho diálogo entre ellos por ahora, pido perdón, pero sirve para que la historia no esté tan corta e igual que los personajes se vayan conociéndome más.

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