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TANGERINE POV
Regresé del baño junto con la chica. Al parecer, ella también quiere un apodo. Si tan solo supiera lo horrible que es tener que ocultar tu nombre por los problemas que tienes. Pero le sigo la corriente porque le agrada a Lemon. Y la verdad es que... a mi también. Si bueno, no lo voy a negar, la razón por la cual a mi me agrada es porque la encuentro de lo más atractiva. Es una chica tan preciosa que no mirarla me causa conflicto y prefiero mejor voltear a hacerlo de nuevo. Por ello cuando vi al estúpido del hijo del tipo que nos contrató hablando con ella, supuse que no era el tipo de hombre que quería para ella.

Aproveché que ella seguía en el baño y regresé al asiento para hablar con mi hermano.

- vaya a pedirle que se vaya en este momento. - me mira con confusión. - ¿para que la quieres con nosotros? Tenemos un plan, tenemos que seguirlo. Las cosas tienen que salir bien o sino podría...

- si lo sé, es peligroso. Me lo has dicho todo este tiempo. - me pone los ojos en blanco.

- no solo te lo he dicho ahora, te mandé informes y... - suspiré hondo. - ¿no leíste los informes cierto? Tienes que saber la historia de todo, si no sabes a lo que vas, no estarás preparado nunca.

- yo iré al baño. - dice el hijo pero lo detengo jalando de su chaqueta. - ouch. ¿Ahora que quieren?

- espera que la señorita regrese. - le dije y me mira con el ceño fruncido. - ¿no fui claro? Vas a quedarte aquí hasta que ella regrese y... - el me interrumpe, apuntando a la puerta del baño y se ve como ella está saliendo y se queda platicando con la señora que vende golosinas. Hice mala cara y voltee a verlo. - adelante.

- descuida, no voy a intentar conquistarla. - como si eso me importa. Este se pone de pie, por supuesto haciendo a Lemon a un lado y se pone su gorro de la sudadera encima. - por ahora.

- oye, tú... - estaba por decirle algo pero este se va, literalmente dejándome a solas con mi hermano. Quien no dejaba de verme con esa maldita sonrisa tan odiosa que tiene cuando quiere decirme algo. - ¿ahora qué?

- ¿quieres con la chica?

- ¿qué parte de que quiero que le diga que se vaya no entendiste? No la quiero aquí con nosotros, Lemon.

- porque tienes miedo a abrir tu corazón ¿eh? - lo miré con disgusto. - que romántico, una historia de amor en Tokio mientras intentamos llevar un maletín a salvo.

- ¿historia de amor? Cállate la puta boca, Lemon. Obviamente no, en todo caso solo pienso que es sexy y que un encuentro con ella en el baño sería más que perfecto.

- tu podrás actuar de macho o serio o lo que sea que busques, todo lo que quieras con todo el mundo, pero yo se mejor que nadie que tú mi buen amigo tienes un enorme corazón. - dice atravesándose en la mesa para tocar de mi pecho. - eres un Gordon.

- si vuelves a hacer una referencia de Thomas la locomotora, te lo juro que voy a dispararte en el rostro. - me pone los ojos en blanco y voltee una última vez hacia atrás para buscar a la chica. Pero justamente veo que se encuentra platicando con el Percy.- ¿donde está el maletín por cierto?

- lo escondí. No te preocupes, nadie lo tomaría... no saben qué hay dentro.

- ¿cómo estás tan seguro de aquello? - se queda pensando y al final levanta ambos hombros y toma la botella de agua Fiji para leer lo que venía en la etiqueta. - increíble lo mucho que ni te importa esta misión.

- okay, vamos a buscarla. - se pone de pie pero lo detengo.

- entretén a Percy, yo iré a buscarla.

- si bueno, ya está lo suficientemente entretenido. - se ríe Lemon y se que era porque se refería a que estaba con la chica. - hacen linda pareja.

- eres demasiado molesto a veces ¿lo sabías? - me puse de pie de golpe y caminé a donde estos dos estaban para jalar de la chamarra de este y regresarlo a su asiento.

- ¿qué carajo?

- solo disfruta de tu viaje, con la mejor compañía de todas... la de Lemon. - este saluda muy emocionado con la mano, pero tan solo para molestarlo. - bajaremos en Kyoto, no lo olviden. Iré a buscar el maletín.

- ¿lo perdiste? - se ríe Percy y Lemon le golpea por aquello. Se lo agradezco, ya no aguanto a este sujeto.

- no tardo. - le dije y caminé hacia el otro lado donde estaban las maletas pero no me deja pasar Gatsby.

GATSBY POV
- ¿puedo saber que fue eso? - me crucé de brazos y me coloqué en la entrada de la pasada al otro vagón. - ¿es tu hijo?

- ¡no! ¿Tan viejo me veo? - Ella empieza a mirarme por completo, y eso no me gustó así que le levanté el rostro tomando de su mentón. - tengo que vigilarlo, y no puedo hacerlo si solo te está buscando.

- ¿crees que le gusto? - pregunta sonriéndome. - ¿lo dices en serio?

- hazte a un lado. - me empuja del brazo y pasa al otro vagón, pero obviamente lo seguí. Esta conversación no terminaba aquí. - tengo cosas que hacer si no te molesta.

- ¿como qué?

- ¿vienes sola a caso? ¿No tienes amigos o familia con quien estar? - me voltea a ver  y niego con la cabeza. - ¿es verdad que si viniste sola? Wow. Eso es triste.

- no lo es. - muy molesta, le empujé el hombro. El me regresa el golpe. - que valiente, pegándole a una mujer.

- ¡tú también me pegaste a mi! No hagas como que no fue en defensa propia. - me reí por aquello que dijo y el levemente pero muy levemente empieza a sonreír. Disimuladamente. - al menos ahora se que no me odias.

- ¿por que lo haría? No te conozco.

- no quieres que hable con el chico ese, no quieres que esté cerca de ustedes. O realmente estás muy enfocado en tu viaje y en pasar un buen rato en serio no te agrado nada.

- o quizás no te conozco y no veo porque tendría que hacerlo. - supongo que eso es cierto, así que, para evitarme todos estos dramas innecesarios. Levanté ambos hombros y este me detiene, tomando de mi mano. De la manera más sutil y empieza a acariciarla. Lo miro con el ceño fruncido y mientras empieza a caminar hacia donde estoy, me recargo en la pared y este apoya su otra mano en esa misma pared para tenerme básicamente acorralada. - ¿debería?

- ¿qué clase de pregunta es aquella?

- Ellie.

- creí que quedamos en que iban a llamarme Gatsby. - reí nerviosa y es que, en serio no podía concentrarme ante tales ojos azules mirándome fijamente. No se si me gustaba o me aterraba aún más. Es muy atractivo, tanto que en este preciso momento donde no hay casi nada de distancia entre el rostro de casa uno, ha sido mi mejor momento en todas mis vacaciones.

- me gusta el poder que tengo al poder ser quien diga tu nombre porque lo sé cuando todos los demás en este tren te conocerán por tu otro nombre. - Mira de mis labios, mientras pasa su lengua por su labio inferior y lo muerde. Maldita sea, este hombre me estaba volviendo loca y ni llevo ni una hora de conocerlo. ¿Qué está mal conmigo? ¿En que momento llegue a la situación donde mi corazón latía de lo más rápido posible y me sentía tan caliente por un desconocido?

- dije tú nombre, entonces. - me sonríe. - tu sabes el mío, yo no sé el tuyo. Necesito saberlo.

- necesitar no es lo mismo que querer. - quita su brazo de la pared y termina con el contacto tan cerca o entre nosotros. Tomé aire y dejé de mirarlo a los ojos para distraerme. - ahora... - se voltea y empieza a buscar en las maletas algo. - maldita sea.

- ¿qué pasa?

- no está. - pone sus dos manos en la cintura. - el maletín no está. - empieza a patear de lo más molesto la puerta y le jalé del brazo para detenerlo. - sabía que no era buena idea dejarlo aquí atrás.

- ¿había algo importante en ese maletín? - le pregunté y este tan solo se me queda viendo. No encontraba que decirme o que hacer, lo sé bien porque abría y cerraba la boca y luego suspiraba hondo y vaya que estaba desesperado. - puedo ayudarte a buscarlo si quieres.

- Mira... - y no termina de decirme porque en ese momento le marcan. Se voltea para seguir con la llamada pero claro que podía escucharlo todo. - hola ¿que pasa? - hace una pausa. - si, tengo al hijo y al maletín. - sigo sin entender que es lo que está pasando. ¿Debería preocuparme? - son paranoicos, eso es lo que son. Dejen de estar fregando y esperen nos eventualmente. ¿Si? Adiós. - y cuelga molesto. Yo tan solo me voltee para ver que más pasaba en el tren y solté un gran grito cuando vi a un señor escondido detrás de la cortina de cambio. - ¿pero que mierda?

- es de mala educación hablar por teléfono en un tren. - dice el sujeto rubio con anteojos negros y un gorro. - no quise interrumpirlos a ti a tú novia

- No somos eso. - reí nerviosa y este muy molesto, tan solo le cierra la cortina en la cara y se voltea para regresar al asiento. - oye, espera. Espera, por favor.

- ¡dime que quieres! - me grita y eso me molestó, vaya que si. Más porque varios pasajeros voltearon a vernos preocupados por lo que estaba pasando.

- te puedo ayudar a conseguir ese maletín. - no, la verdad es que no, pero el no sabe eso. - si me dices que es lo que está pasando.

- ¿y el maletín? - llega corriendo Lemon a donde estamos y con la pura mirada molesta de su hermano, lo entendió todo. - oh...

- te dije que no tenías porque dejarlo con las demás valijas, ahora por tu culpa estamos en problemas. No podemos entregar solamente a el chico y...

- ¿son narcotraficantes? - no lo voy a negar, por supuesto que aquello me asustó. Más porque ambos se voltearon a ver entre sí y luego a mi. - juro que si me dejan irme, no voy a decirle a nadie. - me voltee para irme pero cada uno me toma de un brazo y me llevan cargando hasta otro baúl, uno que estaba casi vacío.  - ¡por favor no me hagan daño! ¡Prometo ya no meterme en sus asuntos! - pero Tangerine me tapa la boca con su mano.

- no somos narcotraficantes. - explica Lemon. - te dije que debíamos decirle la verdad.

- ¡no! Te dije que era mejor que no se involucrara. Ahora está en peligro al igual que nosotros, claro, porque dejaste el maletín donde no debías.

- déjala. - Lemon le ordena y me suelta la boca, donde pude respirar ahora mejor Gracias a ello. - confío en ella.  

- me alegro mucho por ti hermano, en serio es genial que decidas hacer amigos en este tren pero el que confíes en ella, no implica el que tengas que hacerla parte de este problema.

- ya es tarde, Tangerine. O sabe, o se quedará asustada todo el camino. - se voltea conmigo. - linda ¿donde es tu parada?

- no tengo parada. - ambos se miran con el ceño fruncido. - solo quería saber a donde podía llegar, quería conocer un lugar nuevo es todo.

- no te creo. - Tangerine me dice. - ¿quien haría eso? ¿Quien vieja sola? Porque viajas sola y no tienes un destino... ¿qué acaso no tienes una vida o a alguien a quien le importes? - podría culpar a mi estado hormonal de cada mes por aquellas lágrimas que me sacó con esas preguntas. Pero la verdad es que si me dolía saber que estaba en esta situación por querer demostrar que podía hacer algo bueno por mi misma sin necesitar a mis padres o a una amiga. Pero al final del día es cierto, estaba sola y a nadie realmente le importaba. Solo he recibido una llamada y es de mi amiga, mi única amiga y eso fue lo más doloroso de todo esto.

- eres un idiota, la hiciste llorar. - Lemon le empuja el hombro.

- no era esa mi intención. - me empiezan a mirar así con ese maldito ceño fruncido y muy molesta, los hago a un lado y me limpio el rostro. - hey niña escucha, lamento si...

- juro que no pienso decir nada al respecto, solo déjenme en paz y que todo sea como en un principio ¿de acuerdo? - me voltee y me fui para regresar a mi asiento.

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