1

.

- ¿bueno? - contesté el celular una vez que este empezó a sonar, y me pareció de lo más extraño ya que en todo lo que va de esta semana, nadie de mis conocidos se había tomado el tiempo de hablarme. 

- ¡te extraño! - sonreí al oír la voz de mi mejor amiga por la linea y seguí avanzando por la estación de trenes para no perder al que iba a abordar. - ¿cómo te ha ido?

- bastante bien, tengo que admitirlo... la comida aquí es deliciosa, la gente es muy amable y mi hotel es perfecto.

- estoy cien por ciento segura de que me estás mintiendo. - ella tenía razón, estaba mintiendo. - estas odiando Japón ¿no es cierto?

- no puedes decirle a mis padres o mis hermanas porque lo has prometido. - me detuve un rato y me recargué en la pared para seguir con mi conversación. - sigo pensando que algo bueno tiene que salir de este viaje... solo ocupo tiempo.

- ¿cuando días te quedan? 

- tres. - dije volteando a ver a mi reloj en mi muñeca. - hoy haré algo diferente, por ejemplo.

- ¿salir con un chico? vamos Ellie, dices que te fuiste de vacaciones para experimentar cosas nuevas... entonces hazlo.

- voy a subirme a un tren. - ella se ríe en cuanto digo eso. - ¿te suena como algo para experimentar?

- supongo, si. - se sigue riendo. - ¿vas al menos con alguien? ¿has hecho algún amigo?

Lo que pasa es esto. Mis padres adoran que salgamos en familia, es algo que sucede desde que soy una niña muy pequeña y cada verano, o vacaciones de navidad o temporada de primavera, salimos a conocer el mundo o lo que sea que ellos tengan en mente. Pero siempre es así, conocer los lugares que ellos quieran y a sus condiciones porque como ellos dicen "yo soy quien pago, yo escojo" y no me parece nada justo eso. Porque por lo mismo siempre tengo que acostumbrarme a sus gustos o si yo quiero salir un día y ellos no, tengo que acompañarlos. Es algo muy extraño y que todos mis amigos juzgan, inclusive mi mejor amiga, Tania.

Pero fue por eso que ahorré todo el año y me preparé para tener mi propio viaje. Ni siquiera puedo explicar la cara de mis padres cuando les dije que este año no iba a salir con ellos. Y es que ya no soy una niña. Acabo de terminar de estudiar la universidad y estoy en busca de un trabajo. No es fácil que quieran contratar a una chica de veinticuatro años en empresas donde hay pura gente experimentada y de grande edad. 

Y escogí Japón porque es... diferente. Sonará racista, lo sé, pero mis padres por alguna razón nunca han contemplado Asia en sus viajes familiares. Fue por eso que me moría por conocer aquí y les di una y mil razones por las cuales es un gran lugar por conocer pero... mi experiencia no ha sido mas que aburrida y triste.

No he conocido a nadie, no he comprado nada que me emocione o conocido cierto lugar famoso porque estar sola aquí es imposible. No manejo el idioma y... lo mejor que puedo hacer es comer. Eso si, me gusta la comida de aquí y mucho. Pero en teoría... el plan es callarle la boca a mis padres, hacerles creer que en serio tuve un gran viaje sin ellos y sin su dinero y es básicamente imposible para este momento. Tengo unos veinte dólares y ya. 

- si, ya hice un amigo. - mentí y me pasé a la máquina de golosinas y bebidas para comprarme algo. Que valga la pena este ultimo billete que me queda. 

- ¿ah si? ¿cómo se llama? - me quedé mirando a la botella que estaba por comprar y la marca de esta.

- Fiji. 

- ¿cómo el agua? - se ríe.

- como la isla, mujer, como la isla. - y cuando introduzco el billete, esta agua se atora. No cae. - demonios.

- ¿qué pasa?

- creo que mi amigo se atoró en la maquina de sodas. - dije muy molesta golpeando del ventanal y nada, nada pasaba. - te marco al rato ¿De acuerdo?

- cuídate mucho, a ti y a tu amigo la botella de agua. - suspiré hondo. - te quiero ¿si? regresando te ayudo a que pases al menos un buen día en tus vacaciones.

- gracias, Tania. - colgué y guardé mi celular, seguí golpeando de la maquina y en ese momento, se muestra un sujeto con su dinero. 

- ¿puedo usar la maquina? - bueno, se que al menos no habla japonés y asentí con la cabeza. - oh no, tu botella se ha atorado. 

- ¿puedes ayudarme a sacarla? - le pregunté juntando mis manos suplicándole.- ocupo esa botella.

- vámonos ya de una vez, Lemon. - le dice su amigo, quien llega algo molesta a donde estamos y no pude evitar sentirme nerviosa una vez que lo veo, quiero decir, es de las personas mas atractivas que he visto en todo mi viaje y se trata de otro extranjero. Británico para ser mas exacta. - ¿qué haces?

- le voy a ayudar a... - se queda esperando mi nombre.

- Ellie.

- un placer, linda. - finie una sonrisa su amigo y se voltea para ver al otro sujeto. - no tardes ¿okay?

- si quieres regresa con tu amigo, no pasa nada. Yo sigo golpeando esta maquina.- dije pateándola y su amigo regresa.

- la forma mas facil de conseguir lo que quiere es... consiguiendo otra. - el del bigote contesta y inserta su billete en la maquina. - Lemon ¿qué querías?

- esas frituras. - le sonreí a "Lemon" y al caer las frituras, en efecto mi botella de agua también cae. - ¡mira!

- muchas gracias. - suspiré aliviada y tomé de mi botella y le entregué la bolsa a el. - en serio gracias a ambos.

- no es nada. - contesta este y me sonríe. - Ellie ¿cierto? - asentí con la cabeza. - Tangerine.

- ¿esos son sus nombres de verdad? - se voltean a ver entre ellos. - ¿o es esto una clase de broma?

- pasajeros, por favor de empezar a abordar el tren. - se escucha la voz de la señorita y Tangerine checa su reloj. 

- tenemos que irnos. - le dice Lemon. - fue un placer conocerte, Ellie.

- oh, igualmente a ambos. - se voltean para irse pero puesto a que íbamos al mismo tren, pues voy justo detrás de ellos. 

Espero y no piensen que estoy siguiéndolos pero es obviamente que tengo que ir por el mismo camino. Una vez dentro del expreso, entrego mi boleto y tomo asiento en la ventanilla. A ellos los perdí de vista, no se a donde se fueron a sentar pero bueno, esta parte del tren estaba algo vacía así que eso me conviene para leer algo en lo que llego a mi destino. 

Yo por mientras iba a disfrutar de un trago de mi agua. La abrí y estaba por darle un sorbo cuando...

- hola ¿puedo sentarme aquí? - un chico de cabello café oscuro y largo se sienta enfrente y asentí con la cabeza. - lo siento es que, no se japonés y prefiero estar con una americana.

- ¿cómo sabes que soy americana? - reí.

- ahora lo confirmo con tu no acento. - ahora el ríe y vaya que agradezco no tener que pasar toda esta noche sola. - soy... - esta por decirme su nombre, pero veo que se arrepiente.  - ¿tu cómo te llamas?

- ¿porque no quieres decirme tu nombre?

- dudo mucho que quieras estar relacionada conmigo. - lo miré con el ceño fruncido. - dime como tu quieras, si quieres escogerme un apodo.

- todo el mundo tiene apodos aquí al parecer. - me reí. - de acuerdo, yo también quiero uno. - me quedé pensando y todo vino a mi mente al ver el libro en mis manos. - llámame Gatsby.

- como el del libro. - asentí con la cabeza. - lindo, me gusta. Me pregunto como es que la gente me percibe... tal vez debería preguntarle a los sujetos que me acompañan en el tren.

- ¿vienes con alguien mas? - el asiente con la cabeza. - ¿y dónde están.

- en otra sección del expreso supongo. - levanta ambos hombros. 

- ¿por qué tu escogiste esta sección?

- bueno, vi a una chica muy hermosa entrar y sentarse con su botella Fiji en manos. - si, si me sonrojé toda en ese momento y es que hace tiempo que no interactuaba de esta manera con un chico. 

- ¿por qué no me sorprende el que estés aquí? - le dice Lemon, la misma persona que conocí hace unos minutos. - genial, ya conociste a...

- Gatsby. - dije y Tangerine voltea a verme con el ceño fruncido. - es mi nuevo apodo, como los suyos.

- no son apodos... - empieza a decir Tangerine pero Lemon lo detiene.

- es adorable. - me sonríe. - ahora, nos sentaremos con ustedes si no les molesta. - Lemon se sienta a un lado mio y Tangerine enfrente con el otro chico a su lado. - no se si te lo comentó pero somos... somos sus amigos y venimos con el.

- ¿ah si? - el asiente con la cabeza. - oh.

- adivino, te estaba coqueteando. - me pregunta Tangerine, y antes de que pudiera contestar, el solo vuelve a hablar. -claro, no puede estar solo dos minutos porque ya busca a alguien.

- no es cualquier persona, mi amiga aquí Gatsby es mucho mas agradable que ustedes y también mucho mas bonita. 

- debatible. - dice Tangerine y voltee a verlo con el ceño fruncido. - esta bien, tu no te preocupes, estaremos los cuatro juntos.

- genial... - dije sarcásticamente y ya algo incomoda con la situación, así que abrí de mi libro y empecé a leerlo.

- lamento que llegaran estos dos tontos a interrumpirnos. - me susurra cuando se asoma en la mesa en medio de nosotros. 

- descuida, esta bien. - le sonreí y regresé a mi libro. 

- Gatsby. - me pregunta Lemon y voltee a verlo. - ¿qué piensas de Thomas la locomotora? 

- aquí vamos de nuevo. - dice Tangerine.

- ¿el programa? - el asiente con la cabeza. - uh, um... lo he visto algunas veces y si, es divertido. - el sonríe en ese momento. - me gusta. Me gustaba.

- me agradas mucho, Gastby.

- creo que eres Emily. - saca una hoja con varias estampas y me entrega una de otra locomotora. - es para ti.

- oh, muchas gracias. - la pegué en la portada de mi libro y solo veo como Tangerine no dejaba de sonreírme ante ello. - ¿qué?

- nada, solo... - deja de sonreír en ese momento. - nada, es lindo que si hables con el del tema.

- ¿esperabas que me ignorara acaso? ella es amable y linda, ella es una Emily. - no se a que se refiera con ello pero lo tomaré como un halago. - ¿tu qué serías?

- no vas a darle estampas a todo mundo, solo digo. - le dice Tangerine.

- eres un Percy. - le pega en la frente su estampa al chico lindo y me reí pero este tan solo hace cara de mala gana. - estoy muy seguro de eso.

- iré al baño. - dije, pero no sola, literalmente al mismo tiempo Tangerine dijo lo mismo. Tan solo apunta con su mano hacia la salida y Lemon se pone de pie para dejarme pasar, luego el también se pone de pie. 

- aquí pasaré un rato con Percy, no se preocupen. - Lemon abraza de los hombros al chico y este tan solo hace una mueca.

- ¿por qué son tan duros con el? - le pregunté mientras caminábamos hasta los baños.

- hermosa, entiendo que esa sea tu impresión de nosotros pero... no somos malas personas. - se detiene y voltea a verme. - pero el tampoco es perfecto, y estamos cuidando lo.

- oh, son niñeros. 

- algo por el estilo. - me abre la puerta del baño. - ve tu primero, yo puedo esperar.


Comment