¿O sea que están de acurdo? |XV|



Se paró frente a la oficina de Jefferson y dio tres hondas respiraciones mientras pensaba en como convencería a su archienemigo. Tendría que pensar en una forma de crear una alianza o mínimo un cese al fuego. Así fue como Hamilton entró de sopetón en la boca del lobo sobresaltando al dueño de la habitación.


- ¡Jefferson! – se exclamó el más bajo.


- ¿Que? – gritó virgiano sobresaltado por la ruidosa entrada del recién llegado.


- Le propuse un proyecto de alianza a Washington y él dice que esto requiere tu aceptación por lo que eh venido a explicártelo.


- Hamilton cualquier cosa que... – Jefferson estuvo a punto de rechazar la proposición pero se percató de un importante detalle. Él tenía que hacer buenas migas con el caribeño si quería conquistarlo. – que necesite mi aprobación ha de ser importante por lo que te agradecería que dejases de hacer el memo y empieces a explicar. – terminó de embarajar Jefferson salvando así su oportunidad de acercamiento.


"¡Quiere escuchar! ¡Oh por dios, Thomas no – quiero – saber – nada – de – tus – planes –económicos – Jefferson acaba de afirmar que escucharía uno de mis planes! Si hay un dios por favor denle gracias por este milagro"


Hamilton no sabía si agradecerle a los cielos o hacerle una ofrenda al diablo. Según el Jefferson estaba probablemente de buenas ese día pues rara vez se lo savia tan misericordiosa hacia los planes del economista.


Aunque según Burr la culpa también era de Hamilton pues este siempre negaba todas y cada una de las propuestas de plan publicitario de Jefferson. A lo que Hamilton respondía que no era su culpa que esas propuestas siempre fueran muy costosas para la compañía, "Seria dinero perdido", decía él.


- Y bien, piezas a empezar a hablar o te me vas a quedar mirando como sonso.


- Pues bien obviamente tendremos que llevar a cabo una reunión en conjunto con el otro partido para conocer verdaderamente las condiciones de la unión. Pero si todo ocurre bien las ventajas que podríamos tener serian...


La vos del economista fluía como cascada y sus ojos brillaban de mil fuegos. Al hablar de economía Alexander se sentía poderoso. Su aura desbordaba de pasión bien conocida de la gente de su tierra. Le contó a Jefferson entonces como es que la alianza podría ayudar a mejorar la empresa y sus productos lo que les daría un mayor presupuesto.


Rápidamente las ideas empezaron a surgir en la mente de Thomas por lo que le explico al caribeño de que con una buena campaña podría duplicar las ventas a o que Hamilton añadió que había un contacto que podría ayudarlo. Así la inspiración inundo a ambos. La interacción que creyeron que terminaría en discusión terminó siendo un intercambio de ideas. Ambos se entendía mutuamente el intercambio les dejaba ver facetas del contrario que nunca habían visto antes.


- ¡Ustedes están peleando otra vez! – exclamó George irrumpiendo en la sala.


- ¿Jefferson estábamos peleando? Me lo hubieses dicho hubiera soltado mis documentos – se burló el más bajo de la sala seguido por el virginiano que no dudó en unírsele.


- En serio que a veces no losentiendo. Un día quieren decapitarse entre si y el otro día ya están abrasados discutiendo como amigos de toda la vida.


- Bueno señor es que Jefferson aquí presente aceptó la proposición. – mencionó el caribeño señalando al de cabellera risada.


- Es que me parece una buenaoportunidad.


- Ya qué – suspiro el líder – Bueno pues dado que la decisión ya está tomada no se puede hacer nada más. Mañana los dos empezarán a planificar como se lo vamos a presentar al público. Hamilton te quiero preparando esa reunión pero ya Jefferson habla con el equipo de márquetin sobre esto. – con eso George salió del lugar dejando a sus dos empleados solos en el lugar.


- Bueno creo que ya eh de irme – declaró Hamilton dirigiéndose hacia la puerta.


- Hamilton espera... – por una extraña razón Thomas no quería que Alexander se fuera y sin pensarlo mucho lo llamó más ahora no tenía que decirle.


- ¿Si? ¿Tienes algo que decirme? ¿Aún te quedan dudas?


"Si, eso Jefferson que planeas decirle. ¿Para qué lollamaste en primer lugar? Yo que sé, solo... solo no quería que se fuera..." pensó Jefferson mientras buscaba una forma de re-entablar una conversación con el trigueño.


- ¿Tienes tiempo esta tarde?


- Desde las seis. ¿Por?


- Los dos estamos de acuerdo en que hemos tenido una gran enemistad desde que llegaste aquí – se explicó el sureño un poco sonrojado y girando sus pulgares como si fuese la actividad más divertida del mundo sus pulgares – por lo que me dije que podríamos salir en a algún lado para... Tu sabes, conocernos mejor eh intentar de tener una relación de trabajo más racional.


- Está bien. Asumo que estaría bien poder hacer las paces. ¿Dónde nos veríamos?


- Nos vemos a las 7:30 en el Centro Rockefeller delante de la estatua de Prometeo. – concluyó Jefferson con una sonrisa.


- Nos vemos – dijo Alexander sonriéndole dulcemente antes de salir por la puerta – ¡Y gracias!


El caribeño tenía la impresión de que el mundo había dado un giro de 180 grados. El que su enemigo por una vez aceptase su idea y el simple hecho de que lo escuchase era un gran avance para él. Talvez podría darle una oportunidad. A lo mejor si podían llegar a ser amigos después de todos.



"Ese poste de luz", pensó Hamilton soltando un bufido mientras reía, "Quien diría que su estúpida sonrisa podría parecer encantadora de vez en cuando."



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¿Hace cuánto no escribo? Σ( ̄□ ̄lll)!?


¿Tres, dosmeses? 。(*^▽^*)ゞ


En serio lo siento aunque ustedes ya saben que soy un poco lenta.


Como les fueron las Navidades. Las mías fueron geniales pero fatigantes.


Pintemos la casa – dijeron mis padres.


Sera divertido – dijeron mis padres.


Mi pobre persona después del esfuerzo físico hasta altas horas de la noche (y un maratón anime, serie de televisión o unos memes):



Bueno como siempre gracias por su apoyo y por seguir leyendo.


P.D: No olviden comentar y darle a la estrellita(✧∀✧)


Atte. S2 Queen

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