La modelo misteriosa |XI|



- ¡No! Non! Nein! Nyet! Nai! ¡No hay forma! ¡No pienso hacerlo ni aunque me paguen un millón por ello! – exclamó Hamilton con la furia de un volcán en erupción.


- Vamos Hamilton no seas así. Sabes que tanto hemos trabajado para esto. – intentó razonar Washington.


Faltaban alrededor de veinte minutos para el inicio del desfile y justo cuando todo parecía ir de rositas Madison se enteró de que sus modelos principales no iban a llegar. El mundo parecía derrumbársele encima por lo que, con los nervios de punta, hiso un sprint hasta la oficina de su jefe para avisarle. El problema es que nadie se hubiera imaginado que Washington saldría con una idea tan descabellada pues, según los presentes, Hamilton no tenía cara de chica.


- Claro que hemos trabajado pero eso no implica que tenga que ser justamente yo, el remplazo de la modelo. ¿Por qué no lo hace Madison que tanto de la pasa pavoneándose de como sabe de moda el ''Gran Diseñador''?


- Venga enano tampoco puede ser tan malo. – le animo Jefferson entre burla y compasión por el pobre chico.


- Muy fácil para ti decir eso, poste de luz. Tú no eres el que tiene que ir de chica. ¿Además cómo van hacer para que me vea tan bien como la modelo original?


- El maquillaje hace milagros cariño – misionó Madison.


- Vamos Hamilton...Si todo sale bien y el plan se lleva a cabo como es debido, prometo subir tu sueldo al doble. – George consiguió con esas palabras tentar a Hamilton de mala manera. Al chico se le hacia la boca agua. Ese par de palabras influenció de sobremanera su decisión pues era lo único que pasaba por su cerebro en eso momento.


''El doble, el doble, el doble, el doble, el doble, el doble. ¡Hamilton no! ¡Oh Hamilton, si!''


- Acepto.


No hiso falta decir más para que Madison agarrara a sus dos nuevos modelos y se los llevara a rastras hacia los camerinos dejando a Washington solo. Mientras tanto, este hiso unos pequeños rezos para que sus dos hombres de confianza pudieran sobrevivir a un Madisson en estado de alerta ciclónica.


Por otro lado Madisson gritaba como general de ejército a los encargados del maquillaje y a los peluqueros. El hombre corta estatura parecía Napoleón preparándose para atacar las fuerzas inglesas. Separó a Alexander y a Jefferson y maximizó lo más posible el tiempo de preparación. Hamilton mismo tuvo un momento de admiración hacia la pasión que profesaba su superior al momento de ejercer su trabajo. Claro que eso, es algo que nunca admitiría.


La presentación comenzó con una gloriosa apertura gracias a la melodiosa voz de una de las cantantes más conocidas del país. Luego entró Washington dando un corto pero inspirador discurso sobre el trabajo que tomó el realizar el todo, agradeciéndole a todos los que le vinieron en ayuda en su inexperto liderazgo. El hombre empezó a recordar por todo lo que pasó durante la creación de esa colección, las locuras por las que pasó para conseguir la tela de Madison y la cara que puso Hamilton al ver el recibo, como tenia corriendo a las Schuyler y a Lafayette por todos lados en el edificio, los gritos de Madisson cada que el caribeño se presentaba en su ''Palacio de la Creación'', la forma en la que Hércules tenía que convencer entonces al creador de no montar un melodrama, los pobres Lafayette y Burr que tenían que hacer de mediadores y los constantes desconciertos que creaban sus dos consejeros. Al pensar en eso último soltó una pequeña carcajada. Esos dos ya parecían Francia e Inglaterra durante la guerra de los 100 años. Un minuto estaban peleándose y al otro ya estaban firmando un tratado de paz.


Después de la apertura empezaron a salir las modelos presumiendo los diseños en los que el Madisson tanto se había esmerado. Se sentía orgulloso de cómo sus creaciones brillaban bajo la atenta luz de los reflectores. Mientras miraba tras bambalinas un par de brazos lo abrazaron desde atrás.


- Hiciste un buen trabajo Mady – dijo una voz ronca detrás de él.


- ¿Oh? Así que el rey del hielo vino a felicitarme. Me siento honorado.


- Hace mucho que no puedo intercambiar palabra con mi reina del drama


- Es cierto que hace tiempo que no nos vemos. – respondió Madisson soltando una risita enamorada.


- Entonces gírate para que pueda besarte.


Los dos amantes empezaron a profesarse clandestinamente su amor, en un tierno y lento beso, escondidos de los ojos de los espectadores. Mientras tanto, en otra sala, ya habían terminado de arreglar a Hamilton. Hace poco que del lugar salían gritos de horror como si el caribeño estuviese pasando por una tortura china. Jefferson le esperaba a su puerta, pues se suponía que salieran juntos. El virginiano estaba dándole vueltas al pasillo impaciente hasta que escucho la puerta abrirse. Thomas no podía creer lo que sus ojos tenían delante.


- ¿Hamilton? – preguntó desconcertado. Delante de él se encontraba Hamilton vestido con el más fino diseño de Madisson.


- ¿Quién si no?


- Es que...No sé...Te ves...Femenino – no sabía que decir. Sus ojos no podían apartarse de él.


''¿Porque se tiene que ver tan jodidamente bien? ¡Joder! Si Hamilton realmente fuese una chica tendría al mundo rendido a sus pies. Ahora no solo sería ingenioso, brillante, inteligente, simpático, misterioso, apasionado sino que también sería...lindo... con esos resplandecientes ojos achocolatados, esa despampanante sonrisa que guinda que de su bello ros... ¡Thomas Jefferson! Es Hamilton de quien hablamos aquí! Concéntrate''


- Joder – empezó el latino sacando al más alto de su ensoñación – Es cierto eso que dicen de que para lucir hay que sufrir. ¡Fue horrible!


- Si, si, si, muy fea la cosa y todo pero ya apresúrate que salimos.


Jefferson le extendió su mano a Hamilton quien no dudó en tomarla. Ambos aparecieron en escena al son de un vals. El público no pudo evitar aguantar el are para no romper el momento de cristal. El gerente y el secretario parecían una pareja salida de los cuentos de hadas pues juntos daban la impresión de un aura mágica, potente. Sin embargo los focos se posaron sobretodo en el más bajo. La prensa estaba desorbitada. Todos querían saber quién era la nueva modelo. Pues el porte de Hamilton lo dejaba ver como la más dulce flor. Por otra parte los ajustes que Madisson le hiso a la prenda y el espartano corsé en su cintura le daban la impresión de ser mucho más fino.


La salida triunfal del dúo fue recibida por un sinfín de aplausos. El discurso de Madisson concluyó con broche de oro la noche de gala. Los invitados quedaron enamorados de los bellos diseños. George no tuvo ni un suspiro después del desfile. Los compradores lo rodeaban para conseguir comprar la colección. Y la prensa rodeaba a Jefferson. Una sola pregunta resalía por sobre el resto.



- Señor Jefferson. ¿Quién es la modelo misteriosa?


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Eh aquí otro cap. (〜 ̄△ ̄)〜


El ship avanza lento pero seguro. 〜(꒪꒳꒪)〜


¿Alguien sabe quién es el amante de Madisson? ( ͡° ͜ʖ ͡°)


P.D: No olviden comentar y darle a la estrellita(✧∀✧)


Atte. S2 Queen

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