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Fue bastante incomoda la entrevista. Al menos las partes donde el sujeto pelirrojo intervenía y hacía sus comentarios fuera de lugar. Antes no me importaba, creo que de alguna manera lo entendía... hago de un personaje famoso actualmente y... la gente siempre iba a tener su opinión por mas que a mi no me gustara. Pero mientras mas pasa el tiempo, mas son los comentarios sexistas e inapropiados que cada vez tolero menos. 

Por suerte, tenía a Aaron. Quien siempre me defiende y ve por mi bien y por mi paz. Quien por cierto, se perfectamente que ya ha llegado a mi casa. ¿Cómo lo sé? Mi mamá alza mas la voz de lo normal.

- ¡que felicidad me da verte de nuevo! - escucho desde abajo y me nace el sonreír. Aaron se ha ganado un gran lugar en el corazón de mis padres y claro, es realmente un gran amigo y mis padres, en especial mi madre, están felices de que cuente con ese apoyo cuando ellos no están. 

Terminé de arreglarme para la dichosa fiesta y salí de la habitación para encontrarme con mi madre y Aaron, sentados en la sala, viendo en la televisión una película y comiendo galletas. Tan solo me reí pero al hacer eso, ambos voltean y es este quien se pone de pie para saludarme.

- lindo vestido. - este sonríe y se acerca para darme un beso en la mejilla. - en serio, te ves muy bonita.

- gracias. - y si, obviamente el también se veía muy pero muy guapo. Aunque ese es el caso de siempre para el. - ¿nos vamos?

- si, solamente me estaba poniendo al corriente con Nidia. - menciona el nombre de mi madre, me es raro que la llame por su nombre pero estaba bien. - nos vemos luego, Nidia. Gracias por las galletas y, disfruta de tu película.

- si, en un rato llega mi esposo y estaremos aquí esperándolos. - me sonríe mi mamá y me da un beso en la mejilla que me deja todo su labial marcado, para después limpiármelo. - cuídate mucho ¿si?

- por supuesto, voy con Aaron. - aclaré y este me toma de la mano para acompañarme a la salida. Salimos por fin de la casa y me muestra una mochila. - ¿qué? - me reí.

- ¿no tienes algo de hambre? - este abre de la mochila y llevaba ahí ya comida de McDonalds lo cual me dio mucha risa pero de igual manera me encantaba y le di un gran abrazo. - te conozco a la perfección y se bien que no iban a cenar antes de la fiesta. 

- no esta en mi, es lo que se me pide para seguir siendo Holly y lo sabes. - caminé hasta su carro y me subí en el asiento del copiloto. El en el suyo y antes de arrancar, me entrega la mochila. 

- al diablo con esas reglas tan tontas, tu come lo que te haga feliz. Ya eres lo suficientemente perfecta como para que te exijan que lo seas mas. - se ríe pero yo en cambio, tan solo le sonrío y por dentro siento algo de... no lo sé. Hormigueo en el estomago supongo. Debe ser que tengo hambre. - ¿nos vamos?

- arranca, muchacho. - dije y este tan solo ríe. Saqué de la hamburguesa y la muerdo, disfrutando por completo de la mejor comida en mucho tiempo y hasta suspirando de lo aliviada que me sentía. - ¿tienes...?

- si, te traje los aderezos que te gustan y también cambié las papas a la francesa para que fueran crisscut.

- Aaron, eres el mejor amigo en todo el mundo ¿lo sabías? 

- bueno, me alegra saberlo. El que me lo recuerdes de vez en cuanto me alegra así que, sigue haciéndolo.

- ¿crees que ya estén los demás en la fiesta?

- por supuesto, ya vamos algo tarde de hecho. Perdona por llegar hasta esta hora por ti pero tuve que hacer una parada antes.

- ¿a dónde fuiste? - este no me contesta en un principio, y tan solo maneja sin despejar la vista del frente. - Aaron... no me digas que...

- solo fui a saludarla. - le puse los ojos en blanco. - un "hola" no le hace daño a nadie.

- ¿puedes explicarme que clase de droga consumiste antes de tomar esa decisión? - el hace una mueca. - esta casada.

- lo sé.

- tiene hijos.

- también lo sé.

- eres prácticamente un niño a un lado suyo, obviamente no se va a fijar en ti. - dije riendo pero el no dice nada mas, no se si fue porque lo incomodé o porque se ha sentido mal por aquello. - escucha, llegará una chica perfecta para ti pronto y te va a corresponder.

- ¿ah si? - voltea a verme. - ¿cuándo?

- ¿acaso tienes prisa? - levanté ambos hombros. - buscar el amor es una perdida de tiempo creo yo, tal vez, solo tal vez llega cuando lo necesites.

- ¿desde cuándo eres tan sabia y madura? - se estaciona enfrente de la casa y apaga el carro, por lo cual, voltee a ver de lo mas confundida a la entrada, no sabía que vivía tan cerca de la fiesta. 

- pues... desde que tengo que lidiar con tus pequeños impulsos de ir a visitar a tu ex jefa solo porque son buenos amigos.

- soy amigable, es todo.

- ¿se han besado? - realmente me causaba mucha curiosidad saber eso. El se atraviesa y toma papas para comerlas. - ¿se han...?

- no... ¡no! ninguna de las dos opciones. No. - no lo niego, me siento aliviada de saber eso. - no, Maggie, recuerda. Solo es mi amiga.

- tu y yo somos amigos y no vas a visitarme a diario. - me reí. - bueno, si. Pero tu y yo somos mejores amigos... ¿a caso ella también lo es?

- basta, no hablemos ya del tema. - me retira la bolsa con la comida y la pone en el asiento trasero. - disfrutemos de esta noche ¿te parece?

- si... que divertido. Una fiesta llena de adultos. - dije sarcásticamente y este se baja del carro para irse del otro lado y abrirme la puerta. - gracias.

- vamos a pasarla bien, tu déjamelo a mi. - me da un beso en la mejilla y caminamos hasta la entrada, donde quien nos abre la puerta, son dos niñas de unos trece años. Gritan al vernos y empiezan a gritar. 

- ¡al fin llegaron! - una de ellas dice. La pecosa de ojos claros que no dejaba de ver a Aaron. - papá tenía razón, si vendrían.

- hola. - dije nerviosa pero fui interrumpida ante un abrazo de una de ellas. La otra chica, de cabello rubio pero ojos cafés oscuros. 

- genial, han llegado. - se muestra nuestro jefe, el director de la serie en la que estamos trabajando y nos saludan. - no saben lo mucho que estuvieron esperándolos mis niñas.

- oh, son tus hijas. - Aaron dice y voltea a ver a ambas. - es un placer conocerlas.

- tengo tres hijas, si. - este nos explica. - mis dos niñas Inés y Ángela y bueno, mi tercera hija pero ella no pudo asistir hoy. De hecho, ella es de tu edad Aaron.

- no le hagas caso, no salgas con ella. - le dice la chica que me había abrazado y no pude evitar reír.

- están de lo más enamoradas de ti. - explica y me causó mucha ternura. - ¿puedes tomarte una foto con ellas?

- ¡por supuesto! sin problema alguno. - este explica y se va con las chicas, dejándome a solas con el director y me daba algo de pena, porque no soy su persona favorita en el mundo por lo de que mentí sobre mi edad en la entrevista pero lo siguiente, me sorprende de inmediato. Me da un gran abrazo. 

- oh. - dije y luego me separé para verlo. 

- perdona si alguna vez fui grosero contigo, Margaret. Te soy honesto, no me gustó para nada que me hayas mentido. 

- juro que me arrepiento mucho de haber empezado mal con usted y...

- ¡no te arrepientas! eres toda una estrella Margaret, el mundo te ama. Todos mis amigos me han preguntado por ti y que cuando llegarías. - dice apuntando a la cocina y literalmente son unos ocho señores de lo mas grandes con pelonas o canas que no me hizo sentir para nada cómoda de nuevo. - ¿no quieres ir a conocerlos?

- yo pues... um... iré a tomar un poco de aire antes ¿esta bien? - fue lo primero que se me ocurrió decir.- buscaré un baño.

- adelante, si. - el me da una palmada en la espalda. - luego vienes y te presento a los demás. Algunos también son directores, los demás fotógrafos y empresarios.

- de acuerdo. - me voltee y me alejé lo mas pronto posible de ahí. 

Subí las escaleras para buscar del baño mas tranquilo, uno donde no pudiera encontrarme a un señor molesto o que estuviera "esperando toda la noche conocerme", así que ya estando en el piso de arriba, abro de la puerta pensando que es el baño pero era la habitación de alguien, y en cuanto veo a alguien recostada sobre la cama, cierro la puerta.

- hey, no. Regresa. - escucho que dice y me asomo para ver quién me había detenido. Era una chica usando un vestido rojo y bien peinada, como si estuviera en la fiesta también. - tengo a Holly en mi habitación, wow, eso nunca lo vi venir.

- soy Margaret. - aclaré. - quiero decir, Maggie.

- lo sé. - ella sonríe y se pone de pie. - soy Samantha, pero así como tu prefieres que te llamen por tu apodo, yo soy Sam.

- es un placer. - le estreché la mano y ella regresa a acomodarse en su cama.

- cierra la puerta detrás tuyo, no tolero esa musica. - le hice caso y cerré de la puerta pero por ende, tendría que quedarme aquí en esta habitación. - ¿y bien? ¿cómo es trabajar con mi padre?

- ¡oh! tu eres la tercera hija. - ella me mira con confusión. - Samantha Roson.

- bueno, también soy yo una celebridad si Margaret Thornberry sabe quien soy. - se ríe y me senté en la orilla de su cama. - si, soy su hija.

- ¿por qué no estas en la fiesta? el dijo que no pudiste ir y...

- lo que el trató de decir es que nos peleamos antes de que empezara la fiesta y le dije que no iría y que se invente una excusa.

- ¿por qué pelearon? si es que puedo saber. 

- claro que puedes saberlo, eres mi chica favorita. - sonreí ante ello. - yo te defendí cuando te quedaste con el papel y mi papá pensó en quitarte del proyecto.

- oh ¿en serio?

- ya no ibas a ser parte de la serie pero lo convencí. Le dije que no iba a encontrar a otra chica que fuera su Holly perfecta y... me hizo caso.

- yo... um... ¿gracias? - ella sonríe y se recarga para pegar su espalda en la pared. - en serio gracias.

- mi padre quería que saliera con Aaron. - y... mi sonrisa se borró de inmediato. - descuida, no esta en mis planes robarte a tu novio.

- oh, el no es mi novio. - cada que el tema se daba, me causaba tantos nervios. Ni siquiera se como actuar.

- Holly y Malcolm... la pareja mas famosa en estos momentos en la televisión. - ella dice sonriendo. - ¿qué se siente ser famosa?

- um.. la verdad me gusta mucho. - admití. - soy muy feliz... la vida es buena.

- tiene que tener sus desventajas. - hice una mueca ya que.. es cierto. Hay muchas cosas que no me encantan, empezando con el acoso y terminando con el régimen alimenticio que se me da. - descuida, no tienes porque hablarme de eso. Soy una completa extraña para ti.

- podemos bajar a la fiesta si quieres.

- no gracias, no tengo interés en que mi padre este forzando una relación entre el actor mas famoso del momento y yo. - ella apretó los labios hacia dentro. - ah cierto, no te terminé de contar. Pues si, me he negado porque no me gusta para nada tu co estrella. No me mal entiendas, es lindo... solamente no es mi tipo.

- de acuerdo, es muy valido. - reí.

- aparte, mis hermanas lo aman. Que crezcan y luego ya ellas salen con el. - me puse de pie ya que tenía que regresar a la fiesta, quería buscar a los demás.

- ¿segura que no quieres venir? podemos estar haciendo cualquier otra cosa... um... ¿comer?

- tomar. - ella dice riendo. - un buen trago no me caería nada mal.

- tengo quince años. - admití y ella alza las cejas sorprendida. - bueno... en un mes cumplo dieciséis.

- olvidaba ese pequeño detalle. - ella se pone de pie y me toma de los hombros. - eres fabulosa, Maggie. ¿Lo sabías?

- em... - no me deja terminar y abre de la puerta para salir, voy detrás suyo y justo, Aaron iba subiendo las escaleras y nos ve. - ¡hola!

- ¿qué haces aquí? te estuve buscando por todos lados. - este me dice y luego voltea a ver a Sam. - oh, hola.

- hola. - ella le dice y voltea a verme. - bajaré para cumplir un rato pero... fue en serio un placer conocerte Maggie. Espero verte pronto.

- igualmente. - ella me sonríe y luego voltea a ver a Aaron y su rostro se muestra serio para después, bajar por las escaleras. 

- ¿me perdí de algo?

- hice una amiga. - le expliqué y levanté ambos hombros. - quizás deberías sentirte celoso de que te remplace.

- no me rompas el corazón de esa manera. - me toma de las mejillas para aplastarlas y acercarme a el, como si fuera a besarme. Lo cual, me asusta, de nuevo regresan el dichoso hormigueo en el estomago pero se detiene y luego me despeina el cabello, como de costumbre. - ¿bajamos? muchas personas quieren conocerte.

- oh... ¿quién? - no quería ir con los señores.

- mis amigos, claro. - el sonríe y me toma de la mano para que bajáramos juntos por las escaleras. - estudié con ellos.

- perfecto. - me sentí aliviada y me fui a su lado. 

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