38

.

Por si no era obvio, todo el camino, Aaron y yo estuvimos distanciados. Mientras yo leía de un libro, el estaba viendo de una serie de televisión en su computadora. Después, supongo que ambos nos quedamos dormidos y es que el viaje fue cansado pero fue perfecto porque aun y cuando me costaba admitirlo, estaba harta de Finlandia. Grabar Emma no ha sido para nada una linda experiencia y creo que ha agregado mas drama a mi vida del que debería. No sé, la verdad es que antes de que Aaron regresara a mi vida todo iba bien. Pero ahora no, y no es que sea su culpa sino mía y todo eso es agotador. Me siento mala persona, mala amiga y todo es tan solo... muy malo.

Mi mejor amiga no me habla, mi mejor amigo tampoco y ni siquiera entiendo el porque si nunca le hice nada. Entiendo porque Andrew quisiera regresarse para acompañar a Thani pero, a la vez también me duele porque le necesitaba. Y Aaron no me odia, creo, pero vaya que esta decepcionado de mi en una y mil maneras y ante eso yo ya no puedo hacer mucho.

Kristen es una gran persona y resultó ser una muy buena amiga para mi estos últimos dos meses. Realmente me agrada y creo que es fabulosa, lo cual me ha probado que puedo llegar a juzgar mal a las personas y Ben bueno, el ha sido un amor. Creo que lo que mas amo de Ben es que el nunca me ha juzgado. Mientras Aaron o Thani en algún momentos de sus vidas han pensado lo peor de mi, el... no. Podría matar a alguien y yo creo que me apoyaría. No digo que este bien pero, vaya que me hace feliz tenerlo en mi vida. Tan solo detesto no poder corresponderlo de esa manera del todo.

A veces lo considero, porque claro que me gusta y mucho y amo pasar tiempo con el pero hemos caído en la conclusión de que el me quiere mas de lo que yo a el y eso... eso no es justo.

En fin, llegamos ya a la casa de la familia de Aaron y a decir verdad no he venido mas que unas pocas veces en mi vida. Cuando venía, normalmente no había nadie en casa y si acaso estaba Jenna, la hermana de el pero cuando era tan solo una niña y solíamos jugar con ella. Era extraño tener que estar aquí de nuevo y ahora mas que no nos hablábamos.

- Maggie. - voltee a verlo en cuanto me mencionó. - escucha um... las cosas en mi casa no son perfectas ¿si? 

- entiendo. - dije de inmediato asintiendo con la cabeza. Si algo quería esta semana, era que en serio pudiéramos quitar lo incomodo entre nosotros. - no pasa nada.

- no me preocupas tu, tranquila. - ríe nervioso. - es solo que el problema son ellos.

- ¿tus padres? - asiente con la cabeza y toma de mi maleta para ayudarme. Veo que no quiere entrar en contexto y lo entiendo, no voy a preguntarle cosas que no quiere responder. Este abre la puerta y la persona que nos recibe, es una mujer de lo mas bonita que no conocía. Alta, cabello ondulado color castaño, ojos oscuros y pecas. Con un muy peculiar fleco muy corto. 

- Aaron, hola. - ella lo abraza con tanta felicidad que claramente no se veían reflejadas en el. - ¿cómo has estado?

- ¿ya vives aquí? - este pregunta confundido y en cuanto se separan del abrazo, ella me mira con emoción. Literalmente, empieza a brincar. - oh si, ella es Maggie pero supongo que no tengo que introducirla.

- hola, mucho gusto. - dije apenada y ella empieza a tomarme fotografías, con el flash encendido y cerré los ojos de inmediato. 

- lo siento, es solo que te adoro. - ella admite y finjo una sonrisa. - mi nombre es Valentina, soy la madrastra de Aaron. 

- oh. - eso no lo sabía, estaba muy sorprendida de enterarme de aquello y voltee a verlo. Solo que el estaba negado a un contacto visual en estos momentos. - no tenía idea.

- no tendrías porque saberlo, apenas hace un mes que me casé con su padre y vivo aquí. - ella me toma de la mano y me introduce a la casa. -vamos sígueme, quiero que Margaret Thornberry sea presente de mi gran cena de esta noche.

- ¿esta papá? - Aaron pregunta y ella niega con la cabeza. - perfecto, supongo que es momento de subir las cosas a la habitación.

- en un momento bajo. - dije y ella al principio no acepta pero termina por regresar a la cocina. - te sigo.

- te puedo ayudar con tus maletas si quieres. - este toma de una de ellas, que realmente solo eran dos y lo aprecio. Estaban algo pesadas. Los dos nos subimos por las escaleras y me abre la puerta de la que creo que es su habitación. Sonreí en el primer momento en el que la vi.

Era como regresar en el tiempo. La misma y vieja alcoba de hace tiempo, donde veníamos a jugar y escuchamos musica. Tantos recuerdos y buenos momentos que pasé aquí. Si, quizás estuve poco tiempo aquí porque recuerdo que Aaron empezó a vivir solo demasiado joven pero, el poco tiempo que estuve aquí fue fabuloso. Lo que mas recuerdo es cuando su madre nos preparaba galletas y... eso me hizo pensar en ella y en donde esta en estos momentos. 

- Valentina se ve agradable. - dije para romper el hielo y este acomoda las maletas pegadas a la pared para este sentarse en la orilla de su cama. - ¿quién es?

- ella era... la niñera de Jenna de hecho. - alcé las cejas sorprendida, pero no quería juzgar o que el pensara aquello así que traté de relajar mi rostro lo mas que pudiera. - mi padre tuvo una aventura con ella y el resto es historia. Mis padres se divorciaron y ahora esta con ella.

- nunca me lo contaste.

- fue... fue en los años que dejamos de hablar. - este levanta ambos hombros. - descuida, no pasa nada. Sam estuvo ahí para mi.

- entiendo. - hice una mueca. - lo lamento, supongo que no fue para nada fácil. 

- en parte, pero por otro lado estoy feliz porque mi madre merece ser feliz y con ese idiota de allá abajo, nunca lo iba a hacer. 

- Aaron...

- se como debo sonar, pero créeme. Es una terrible persona. Solamente estoy aquí para ver a Jenna y lo bueno de esto, es que mañana es su cumpleaños y lo pasaremos en casa de mamá. - sonríe ante ello. 

- ¿y dónde esta Jenna en estos momentos? - pareciera que la invoqué pues, ella llega corriendo en estos momentos a la habitación y abraza a su hermano. 

- no deberías irte tanto tiempo, eso debería ser ilegal. - ella le dice a medio abrazo y me dio mucha ternura verlos. 

Jenna estaba enorme... por lo que vi en las decoraciones de abajo, ella estaba cumpliendo diecinueve años. Estaba toda preciosa y perfecta y ya no era la misma niña pequeña con la cual yo jugaba a las muñecas. Admito que verla me hizo feliz. Su cabello es castaño oscuro cuando la conocí pero ahora se lo ha pintado rubio y demasiado de las puntas, y llevaba un septum en la nariz, que admito que se le veía perfecto. 

- ¿cómo estás? aparte de enorme. - Aaron le dice mentiras se separa para verla. - aun no te felicito porque es mañana.

- papá compró un pastel para hoy. - cuando ella dice eso, Aaron hace cara de disgusto. - estoy segura de que puedes cantar las mañanitas dos días seguidos.

- lo intentaré. - y le despeina el cabello.

- ¿estás saliendo con Maggie? - ella dice con tanta emoción y ahora se acerca a mi para abrazarme. - sabía que este día iba a llegar y llevo esperándolo desde hace tanto.

- no, solo amigos. - este aclara y yo me sonrojo tan solo. Esta se separa para verme y luego a el, como si no nos creyera.- confía en mi palabra.

- ¿estaban grabando una película, no? ¿ya terminaron?

- falta poco. - dije y ella asiente con la cabeza. - me hace muy feliz verte por cierto, luces fabulosa.

- ¡bajen a cenar! - se escucha el grito desde abajo de el padre de Aaron. Al menos creo que es el por la voz masculina.

- mira, invité a Harold. - ella le dice a su hermano. - es mi mejor amigo, descuida pero um... dice que va a llegar algo tarde ¿podrías no mencionarlo en la cena? le diré a papá que solo vino a partir el pastel.

- de acuerdo, no hay problema. Mientras Harold no sea tu novio secreto.

- te lo prometo. - ella le hace la promesa del meñique y baja las escaleras. Por lo cual, yo la sigo y Aaron detrás mio.

Estando ya abajo, solo veo como un señor en traje, de lo mas serio y formal, estaba por tomar asiento en una de las sillas del comedor cuando nos ve a mi y a Aaron. Por lo que me cuenta el, no se llevan nada bien y se sentía eso en el ambiente. Toda la tensión. Pero pareciera que Jenna prefería ignorarlo y tomaba asiento y Valentina estaba en lo suyo llevando la comida y de más.

- Margaret. - este me dice y me acerqué a saludarlo, lo cual fue un abrazo de lo mas incómodo ya que este me toma de la cintura y me toma de una manera que no me agradaba. En mi defensa, a este hombre lo he visto solamente una vez en mi vida y de lejos. - no tenía idea de que por fin Aaron hizo algo bien con su vida y te conquistó.

- solo amigos. - aclaré mientras me separaba del abrazo y antes de que siguiera este siendo mas incómodo o con contacto físico, tomé asiento a un lado de Jenna. 

- Aaron.

- padre. - es lo único que dice y se sienta enfrente mio. Por fin voltea a verme, le sonrio para que no este incomodo pero este lo intenta tan solo y luego sigue con la mirada a Valentina que seguía trayendo comida. 

- ¿te ayudo? - me ofrecí y Valentina estaba por decirme que si,  cuando su esposo la interrumpe.

- oh no, Margaret. Tu no te preocupes, para eso esta ella. - le sonríe a lo lejos pero no dejaba de ser un comentario tan fuera de lugar. En fin, ella regresa y se sienta a lado de su esposo y a lado de Aaron. Por si aun no quedaba obvio, el señor estaba sentado en el centro. 

- felicidades Jenna. - le dice Valentina y todos le sonreímos a la chica, a la cumpleañera del día de mañana. - te preparé lasaña.

- muchas gracias. - ella le contesta y me preguntaba como es que ella estaba tomando esto. Como debe sentirse respecto a su madre.

- ¿no pudiste pensar en algo mejor? - el señor le dice y hace que todos en la mesa nos quedemos en silencio. - vamos, el día que mi hijo trae visitas tu decides hacer lo mas fácil de todo y mediocre.

- me encanta la lasaña. - lo interrumpí de inmediato para que no siguiera, y la castaña me sonríe. - se ve deliciosa.

- comenzamos. - Aaron, también ya harto de esta conversación, empieza a comer y todos los seguimos.

¿Qué puedo decir? fueron los treinta minutos mas incomodos de toda mi vida. Donde nadie hablaba, donde todos fingíamos estar a gusto ahí pero donde ni una sola persona en esa mesa, deseaba estar cenando ahí. Aparte que el señor estaba todo el tiempo volteando a verme y haciendo me sentir incomoda. Intentaba encontrarme con la mirada de Aaron pero se negaba a voltear a verme y eso tan solo hizo mi noche aun mas triste. Estaba rodeada de puros extraños que se odian entre si. 

Pero el silencio no pudo haber durado para siempre, y como era de esperarse, el fue quien rompió el hielo.

- Aaron ¿qué has estado haciendo de tu vida? - voltee a verlo de nuevo pero nada, seguía sin mirarme. A quien si miró fue a su hermana. 

- iré por el postre. - Valentina se pone de pie y se va directo a la cocina, como si supiera que lo que estaba por venir fuera malo. Jenna tan solo se distrae en su celular.

- estamos haciendo una película. Maggie y yo. - asentí con la cabeza cuando el dice eso. - y se estrenará el próximo año.

- me parece bien. - este dice y se cruza de brazos. - ¿has hablado con tu ex esposa? - no tenía idea de que podría salir este tema a la mesa. - ya sabes, la mujer grande con la que estabas.

- ¿de verdad? ¿tienes que decirle de esa manera? - Aaron se empezó a enojar y no lo culpo.

- hey, ni siquiera la ofendí. Dije la verdad. No dije que era fea y sin embargo, si lo pensé. - el dice y podré pensar lo peor de Sam pero no consideraba correcto decirle todo eso a Aaron. - ¿qué no puedes conseguirte a una mejor pareja? en serio, pareciera que te esforzaras por arruinar tu vida.

- mis decisiones terminan siendo al final del día problema mío ¿de acuerdo?

- traje el postre... son fresas con chocolate. Antes del pastel. - Valentina empieza a servirlas y solo veo como el señor se enoja y le avienta el plato encima a ella. 

- odio las fresas. ¿Cómo no sabes eso aún? 

- no tienes que actuar como un idiota esta noche. - Aaron se pone de pie de inmediato y va a limpiar de la camisa de Valentina. - ¿estás bien?

- no pasa nada... es tan solo un poco de chocolate. - ella trata de minimizarlo pero podía ver en sus ojos como estaba por llorar. 

- Aaron me dijo que tienen un perro ¿me lo enseñas? - le dije a Jenna para que no tuviera que ver esta pelea y ella asiente con la cabeza y terminamos saliendo de la casa. 

Era lo mejor que podía hacer por el momento, yo no quería estar presente en un momento tan incomodo y lo peor de todo, que Jenna pasara tan mal festejo. Viendo que era su padre el causante de tal mal momento. Literalmente su perro llega por si solo y me senté en la entrada para poder acariciarlo.

Vi como ella saca un cigarro y empieza a fumar. Creo que yo no era nadie para decirle que hacer o que no hacer. Así que... la dejé continuar. Que hiciera lo que la calmara por el momento. 

- yo me vomitaba. - cuando dije eso, ella voltea a verme de inmediato. - um... quiero decir... no quiero que pienses que lo tomaba a la ligera. Fui a terapia.

- no ocupo terapia.

- a lo que voy es que, entiendo si fumar te calma cuando estas pasando un mal rato. - levanté ambos hombros. - lamento que tuvieras que pasar por eso.

- descuida, pasa casi todo el tiempo cuando Aaron esta presente. Creo que mi padre lo odia. - hice una mueca. - tengo que admitir que estos meses que el estuvo fuera, las cosas se calmaron. no le digas que fumo.

- eres mayor de edad, no pasa nada realmente.

- no, solo... no le digas ¿okay? me odiaría si se entera y... - actuando mas nerviosa, tira el cigarro y lo pisa. - prefiero ya no oler a cigarro para cuando el venga.

- toma. - de mi bolso le entregué un chicle y ella lo mastica de inmediato. - esta bien, Jenna.

Nos sonreímos y me alegraba verla aun mas tranquila. Lo mejor, no fue cuando Aaron sale y tiene sangrando la nariz.

- mierda. - escuché detrás nuestro y me asusté al oír una nueva voz. Supongo que era el amigo... um... Harold, que dijo que llegaría tarde. - ¿estás bien?

- hola. - Jenna le sonríe.

- hola. - este le sonríe de regreso.

- ¿qué pasó? - le dije a Aaron mientras sacaba de mi bolso una servilleta que llevaba ahí y se la coloqué en la nariz. - por Dios...

- digamos que no pienso pasar la noche ahí y tu tampoco Jenna. No quiero que sigas viviendo con el. - Aaron explica. - solo que si llego así sangrando a casa de mi madre tan solo la voy a preocupar...

- podemos ir a casa de mis padres. - le dije de inmediato. - ellos lo entenderán.

- puedo quedarme con Harold. - dice de inmediato Jenna y su hermano le niega la idea. - oh vamos ¿cuántas veces te quedaste a dormir tu con Maggie?

- es distinto. - dice este.

- no, no lo es. Solamente somos amigos, así como solamente ustedes dos son amigos. ¿Si, aceptas? vamos, es mi cumpleaños.

Veo que Aaron seguía pensándolo, así que le ayudé. 

- ¿quieren una malteada? - los dos chicos me miran con confusión. - podemos ir um... mientras tu hermano se siente mejor y llegamos a un acuerdo ahí ¿qué les parece?

- de acuerdo, yo si quiero una. - Harold dice de inmediato y estos se van al carro que yo creo era el de Aaron de aquí. Se suben a la parte trasera y aproveché para checar como iba del sangrado.

- no te preocupes, llegando entramos al baño y te ayudo a limpiarte ¿si? - caminé hacia la puerta del piloto. - descuida, yo manejo, solo dame las llaves.

- Maggie.

- ¿si?

- muchas gracias. 

Comment